🎤 21. Debilidad

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(Saiko)

ÁLEX

Venir. Asegurarme que estaba bien. Irme. Ese era el plan original. 

Pero en cuanto sus labios tocaron los míos al entrar en el galpón, mi mente se cerró completamente y solo me dejé llevar por la sensación de bloqueo que me provocaba estar con Max.

Llevaba la línea del párpado inferior ligeramente tintada de negro y el cabello desordenado le caía sobre la frente. Estaba absolutamente atractivo.

Pero no fue eso lo que me hizo seguirlo hasta estar ahora, de pie, sola delante del escenario. 

Mientras me presentaba a los miembros de su banda, la sonrisa con la que me estaba observando, era de esas sonrisas en la que se marcan sus hoyuelos. Una de esas sonrisas que jamás me había dado a mí.

No pude pensar nada más. Cada una de sus peticiones, fueron como órdenes con tal de que siguiera sonriéndome de la forma en que lo hacía.

Necesitaba estar con él. Necesitaba sentir sus manos tocar mi cuerpo y la espera se estaba haciendo demasiado tortuosa mientras avanzaba la tarde y noche hasta terminar su presentación. 

Su mano tocando mi pierna en la furgoneta solo aumentó el calor que llevaba por dentro, mientras me acariciaba la parte interna del muslo, subiendo por esta hasta casi llegar a donde quería que me tocara.

Pero no lo hizo, porque estábamos de camino a una de sus presentaciones, con todos los miembros de su banda a nuestro alrededor.

Fumo un cigarro mientras espero que salgan al escenario, viendo como la gente del Staff va de un lado a otro conectando los instrumentos y otras cosas que no logro entender. Algunos me miran con el ceño fruncido al ver mi credencial, pero nadie se acerca a preguntar. Nadie me dice nada. Nadie me ve.

Como siempre.

Tiro al suelo la colilla del cigarro y la piso con una de mis zapatillas. De pronto, la gente empieza a aplaudir, chillando exaltados. Alzo la mirada y veo como Max y el resto de los chicos se preparan cada uno con sus respectivos instrumentos.

Max está absolutamente caliente. Lleva su guitarra colgada rodeando su cuello, sujetando la púa entre sus dientes mientras asiente en dirección a Lucas, que le habla en medio de gestos.

Miro hacia atrás al ver a toda esta gente eufórica. Considerando la cantidad de seguidores que tiene Apolo77 en sus redes sociales, es muy posible que muchas de las personas que están aquí, hayan venido a verlos a ellos en lugar del grupo principal.

—Somos Apolo 77 —Habla Max al micrófono, bajando en un tono el timbre de su voz.

El público chilla cuando empiezan a tocar y Max se apodera de toda mi atención. Tenía razón cuando dijo que cantarían algo diferente esta vez, las canciones son principalmente de un rock un poco más intenso que las que tocan en los pubs. No es el tipo de música que suelo escuchar, pero son canciones tan populares que es inevitable reconocerlas.

Su voz suena más rota que otras veces y su movimiento sobre el escenario es más violento y brusco cuando se pasea con la guitarra o se acerca al micrófono.

A ratos pierdo la noción de la música y solo puedo imaginar que me habla al oído con esa voz ronca o que esos dedos tan hábiles en la guitarra se muevan en otras zonas de mi cuerpo.

Ya han pasado unos 30 minutos y todos se ven agotados tras cantar con esa intensidad. Max tiene el cabello mojado, ya que en la última pausa se ha echado el agua de la botella directamente en la cabeza y las gotas le caen por el rostro y el cuello.

[1] En tus manos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora