•○𓇬 su sueño 𓇬○•

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Ao'nung jugaba suavemente con la mano de Neteyam, haciendo a este reír de forma débil mientras le devolvía el gesto con esos deditos delgados y temblorosos, posando su mano contra la suya

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Ao'nung jugaba suavemente con la mano de Neteyam, haciendo a este reír de forma débil mientras le devolvía el gesto con esos deditos delgados y temblorosos, posando su mano contra la suya.

Ya había pasado alrededor de una hora desde que este despertó, viéndose igual de cansado... pero más activo y capaz de mantenerle una conversación sin mucho tropiezo o fragilidad.

Tenía esa terrible sensación opresora y amarga en el pecho de que lo estaba perdiendo... cosa que no podía asimilar en lo absoluto.

── oye Ao-Ao ── pronunció este con levedad, a lo que entrelazo sus dedos con los de él, mirándole sonreír ── tengo en mi casa un cuaderno en especial que me gustaría lo tuvieras tú ── murmuró, dedicandole una tierna mirada con esos ojitos avellana tan bonitos que tenía ── y ese libro que compré en nuestro viaje, es muy bueno... así que te recomendaría que te lo quedes también ── susurró, a lo que se acercó un poco para besarle la mano, impotente.

── lo leeremos juntos... no hables como alguien que está despidiéndose, por favor... ── le suplicó, teniendo una pequeña risa de este que le caló en el alma que ya traía destrozada ── hey, recuerdo que nunca me dijiste si tenías un sueño ── murmuró, tratando de alejar eso de las despedidas y ponerlo lo más lejos posible.

── mi sueño... ── pronunció, mirando al techo ligeramente sin borrar aquella sonrisa suya, pensativo ── te lo diré si me dices el tuyo ── susurró, volviendo a mirarle ── tu nunca me lo dijiste tampoco ── terminó de decir, sacándole una pequeña sonrisa melancólica al respecto.

── eso es algo injusto, ya que yo lo pedí primero ── contrarrestó, viéndole algo divertido al respecto, resoplando puesto que no planeaba hablar primero.

No sin antes escucharlo a él

── entonces... hagamos esto de otra forma ── susurró apacible, antes de mirar por la habitación vagamente ── esos documentos de ahí ── señaló con la cabeza hacía unos papeles que dejó el doctor, teniendo estos algunos bolígrafos encima para que no se fueran volando por la habitación.

── ¿estos? ── consultó para confirmar que se referia a ello, tomandolos de su sitio tras soltarle la mano, tomandolos con todo y bolígrafos ── no entiendo ── murmuró, sin saber para que los quería.

── tu pasamelos ── contestó, a lo cual accedió y se los dejo en manos, viendo lo que hacía. Notó como este arrancaba un pedazo de documento vacío, poniéndole algo ansioso al respecto.

── oye, tu doctor va a matarme si ve esos papeles rasgados ── murmuró, a lo cual este rodó los ojos con diversión y le ofreció un pedazo de la hoja rota, soltando un "no se molestará" después ── ¿para que es esto? ── preguntó, antes de entregarle un bolígrafo ya que este se lo pidió.

── yo te escribiré mi sueño, y tu me escribirás el tuyo ── contestó con una sonrisa mientras empezaba a escribir, dejándole entender lo que se proponía.

Soltó un resoplido ante aquello, sin poder evitar sonreír y asentir, escribiendo su sueño por penoso que fuera en el papel arrancado.

"Quiero casarme contigo", fue lo que le dejó en aquel papel, antes de doblarlo en dos y entregárselo, intercambiando las hojitas.

── sólo no te rías de lo que haya escritó ── le pidió este, teniendo su papel ya en las manos, al igual que él tenía el de este.

── mientras tú no te rías del mío ── pronunció con cariño, antes de escucharle decir "jamás", abriendo el papel después.

No tardó mucho en seguirle el paso y ver lo que este le escribió sobre su sueño, apretando los labios con una sonrisa al leer lo que decía.

"Casarme contigo...", decía aquel trozo de papel.

No pudo evitar el cubrirse los ojos con una mano, sonriendo con un inmenso dolor y conteniendo las ganas de llorar otra vez que estaban allí, invasoras.

── vaya... ── murmuró el otro, haciendo que le viera y notará un tierno sonrojo en su rostro, notándose inmensamente feliz a pesar de estarse muriendo ── que cursi ── canturreó, haciéndole reír mientras se le escapan algunas lágrimas que tuvo que limpiar, sorbiendose la nariz.

── mira quien lo dice ── le contestó, escuchandole reír bajito por igual ── realmente desearía que te quedarás ── murmuró, volviendo a tomar la mano de este y acariciandola, sin poder de tenerse de llorar, atesorandolo cada segundo. Si pudiera... ya le hubiera donado su médula ósea de una vez, cosa que le causaba un hueco enorme en el pecho al no poderlo hacer.

── aun sigo aquí tontito ── susurró este con un deje de dulzura y cariño, haciéndole asentir triste.

── ¡¡Ao'nung!! ── escucho gritar a Tsireya, antes de que tuvieran que ver hacia la entrada encontrandola toda agitada y recuperando el aire ── donante ── pronunció, antes de señalar hacía fuera ── ¡apareció un donante! ── explicó con rapidez, sorprendiendole.

No tardó en levantarse de su sitio para ir con Reya, asegurándole a Neteyam que ya regresaría con él en un momento.

Tenía que confirmar que aquello fuese verdad

Salió con su hermana por los pasillos hasta el área donde esperaba la mayoría de los conocidos de Neteyam, siendo los familiares de este, su mamá Ronal y su amigo Rotxo, además de Spider.

Pudo divisar como Lo'ak lloraba en una esquina agachado, mientras que Kiri era abrazada por Rotxo. Tuk estaba a manos de Spider, confundida seguramente con las lágrimas de sus hermanos y la conmoción.

Notó como el señor Jake abrazaba firmemente a una dama de piel morena y esbelta figura, quien se encontraba apretujando al Sully entre sus brazos con fuerza... como si se conocieran, y llevarán muchos años sin encontrarse.

── ¿ella es la donante? ── preguntó con inquietud y esperanza, antes de notar como esta se soltaba de aquel apretujado abrazó para verlos a Tsireya y él, portando una sonrisa que se parecía tanto a la de su morenito... Que le hizo hasta querer llorar más de lo que ya

── lo soy ── contestó la mujer, antes de extenderle una mano con un deje de pena y cortesía ── ma Jake me ha contado mucho de ti y mi hijo por teléfono ── pronunció, causándole sorpresa con sus palabras.

Era la mamá de ojitos bonitos

No pudo evitar el acercarse a esta para tomar su mano, rompiendo a llorar totalmente agradecido de su presencia y de que tuviera compatibilidad en más de un sentido con su amor.

── No sabe cuanto le agradezco su presencia... ── balbuceo entre lágrimas interminables, antes de que esta le ofreciera un abrazo que aceptó sin dudar, encontrandolo muy reconfortante.

Pudo escucharle diciéndole algo en español como "gracias por cuidar de mi niño", cosa que no entendió en lo absoluto, pero que si comprendió era algún tipo de gracias.

Por fin aparecía algo que le dejará tener esperanzas de salvar a la persona que tanto amaba.

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Después de Ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora