•○𓇬 tratos con condición 𓇬○•

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Ao'nung acariciaba los deditos de Neteyam lentamente y en silencio, viéndolo dormir

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Ao'nung acariciaba los deditos de Neteyam lentamente y en silencio, viéndolo dormir.

Hace un buen rato que este había perdido energías por tanta conmoción, y los analgésicos (que le administraron por el dolor) que todavía rondaban por su sistema lo dejaron completamente inconsciente.

Escucho un carraspeo de garganta que llamo su atención, antes de que girará la vista hacia el hermano de ojitos bonitos, encontrandolo no muy feliz y con los brazos cruzados, apoyado contra una pared.

Ao'nung sonrió con un poco de burla, sabiendo que no podían armar alboroto o los sacaban del hospital. Eso incluía en los términos que Lo'ak no podía atacarlo.

Vio como este salió de la habitación hecho enojo, antes de soltar un suspiro y volver a concentrar su atención en Neteyam dormido.

No sabía que el otro tuviera una condición médica tan inestable...

Se tomó un rato para pensar en alguna señal de aquella enfermedad que no haya notado antes, meditando en silencio.

Lo único que le venía a la mente, eran las pastillas del otro.

Se movió de su sitio y se dio la libertad de agarrar la mochila de Neteyam, buscando en su interior el frasco de medicamentos para poder ver las etiquetas e investigar un poco sobre dicho medicamento.

No tardó en investigar por Internet que era eso del mesilato de imatinib, siendo que era todo lo que decía el frasco, puesto que seguramente el morenito lo personalizo,  justo para evitar los ojos curiosos.

Descubrió por cuenta propia que... dichas pastillas, eran justo para los cánceres en la sangre, y que se administraba una vez al día todos los días.

Las páginas que hablaban del medicamento también le llegaron a informar que las dosis se podían volver más pesadas si el consumidor pasaba a una fase más alta y crítica de su enfermedad... y también aprendió, que dicho medicamento se tomaba mientras la enfermedad se mantuviera.

Lo último que leyó con preocupación y algo de agobio, fue el precio del medicamento, mientras que volvía a dejar el frasco en su lugar, mirando al chico recostado en la camilla.

Se dijo a sí mismo que... esperaría, hasta que se despertará para preguntarle unas cuantas cosas, en todo caso de que este estuviera totalmente tranquilo al abrir los ojos, por supuesto.

Espero largos ratos, viendo algún vídeo por Internet o mirando por alguna ventana hacia el exterior, notando la noche pasar con lentitud, sin poder pensar en otra cosa que en el chico de ojitos avellana recostado no muy lejos de él. 

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