- ¿alguna vez te haz preguntado que diferencia la alegría de la felicidad? - preguntó aquella vez. siendo curioso, apasionado y único, como siempre lo sabía ser.
- no realmente - murmuró, admirandolo como la más preciosa joya o la mejor bendición...
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Ao'nung tomó aire a profundidad, como cada vez hacía antes de salir de su hogar.
Salía de su casa temprano en las mañanas, solo para ir hasta su Universidad. Su sitio seguro y donde más podía disfrutar de su juventud, según él.
Caminaba unas cuantas cuadras entre las calles de New Jersey, siempre acompañando a su hermana hasta que se encontraba con alguno de su equipo de natación, o su mejor amigo Rotxo, teniendo siempre un excelente inicio de día en cuanto escuchaba algún chismorroteo nuevo que le llamase la atención.
── ¡Ao'nung! ── escucho la inconfundible voz de su amigo, antes de sonreír y saludar, mientras se acercaba a él ── no me lo vas a creer, amigo. ¡vi una chica hermosa hace rato!, ¡y parece que va a entrar en nuestra universidad hoy! ── le comento con felicidad, provocándole un resoplido y que negara con la cabeza, sonriendo.
¿Rotxo diciendo que una chica era hermosa, y no plástica o vacía, (además de que no fuese su hermanita Reya)?
Imposible
── Bueno, tendré que verla entonces ── comento con una sonrisa ladina, antes de escuchar al chico y su gran descripción sobre la mujer perfecta que acababa de presenciar.
Le estuvo escuchando hasta que llegaron a las puertas de la universidad más popular y de difícil acceso de toda la región. La gran Pandora, como le solían llamar, gracias a los grandes talentos que se llegaron a descubrir allí con él pasar de las décadas.
Estuvo observando distraídamente a un montón de alumnos en su pasar, hasta que se encontró con uno de más de los muchachos de su equipo de natación, saludándolo con levedad.
El tipo no le agradaba... pero como por regla del equipo (y siendo, literalmente el capitán) debía de llevarse bien con todos, incluso con un novato idiota como aquel.
── ¿Qué hay capitán? ── le escucho pronunciar, antes de que este se le acercará y le golpeara amistosamente el hombro ── ¿ya ha visto a el grupito de raros que llegó hoy? ── le comentó este con una sonrisa de patán, justo lo que era.
── no, no los he visto ── respondió aún así, manteniendo la distancia con el muchacho ── ¿que tienen de raro? ── preguntó sin real interés, mirando como todo mundo se dirigía a sus salones de clase o los casilleros en la universidad, por lo cual se acercó al suyo con intenciones de guardar su mochila y sacar su bolsa del equipo de natación.
── tienen la piel negra ── respondió de inmediato el otro, ya sin tener a Rotxo o Tsireya cerca de ellos dos. No pudo evitar el verle de reojo con algo de asco por su forma de hablar hacia la gente con piel de color. Eso no tenía nada de raro, y era hasta hermoso, en su opinión ── y uno de ellos usa crop tops, ¡como las mujeres! — señaló, haciendo uso de sus manos para explicar que tan cortos eran dichos crop tops.
Ignorante
── no te creo ── murmuró en tono burlón, rodando los ojos y cerrando su casillero antes de empezar a andar y alejarse de él. Necesitaba meterse al agua ya para poder dejarlo de escuchar. Tremendo imbecil.
El chico por supuesto no se alejo, siguiéndole el paso hasta el área por donde se llegaba a la piscina, pasando cerca de grandes pabellones como el de baloncesto, béisbol o (el que consideraba el más inútil y estupido) el de arquería. Aunque eso se debía solamente a que llevaban más trofeos que el equipo de natación, ganando con unos 4 por encima de ellos en los últimos años.
Hubo un momento en el que tuvo que evitar a varios en su paso, tratando de cortar conversación con el novato y mirándole más de una vez, hasta que chocó de bruces contra alguien más, tropezando hacia un lado.
── ¡Hey! ── se enojo al instante, cansado del intenso parloteo de su compañero de equipo, y ahora cargado de mal humor, mirando a la persona que tropezó con el hace unos instantes, quien había caído al suelo al parecer ── mira por donde vas, ¿Quieres? ── escupió con frialdad y molestia, antes de notar bien a dicha persona.
── lo siento ── le escucho decir, mientras este se levantaba y se arreglaba la gran bolsa detrás suya. Un estudiante de arquería ── tengo mucha prisa ── continuó este a pronunciar, antes de que sus ojos se encontrarán, dejándole mudo y con un enojo inexistente después.
Era un chico de piel canela y ojos ambarinos, que portaba un arco de aquellos que tanto repudiaba.
Se veía agitado y apresurado, acomodando un tierno gorrito de lana marrón que habia sobre su cabeza, antes de pasar de ellos, probablemente en busca de su club.
── Ugh, ¿como se atreve?. ¿Ya viste como va por ahí con esa estúpida vestimenta? ── señaló el otro, haciendo que dejase de seguir con los ojos al muchacho de arqueria para prestarle atención ── estoy seguro de que tiene que ser un gay de mierda, que asco ── se quejó este, haciéndolo suspirar y contar hasta 10 en su cabeza, antes de avanzar hacia su propio club.
Así que ese era uno de los nuevos... y el que usaba crop top.
Lejos de parecerle raro, le parecía... ¿novedoso? Tal vez. Como ese tipo de persona de la que uno nunca se aburriría... además, parecía cortés y de buen comportamiento, por su carita de bebé.
al menos, en su primera impresión.
Se preguntó durante un rato si lo podría ver otra vez, antes de sacudir su cabeza y escuchar al entrenador pasando los listados, regresando su concentración a lo que era de mayor importancia para él.
