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Neteyam acariciaba los bordes del papel que intercambio con Ao'nung lentamente, absorto en su contenido.
Se sentía feliz... porque, este tenía exactamente el mismo sueño que él.
Después de que el otro se fue con Tsireya procuró esperar, algo impaciente por noticias tras lo que está gritó nada más entrar a la habitación. Eso de un donante y así.
Se esperaba ver a Ao'nung y Reya entrar al cuarto nada más, pero vaya fue su sorpresa al ver tras unos largos y eternos minutos como entraban varios médicos, espantandolo por completo hasta que arrugó el papel, dejándolo en su puño cerrado.
── ¿que esta pasando? ── preguntó con confusión, antes de notar que se dirigían a moverlo de su sitio, movilizando el suero y demás ── Ao'nung ── pronunció con levedad, notando como entraban su novio al cuarto y se acercaba a él después de que le sacaran la máscara de aire, besándole la frente ── ¿que esta ocurriendo? ── volvió a preguntar hacía este, posando su mano libre sobre la mejilla de este.
── van a ingresarte en quirofano ── le respondió con una sonrisa pequeña, antes de moverse a besar la palma de su mano ── van a hacerte el transplante mi amor... ── terminó por decir, dejándole un poco en blanco.
── ¿entonces si encontraron un donante? ── preguntó inquisitivo, a lo cual pudo verlo asentir, alejándose para que le pasarán a poner una máscara diferente ── esperen- Ao- ── trató de moverse, buscando agarrar a su novio para que no se le alejará, sin éxito ── ¿Quién es el donante? ── intentó preguntarle, confundido y aturdido ante todo.
── por favor no haga movimientos bruscos ── le pidió uno de los médicos, tomándole del brazo con cuidado para indicarle que se relajará.
── pero- ── intentó contrarrestar, resignandose a quedarse quieto al no tener realmente suficiente fuerza como para estarse moviendo ── Ao-Ao ── murmuró, tratando de ver a su novio por detrás de los médicos, parpadeando con el ceño fruncido, ya que la visión se le estaba poniendo borrosa gracias a la anestesia que le empezaba a dormir.
No tardaron mucho en empezar a mover su camilla e indicar cosas a su alrededor, dejándole bastante mareado entre conversaciones que tenían sobre donde llevarlo, que hacer y más.
Apretó entre sus manos el papel enroscado, nervioso con todo y aturdido con las luces del pasillo, cerrando los ojos por largos ratos.
Antes de que lo pudieran meter a la sala de quirofano, pudo notar de forma fugaz la figura de una mujer conocida y sus amigos o familia en las salas de espera, quedándose estupefacto.
¿Esa no era su mamá?
Imposible
Se le resistió a la anestesia todo lo posible, visualizando vagamente la sala donde lo llevaron y notando con terror las agujas o utensilios quirúrgicos que habían en una mesilla, además de la camilla central que tenían con luces blancas por encima, señalando directo a ese sitio.
── Ao'nung ── reclamó de inmediato, asustado y queriendo verlo mientras empezaban a organizar todo, movilizando a la otra camilla como si nada.
Miedo, tenía miedo.
Tenía muchísimo miedo── aquí estoy, aquí estoy ── le escuchó decir mientras se aproximaba su voz, calmandole el hecho de que estuviera allí, viéndolo fijo ── tranquilo, empezarán después de tener preparado todo como en media hora ── le murmuró este,mientras que a él lo ponían de lado, señalizado puntos en su espalda y charlando cosas que prefería no escuchar.
── tengo miedo ── confesó hacia este, viéndole con los ojos pesados y temor. Ya casi no podía mantenerse consciente.
Ao'nung se puso lo suficiente cerca como para tomarle de la mano, aplicando algo de fuerza para hacerle entender que estaba allí, apoyándolo.
── no hay nada que temer ── murmuró él, acariciandole la mejilla para apartarle los cabellos después, cuidadoso. Neteyam decidió asentir ante esas palabras, apretandole la mano a este sin mucha energía que le sobrará.
── ¿Quién era el donante? ── volvió a preguntar con dificultad en la visibilidad, maldiciendo esa máscara y tratando de quitarla de su rostro, sin querer dormirse todavía ── Ao'nung ── exclamó con angustia, mientras que este miraba por un momento hacia un médico que le pedía que saliera pronto.
── Es alguien especial ── contestó, volviendo a mirarle con esos ojos azules y una sonrisa, haciéndole quejar ── sal bien de esta operación y averigualo tu mismo muñequita ── murmuró, antes de que le regañaran por quitarse la máscara y se la volvieran a poner.
── eso no es justo ── suspiró con agobio, notandolo todo borroso en frente suya ── Ao'nung... ── murmuró con levedad, apretandole un poco más la mano mientras ignoraba a los médicos, con mucho menos temor y más tranquilidad. El otro le soltó un suave "dime", haciéndole sonreír mientras que entrecerraba los ojitos, siendo vencido por la anestesia. Habia muchas clsas que queria decirle todavía, y muchas otras que le quería preguntar ── alguna vez... te haz preguntado, ¿que diferencia la alegría de la felicidad? ── susurró, notandole todo chistoso y confundido con su pregunta repentina, como siempre.
── no realmente ── contestó, haciéndole sonreír un poco más al saber que le creo una duda ── ¿en que se diferencian? ── preguntó con curiosidad, antes de que se pudiese escuchar a un médico recordándole al otro que debía salir. Ao'nung le pidió un momento más en respuesta.
── lo sabrás cuando salga de aquí ── murmuró, recibiendo un quejido de este seguido de un "¿ahora quien es el injusto?" Que le hizo reír débilmente, cerrando los ojos para apretarlos un poco, luchandole un momento más a la jodida anestesia.
── es una promesa, sin juegos. ¿Verdad? ── preguntó el otro, a lo cual solo asintió adormecido, pasando a posar su meñique débilmente contra él de este.
── es promesa... ── murmuró, sintiendo como se le plantaba un cálido beso contra la frente que provocó su sonrisa no se pudiera borrar, feliz de tenerlo ese ratito antes de irse a operar.
── si incumples te voy a arrastrar de los pies ── escucho medio lejano, queriendo reírse de ello ── tú puedes arquerito ── fue lo último que pudo llegar a oír, antes de quedarse completamente inconsciente.
Le hubiese encantado quejarsele de ese apodo extra... pero ya sería para otra ocasión con menos anestesia de por medio y sin médicos por doquier.
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Después de Ti
Fiksi Penggemar- ¿alguna vez te haz preguntado que diferencia la alegría de la felicidad? - preguntó aquella vez. siendo curioso, apasionado y único, como siempre lo sabía ser. - no realmente - murmuró, admirandolo como la más preciosa joya o la mejor bendición...