(DrefQuila)
MAX
Mi cuerpo reaccionó de inmediato cuando la vi sentada al final del pub. Fue instantáneo. De alguna manera, había pensado tanto en ella desde la noche anterior que perfectamente podría ser una alucinación, pero no. Ahí estaba, con sus ojos azules siguiéndome con la mirada por todo el escenario.
Álex no es mi tipo, aun así, sigue siendo una chica atractiva y sé cuándo una mujer me desea. ¿Por qué no calentar un poco las cosas?
Después de bajarme del escenario, cambié mi camiseta rapidamente, di unas instrucciones a Lucas para que se hiciera cargo del pago de esta noche y llevar los instrumentos a la mañana siguiente al galpón. Salí por la puerta trasera y volví a entrar al lugar directamente a buscar a Álex.
Ella no dudó en seguirme y aquí estamos, con mis manos en su cintura y su boca pegada a la mía.
Aún no me ha tocado y ya me siento en un éxtasis indescriptible. No me importa traerla a este sitio, qué más da. No tengo nada que esconderle porque he sido muy idiota para poner mis secretos a su disposición y pueda controlarme como ella prefiera. Aquí tendremos tiempo, privacidad y nada que nos interrumpa esta vez.
—Álex... ¿Estás segura...?
—¿Te estás arrepintiendo, Megamax? —murmura en un jadeo que recorre mi espina dorsal—. No creí que fueras inseguro.
—No es inseguridad. Pero necesito tu consentimiento para hacer todo lo que estoy pensando.
Álex se incorpora y me mira a los ojos a una distancia muy corta.
—Puedes hacer lo que quieras conmigo, Max.
¿Por qué me calienta que diga mi nombre de esa forma? Me he acostumbrado tanto a ese estúpido apodo, que la siento diferente cuando no lo dice.
—¿Lo que quiera? ¿Estás segura? —susurro antes de darle un pequeño mordisco en sus labios carnosos.
—Lo que quieras...
Enredo su cabello en mi brazo jalándolo un poco. Ella gime de placer y me acerco a su cuello rozando mis dientes en su piel.
—Solo dime si te arrepientes.
No responde.
Solo gime conteniéndose cuando recorro la curva de su cuello con mi lengua muy despacio.
—Grita todo lo que quieras —murmuro en su oído—. El lugar tiene aislación acústica para los ensayos, nadie te oirá. Solo yo.
Ríe, pero cuando le doy un breve mordisco en el cuello esta vez no se contiene y su gemido es un poco más alto.
—Eso es. Se una buena chica y dame el placer de escucharte.
Recorro su espalda, sintiendo como se estremece mientras la toco. Me siento extasiado. Estaba seguro de que no le gustaba el contacto físico y que me permita tocarla de esta manera es como si me estuvieran dando un regalo prohibido. No solo quiero tocarla, quiero tomarla, probarla, mirarla desde todos los ángulos. Tenerla conmigo la mayor cantidad de tiempo que me sea posible.
—¿Eres excesivamente lento para todo, Megamax? —jadea luego de un rato en el que lo único que he hecho ha sido besarla y acariciar su espalda.
—Me tomo mi tiempo.
—Quizás yo no tenga tanto tiempo.
—Silencio cerebrito, agradecerás que no sea rápido para todo.
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[1] En tus manos©
Teen FictionMax lo tiene todo en la vida. Su propia banda, muchos amigos, popularidad y mujeres. Sin embargo, un video sexual que se hace viral, lo forzará a buscar ayuda en una misteriosa hacker y evitar perder todo lo que ha conseguido. Alex necesita ayuda...