(Apolo 77)
MAX
Enero
—...Entonces Lucas dijo: Eso es una mierda. Y Dani rebatió: Que a ti teparezca todo una mierda, no significa que lo sea. Y luego se enfrascaron en unadiscusión sin sentido mientras Hugo y yo solo observábamos y modificábamos los arreglos de guitarra esperando que ellos terminaran de pelear.
El bip, bip, bip es la única respuesta que recibo después de mi relato. Ya me he acostumbrado. Un poco. Es imposible acostumbrarse del todo a ver a tu novia en una cama y hablarle de todo lo que haces durante el día sin saber si te escucha o no. Pero no pierdo las esperanzas.
—Ya grabamos dos canciones para el álbum. «Lo que fuimos» y «Respira». A la primera le hicimos pequeños cambios a sugerencia de Henry Jones. Me parece que queda mucho mejor, el hombre sabe lo que hace.
Presiono el botón de reproducción de mi teléfono y lo dejo sobre la mesita que está junto a la camilla de Álex. «Respira» empieza a sonar en los altavoces.
—Espero que la oigas, porque es para ti —murmuro, tomando su mano—. Todas son para ti.
Río en silencio acompañado de ese fastidioso y esperanzador bip, bip, bip.
Acaricio su mano con la yema de mis dedos. Hasta hace unas semanas, Álex llevaba un anillo en esta mano. Según lo que sé, Sebastian se lo arrojó en la cara a Julian cuando salían de uno de los juicios.
—¿Qué hubiese pasado si las cosas hubiesen sido diferentes? —pregunto en voz alta—. Creo que, de saber cuál era la alternativa, hubiese preferido verte casada con ese imbécil que como estás ahora. En realidad... no creo que eso hubiese llegado a pasar. Soy lo suficientemente dramático para irrumpir en tu boda y montar un escándalo en el lugar. —Rio, imaginando la situación—. Y ahora podríamos estar juntos. Supongo que las cosas son como son.
♪♫♩♭
—¡Maldita seas, Álex! —exclamo en voz alta, dando vueltas por su habitación en el hospital. Tengo los ojos empapados en lágrimas de frustración, agradecimiento, rabia, amor... todo. Todo junto—. ¡Incluso así, te las arreglas para hacer lo que te da la puta gana! ¡Detesto que lo hagas! ¡Detesto que no puedas levantarte y darme la cara! ¡Detesto no poder discutirte y que me respondas con esa sonrisa presumida que tienes!
—¿¡Qué pasa!? —Jenny irrumpe en la sala, evidentemente alterada.
—¡Ella! ¡Ella es lo que pasa! —Apunto hacia la camilla, donde Álex sigue dormida sin enterarse de nada—. ¡De alguna manera se las arregló para donar parte de su dinero y ahora mi abuelo podrá operarse y volver a ver!
—¿¡Y qué hay de malo con eso!? —cuestiona Jenny, sosteniéndome por los brazos para que deje de caminar en círculos.
—¡Que no quiero eso! ¡No quiero su dinero! ¡Ni su ayuda! ¡Quiero que despierte! ¡Que despierte y me discuta, maldita sea!
Me derrumbo en los brazos de Jenny que me da suaves caricias en la espalda mientras lloro como un idiota, al soltar tantas emociones de golpe.
—Tranquilo. Tranquilo Max...
—Quiero que despierte —sollozo con fuerza—. Solo eso quiero.
♪♫♩♭
—Siento lo de la última vez —susurro, apoyando mi cabeza en el colchón del hospital—. Siempre logras sacar lo mejor y lo peor de mí.
♪♫♩♭
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[1] En tus manos©
Teen FictionMax lo tiene todo en la vida. Su propia banda, muchos amigos, popularidad y mujeres. Sin embargo, un video sexual que se hace viral, lo forzará a buscar ayuda en una misteriosa hacker y evitar perder todo lo que ha conseguido. Alex necesita ayuda...