[1] En tus manos©

🎤 28. Destino o casualidad

(Melendi ft Ha*Ash)

MAX

Observo a Álex a la distancia mientras habla con Dani de algo que las hace reír a ambas. Mi amiga parece muy interesada en algo que Álex le muestra en su celular y ella habla sin parar de esto.

Para ser alguien que se jacta de que no le gusta la gente, ha logrado encajar con cada uno de mis amigos de alguna manera.

Incluso con Hugo, que aunque hablen poco, parecen entenderse bien en esos silencios. 

—Es agradable. Me gusta —dice Lucas dejándose caer a mi lado cruzándose de brazos tras la cabeza—. Y está muy buena. Está tan buena que...

Le doy un manotazo con el dorso directamente en el estómago. Solo oigo el quejido ahogado de mi amigo al perder el aire por el golpe, porque no puedo despegar mis ojos de Álex que ríe en una carcajada junto con Dani.

—Estás muy jodido, Bro. Límpiate, se te cae la baba. —Me pasa la mano por la comisura de la boca. Me aparto de golpe y le doy un nuevo puñetazo en el brazo.

—¿Crees que sería muy apresurado si le digo... no sé... que sea mi novia o algo así?

—¿Desde cuándo están enrollándose?

—Unos dos meses, más o menos, ha sido complicado.

—¿Y qué crees que piense ella de esto?

Su pregunta me hace dudar, porque esa es justamente la parte difícil de todo esto.

Yo estoy seguro de lo que siento, pero Álex... es como un vidrio esmerilado. Puedes ver que hay algo detrás, pero tan difuso que solo puedes reconocer formas y no dar un nombre a nada de lo que ves. 

Tengo un plan para esta noche. Por su puesto que tengo uno. Pero estoy asustado y nervioso, pero es la mejor forma para poder romper ese cristal de una vez por todas, y ver todo lo que hay detrás.

—¿Ya hablaste con el dueño del pub? —pregunto.

—Por supuesto —responde Lucas con orgullo.

—¿Te dijo que sí?

—¿Dudas de mi carisma? —cuestiona con altanería.

Le doy un golpe de puño en el brazo que me devuelve de la misma forma y empezamos a golpearnos como dos infantes. Álex se acerca y Lucas, más rápido que un trueno, desaparece y nos deja solos.

—Deja de desordenar tu cabello —pide, pasando sus manos por mi pelo para ordenarlo. Me toma del mentón, mirando mi rostro con los ojos entornados. 

Los golpes que me dieron los tipos hace una semana, aún son notorios en mi cara y entre ella y Dani los han maquillado para que no se vean al momento de presentarme. A todos les parece bien que parezca un chico malo en el escenario, no que sea uno de verdad. 

—Te ves guapo hoy —murmura acercándose a mis labios.

Se inclina hasta el sofá para darme un beso, la tomo de la cintura y en un movimiento la dejo sentada sobre mis piernas. 

—Yo soy guapo todo el tiempo.

—Y también muy humilde —bromea.

Nos besamos sin importar que el resto de la banda esté por ahí revoloteando en la sala. Ya están a acostumbrados a vernos y además, parece que estuviéramos compartiendo algo muy íntimo más que sexual. 

Mierda. No sé en qué momento me lancé de cabeza al concreto por esta chica.

—¡Su turno, chicos! —grita alguien desde fuera dando unos golpes.