🎤 37. Me vuelves a herir

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MAX

La voz de Lucas se sobrepone a la de Dani en el altavoz del celular interrumpiéndose mutuamente. En el fondo, escucho los murmullos de Hugo intentando poner algo de calma al asunto.

Ya es la 5ta vez de esta semana que llaman intentando convencerme de volver a tocar en la banda, pero lo he evitado a toda costa después de lo que ocurrió en la fiesta de homenaje de mi padre.

—No es lo mismo sin ti —dice Dani.

—La gente quiere verte a ti —apoya Lucas.

—No estoy de humor —mascullo. Garabateo dibujos en mi libreta alrededor de la letra de la canción en la que no he dejado de hacer tachaduras agregando nuevas frases según mi estado de ánimo. Que es una mierda por estos días.

Los chicos han seguido tocando en algunos pubs para no perder los ingresos que genera la banda. Como no es mucho, no podemos darnos el lujo de parar las presentaciones.

Y es justo lo que estoy haciendo.

Debido a mi creciente popularidad, nos han solicitado en más de un bar viernes y sábados. Más de una presentación por noche aumentaría mucho nuestros ingresos, pero al mencionar que no estoy disponible, muchos retiran su oferta.

De alguna manera, el asunto de mi padre pasó al olvido, cuando se hizo viral uno de los videos que grabamos en las presentaciones. Ni siquiera sé cuál, pero debe ser uno de los últimos. Debería sentirme bien por toda esta reciente fama, pero no. No lo estaba llevando bien.

—¡Tres presentaciones por día, Maxi! ¡Tres! ¡Y aumentando el precio por presentación! —insiste Lucas, exaltado.

—¡Y nadie nos ha cuestionado! ¿Puedes creértelo?

—Ajá —murmuro, trazando líneas en las hojas—. Chicos, tengo mucho que estudiar. Les prometo que lo pensaré.

—¡Pero esta vez hazlo en serio! —grita Lucas antes de que pueda terminar la llamada y cortar la suma de voces que me estaban provocando jaqueca.

—¿Tus amigos? —pregunta Borja desde la puerta de mi habitación. Usualmente entra un par de veces, solo para verificar cómo estoy.

—Sí —murmuro, en voz baja—. ¿Has sabido algo de ella?

—Podrías preguntárselo tú mismo. Creí que ya habían superado esto de «separarse por el bien del otro».

—No se supera a una chica como Álex.

Mi amigo guarda silencio. Sé que sigue ahí porque puedo oírlo respirar.

—Max, ha pasado un mes. ¿No crees que es tiempo de retomar tu vida?

Un mes sin tocar.

Un mes sin saber de Álex.

Un mes desde que mi vida cambió por completo, pero no de la forma en que yo esperaba.

—Es lo que hago. Voy a la universidad, vuelvo a casa, estudio...

—No compartes con nadie más que conmigo, y eso es bastante triste considerando la cantidad de horas que yo paso en AOO. Te estás alejando y eso no te hace bien. Es obvio que necesitas hablar con otras personas.

—Nadie quiere hablar conmigo. Todos me consideran una farsa.

—Eso no es verdad —Su mano se posa sobre mi hombro y por instinto cierro el cuaderno en el que dibujaba—. Sí, es posible que algunos idiotas como Julian, sigan fijándose en tonterías como el dinero o tu apellido. Si dejaras de evitar a todo el mundo, te darías cuenta de que hay gente que te estima solo por ser tú.

[1] En tus manos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora