🎤 44. Solo por ti

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(Soraya)

ALEX

Nunca había sentido tanta paz.

Ni en mis viajes más extremos después de fumar, había conseguido tener mi mente tan tranquila, sin analizar toda mi vida, lo que hice mal, lo que hice bien, lo que podría hacer mejor.

Pero en algunas ocasiones, tanto silencio me abruma. 

♪♫♩♭

Despierto de una larga siesta cuando el calor del sol empieza a picarme en el brazo desnudo. Al abrir los ojos, me levanto de golpe, desorientada, sin saber dónde estoy.

—Bienvenida.

Sigo el sonido de esa voz. Max me sonríe sentado a mi lado, mirándome de esa forma que siempre me gusta que lo haga. Con esa intensidad propia de sus ojos castaños.

—¿Dormiste bien?

—Sí. Supongo que sí. ¿Dónde estamos?

—No lo sé. Tú dime.

Miro a mi alrededor. Estoy en un jardín; una piscina enorme ocupa la mayor parte del espacio, varios arbustos con flores de colores decoran el entorno y un enorme árbol nos da sombra bajo la mecedora en la que ambos estamos descansando.

—Es la casa de mi madre —murmuro. Siento un escalofrío recorrerme. Max está aquí, mi madre podría molestarse si lo ve conmigo—. Tienes que irte, mi madre no puede verte aquí, hará preguntas, te amenazará...

—Tranquila, cariño. Ya todo terminó.

—¿Terminó? ¿A qué te refieres? 

Él solo sonríe y con su mano en mi nuca, me atrae hacia su boca, envolviéndome con sus labios.

Me dejo llevar por la calidez de su beso y cierro los ojos.

Y vuelvo a sentir esa paz. Esa absoluta paz y tranquilidad que me absorbe. 

♪♫♩♭

—Es una hermosa canción —comento, al escuchar el nuevo tema que Max ha escrito. Él sonríe y sus ojos brillan cuando lo hace.

—Es para ti —susurra.

Cierro los ojos y me quedo escuchando esa canción que envuelve todo a mi alrededor. De alguna manera consigue colarse por todos lados, no sé de dónde viene el sonido. Del aire, del cielo, de algún lugar que lo llena todo.

Y se repite.

Se repite.

Se repite.

♪♫♩♭

Max está molesto. Grita y da vueltas por un salón que me cuesta identificar. Creo que estamos en la casa de su abuelo, estoy sentada en el sofá, viéndolo ir de un lado a otro, pasándose la mano por el cabello con evidente frustración.

—Max... yo no...

—¡Maldita seas Álex! —exclama.

Jugueteo con mis manos con un nudo en la garganta. Intento pensar que pasó, pero no recuerdo nada antes de verlo aquí, frustrado y molesto conmigo. 

No sé qué he hecho para que esté así, quizás dije algo, o hice algo... pero no puedo recordarlo.

No puedo.

—Lo siento —susurra tomando mis mejillas—. Siempre sacas lo mejor y lo peor de mí.

Con sus pulgares borra unas lágrimas que han caído, se inclina y me besa. Me duele el pecho, el corazón, el alma... Pero su beso logra aliviar el nudo que me asfixiaba.

[1] En tus manos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora