- ¿alguna vez te haz preguntado que diferencia la alegría de la felicidad? - preguntó aquella vez. siendo curioso, apasionado y único, como siempre lo sabía ser.
- no realmente - murmuró, admirandolo como la más preciosa joya o la mejor bendición...
Como chillan mis queridos, pero que se les va a hacer. Se les quiere.
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── ¿Porque no me dijeron esto antes? ── escuchó de forma algo lejana, haciéndole apretar los ojos y abrirlos lentamente, desubicado de su alrededor.
── si él no te lo quiso decir no es mi jodido problema ── escucho decir después, escuchando cada vez más fuerte y claro mientras miraba a su alrededor.
¿Estaba en el hospital?
...¿cuando...?
── ¿tu jodido problema?, ¡¿quieres saber cual es tu jodido problema, Lo'ak?! ── escucho decir, angustiandole y provocando que se inquietara rápidamente, sintiéndose muy incómodo y asfixiado con las cosas que tenía conectadas, tratando de quitarselas ── Neteyam ── escucho mencionar con rapidez, deteniendo aquella pelea de la que no entendía nada ── nonono, quedate acostado, no te muevas ── le pedía Ao'nung, a quien por fin lograba identificar.
── quitamelos ── pidió con desesperación y sollozos, tratando de sacarse la intravenosa mientras el otro lo sostenía, deteniendolo ── ¡dejame! ── grito desesperado y atormentado, sin fuerza suficiente para resistirse a que este lo hiciera recostar otra vez ── ¡maldita sea! ── chillo destrozado, dejando de resistirse, sabiendo que no podría escapar de los brazos ajenos nunca y empezando a llorar.
Él no quería que su cita terminará así... lo había arruinado...
── tranquilo... ── murmuró el de ojos azules con levedad, sosteniéndose entre sus brazos y evitando que se quitara la aguja del brazo, meciendole y provocando que se desparramara su corazón atormentado ── esta bien... ¿okay?, esta bien ── le escucho susurrar, dejándole sin fuerzas de protesta.
Neteyam se aferro lentamente a este, llorando contra su pecho impotente.
No deseaba que... Él no quería que Ao'nung se enterara de su enfermad... al menos de tal forma...
── perdón... ── se empezó a disculpar, sintiendo que sus huesitos le dolían con cada movimiento... pero aferrándose al otro de todas maneras, persistente y sin querer que en algún momento le vaya a soltar ── arruine nuestra cita... ── balbuceo con pesar, antes de que este empezará a negar y le tomará de la cabeza con cuidado, besandole la frente de una forma que lo tranquilizó.
── no se arruinó bonito, tranquilo ── susurró este, antes de ofrecerle una sonrisa bastante dolorosa para él, limpiandole las lágrimas ── puede que nuestra primera cita no haya terminado bien, pero tendremos muchas más, ¿cierto? ── murmuró este con un deje de cariño, haciéndole sorber su nariz y asentir, mirándole a los ojos mientras se calmaba por completo.
