XL: Romper un corazón que amas es el acto más valiente y horrible

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En su reposo, Charlotte se dio cuenta de que había formas de viajar en el tiempo

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En su reposo, Charlotte se dio cuenta de que había formas de viajar en el tiempo. Cuando dormía —que era la mayoría del tiempo— su pasado se presentaba ante ella; cuando despertaba estaba en el futuro cercano.

Los días pasaban fugaces, dejando vagos y borrosos recuerdos a su paso. Veía a Zoya, Leonid y Sergéi entrar y salir cientos de veces. Zoya escribía cartas y trataba de jugar al solitario, y de vez en cuando se animaba a conversar. El señor Vyrúbov solo la miraba con gesto serio, impasible. Sergéi se dedicaba a charlar con ella.

Mientras la señorita Ananenko le contaba los chismes rondando por aquel palacio —que eran pocos, ya que ahora todo giraba alrededor de ella—, Sergéi trataba de descubrir lo que le había ocurrido. No había ningún misterio; había tratado de contarle todo en medio de su sedado dolor.

—Una vez más si no estás demasiado cansada, Char —insistió él—. Entonces te reuniste con esta chica para que te dejara en paz, ella te atacó y tú... la mataste. ¿Solo eso?

¿Cómo que "solo eso"?, Charlotte quiso preguntar. ¿Acaso te parece poco que una vida más haya acabado por mis manos? ¿Te parece poco que lo haya hecho más por mi gusto que por defensa?

—A grandes rasgos... Hum, sí. ¿Qué día es hoy?

—Veinticinco de mayo.

Virgen santa. Habían transcurrido diez días en un parpadeo. ¿Cuándo podría salir de allí? Sí, le encantaba que sus amigos y Leonid vinieran a visitarla y se preocuparan por ella. Se sentía querida.

Sin embargo, necesitaba salir de allí. Necesitaba mostrarle al mundo de alguna forma que ella había sobrevivido a pesar de la voluntad de su madre y los atentados contra ella. ¡Charlotte de Langlois está viva! ¡Lottie ya no tiene miedo!

Bueno, eso era mentira. La francesa estaba aterrada por completo. Quería irse de allí apenas pudiera dar un paso tras otro.

—¿Ha pasado algo importante estos días? —preguntó, tratando de enderezarse sin éxito—. Zoya me contó algo sobre sus asuntos con la Corte, mas me temo que no sé nada sobre lo que ocurre dentro de estos muros.

—No mucho —respondió Sergéi con una sonrisa tranquilizadora que no la calmó en lo absoluto—. Mi padre nos ha dejado ir y... y le he contado que no estoy comprometido con la señorita Ananenko. Que te estoy cortejando a ti.

Charlotte miró fijamente a sus ojos grises formando una perfecta o con sus labios sonrosados. Sabía que se había enfrentado al conde Bezpálov por ella, según lo que Zoya le había dicho, pero no sabía aquel detalle. Conocía el respeto —y, quizá, el miedo— que Sergéi mantenía hacia su padre. El hecho de no casarse con una princesa rusa —según cómo lo había explicado la señorita Ulianova— y elegir a una aristócrata franceaa arruinada no sería motivo de alegría para hombres como el conde. El joven frente a ella bien sabía eso.

Los nobles © [DNyA #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora