PETE

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-¿Te gusta la escuela?- le pregunto a Macau en voz suave mientras lo empujaba con cuidado en un columpio.

-Si papi, me gusta- le respondió asintiendo con la cabeza.

-Muy bien.. ¿Y te gusta tener un hermanito?- pregunto igualmente.

-Si, soy helmano mayod, yo cuidale de bebé- asintió de nuevo con su cabecita.

-¿Quien te dijo eso?- le pregunto deteniendo el movimiento y rodeando para quedar frente a él.

-Papá Vegas-su pequeño le sonrió emocionado bajando del juego para abrazar su vientre ya de seis meses- Helmanito... yo voy a cuidal- dejo un besito sobre su pancita haciendo reír a Pete.

-Muy bien, es bueno que lo quieras tanto. Vamos, se hará de noche- tomó su manita y comenzaron a caminar unas calles.

-Papi... ¡pan! Quiero, quiero- Pete sintió como se soltaba del agarre y corría hasta la entrada del local- ¡Aquí! Dapido papi-

-Calma, el pan no se ira a ningún lado- camino despacio, el peso no le permitía correr.

-Si- el pequeño empujó la puerta con fuerza para poder abrirla solo un poco y entrar al local.

-Macau, tranquilo- lo volvió a regañar cuando entro detrás de él. Tomo una charola y pinzas, acercándose a los mostradores- ¿Qué llevamos?- le pregunto a su pequeño qué veía alrededor.

-Pan con fresa para Macau...- señaló con su dedito uno de esos que van rellenos, haciendo qué Pete lo pusiera en la charola- Pan galleta para ti papi- tomó un polvoron ahora.

-¿Para papá Vegas?- le pregunto poniendo otros dos con pasta en la charola.

-¡Donas!- avanzó señalando el espacio donde estaban, Pete tomo dos.

-¿Es todo?- pregunto.

-No ¿Qué quiede bebé?- de acerco a poner su manita en la panza de Pete.

-Bebe... quiere uno de estos- tomó de un estante un muffin de chocolate- Listo-

Caminaron en silencio hasta la mesa de cobro, Pete había mantenido su vista solo entre su hijo y lo que tomaba, por el miedo a que el pequeño tocara algo que no, así que no presto mucha atención a su alrededor hasta este momento.

-¿Cuanto..?- saco su cartera de la pequeña mochila para levantar la vista después hacia la persona cobrando.

-¿Ya puedo comer pan papi?- su pequeño se puso de puntitas para alcanzar a ver el mostrador.

-No, espera Macau- acaricio su cabecita con cuidado.

-Se parece a ti, eras igual de impaciente con la comida- le dijo el hombre terminando de empaquetar la bolsa de papel.

-¿C..como estas?- pregunto aun algo sorprendido por la coincidencia.

-Bien, solo, no estoy enfermo si eso es lo que quieres preguntar- le acerco la bolsa.

-¿Cuanto es de eso?- pregunto abriendo de nuevo su cartera.

-Olvidalo-el hombre le negó con la cabeza dejando su mirada fija en el bulto frente a el- ¿Otro?- preguntó.

-Si, es el segundo..- respondió guardando con duda su cartera en la mochila de nuevo- Te...hicieron llegar una invitación, el año pasado..-

-Si, la vi- respondió simplemente.

-¿Tanto me odias todavía? ¿De verdad deje de ser tu hijo?- pregunto tratando de ser fuerte.

-No es eso. No pude hacerlo. Me sentí decepcionado. Muchísimo, en verdad te elimine de mi rutina pero después de un tiempo, me di cuenta de que eras todo lo que tenia y yo mismo te eche de mi lado- el hombre tomó asiento nuevamente detrás de la caja.

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