🎤 15. Tómame

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(Francisca Valenzuela)

ALEX

Las visitas a casa de mi madre se están volviendo insostenibles. Por suerte, esta vez Julian tuvo la decencia de no aparecerse por el lugar. Eso lo hizo peor, porque tuve que permanecer sola, durante 3 largas horas escuchando los motivos de mi madre de por qué debía dejarme de tonterías y darle una nueva oportunidad.

Podía ser tan convincente, que estoy segura de que 30 minutos más y lo hubiese logrado. Correría a brazos de Julian, rogando su perdón solo para darle en el gusto a ella.

Logré resistirme y salir corriendo en cuanto mi celular vibró con la alarma que puse indicándome que ya se cumplieron las 3 horas. Me despedí y salí rapidamente de su casa en dirección a la mía. 

Necesitaba despejarme. Ni el juego ni la yerba lo estaban logrando. Necesitaba algo más que me apagara por un momento, algo más fuerte.

Tomé mi celular con el objetivo de marcarle al tipo que me vendió unas pastillas hace unos meses, pero en lugar de eso, terminé en el perfil de Max.

Solía mirarlo todas las noches, comprobando que Sabrina no estuviese haciendo alguna campaña en su contra o algo parecido.

Y viéndolo a él, por supuesto. Verlo era como una droga para mi cerebro. Me atraía a un nivel tan desconcertante, que alejarme fue la decisión más correctamente equivocada que he tomado en los últimos días.

Aun así, con una rápida búsqueda en las redes, llego al perfil de Apolo77, donde suben videos de sus presentaciones, fotos de los integrantes del grupo y algunos afiches de lugares donde tocan.

La última foto que subieron muestra el bar donde se presentarán esta misma noche. En la descripción, los perfiles de cada integrante están etiquetados, y me llevo una enorme sorpresa al descubrir que Max no usa su verdadero nombre en la banda.

«Maxi Vallone»

No es como si realmente se escondiera del todo, porque usa su nombre y el apellido de su madre. Pero eso, junto al estilo que solía adoptar cuando estaba con la banda, lo hacían ver como una persona totalmente diferente.

Paseo por sus fotos de las presentaciones, con su guitarra eléctrica, el cabello mojado por el sudor y la púa con la que tocaba guitarra entre los dientes.

Sin pensar en lo que hago, tomo las llaves de mi camioneta y salgo en dirección al lugar donde tocarían esta noche.

No está tan lleno como el último sitio al que fui hace unas semanas. En realidad era algo más relajado: mesas redondas por el lugar y un pequeño escenario alto, donde los instrumentos ya estaban listos esperando a sus músicos.

Pido una cerveza en lo que empieza la presentación. Tardan bastante en comenzar, pero en cuanto sube al escenario, mi cuerpo reacciona por sí solo al recordar sus labios sobre los míos. Definitivamente es otro. Más caliente, más sensual, incluso más atractivo que el chico que veo por la universidad.

Esta vez lleva una camiseta blanca muy sencilla, con una chaqueta de cuero negra y jeans envejecidos. Las gafas oscuras son parte de su outfit permanente y sospecho que es por este estilo secreto que muestra a los demás.

Se mueve por el escenario con su guitarra, sonriéndole al público y a sus compañeros de banda. Eso no puede cambiarlo. Por más que intente aparentar ser un fuckboy por fuera, es inevitable que esa sonrisa con hoyuelos se haga presente cuando se siente a gusto.

No sé si me ha visto, no hay nada en sus gestos que demuestre que sepa que estoy aquí. Y tal vez sea mejor así, solo necesitaba una distracción y lo he conseguido.

[1] En tus manos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora