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Neteyam deslizaba sus dedos entre los cabellos de Ao'nung con lentitud y cuidado, sin querer despertarlo.
Se veía tan cansado que, supo de inmediato que necesitaba tranquilizarlo, buscando formas de que este calmara su llanto y se relajará ahí, estando contra su pecho hasta caer rendido, justo como estaba en ese momento.
Desde que abrió los ojos había sentido todo el cuerpo pesado y difícil de mover, así que era casi un jodido milagro el que pudiera tomar fuerzas para hablarle u acariciarle, doliendole horrores el hacer cada cosa.
Se preguntó qué fue lo que pasó en su mente una y otra vez, sin poder recordar nada más que algunos sonidos o luces, incluidos al llanto lejano de la voz de Ao'nung, desesperado a su causa.
Suspiro lentamente y apretó los ojos, dejando de verle antes de admirar el techo, tratando de evitar que la anestesia que tenía entre las venas no lo durmiera.
Quería admirar a su pececito un poco más
── ¿Hijo? ── escucho decir al señor Tonowari desde la entrada, obligandole aquello a verle y llevarse un dedo contra los labios, pidiendo silencio.
Tonowari al verlos primero pareció estar sorprendido, antes de sonreír con un deje melancólico y triste para acercarse, sentándose junto a ellos y ayudándole un poco a acomodar a Ao'nung, quien estaba en una posición bastante incómoda desde el borde de la cama hasta su pecho.
── ¿cuánto tiempo estuve inconsciente? ── susurró, mirando al papá de su novio con un deje triste por igual, sintiéndose bastante culpable de que el otro estuviese así de mal por él.
── toda la noche ── le contestó entre susurros también, haciéndole quejar con dolor por aquello, apoyando el dorso de su mano con un catéter contra su frente.
Maldita sea
── debería terminar de morirme ── se quejó con angustia en un hilillo de voz, reteniendo las ganas que tenía de llorar. Él odiaba con todo lo que tenía el haber puesto a Ao'nung tan mal... y detestaba en general que cualquiera de los que le amaban se pusieran tristes por él.
Estaba cansado de ser tan jodidamente débil
── no digas eso muchacho ── le pidió al señor Tonowari, provocando con aquello que tuviera que tomar un poco de aire, tembloroso y con las lágrimas al borde, queriendo salir ── no puedes evitar el que otros nos preocupemos por ti, así que es nuestro problema si quienes te apreciamos nos queremos poner mal por tu estado ── sonrió este con pesadez, haciendo que le mirará ── no te arrepientas de vivir por nadie ── terminó por decir, haciendo que se le salieran las lágrimas traicioneras, arrugando la nariz con un picor insoportable en el interior de su pecho.
── yo amo demasiado a su hijo, señor... ── expresó entre susurros, llorando ── y no me gusta verlo así ── balbuceo con pesar, sorbiendo su nariz y sobandose los ojos con dificultad.
Tonowari tan solo le paso la mano por la cabeza con cuidado, alargando su dolorosa pena y provocando que quisiera llorar más, sintiéndose horrible.
── gracias por amarlo ── agradeció este con una sonrisa, por lo cual solo asintió con levedad, apretando los labios para no sollozar ── y gracias por existir para él y darle a alguien para amar, también ── prosiguió a decir, apretando su hombro sin fuerza, de manera reconfortante ── en este mundo no se puede amar sin que duela... así que te agradezco de todo corazón que ames a mi niño por sobre todo lo que te pueda doler ── murmuró, llevándose una mano al pecho para expresarse lo mejor posible hacia él.
Sollozo sin poder evitarlo y se cubrió un poco la boca, teniendo que reír un poco en cuanto Ao'nung frunció el ceño y se le acurrucó, viéndose tierno a su parecer.
Realmente lo amaba demasiado... tanto, que no sabía que hacer para evitar justamente lo que decía Tonowari.
El dolor
El padre de su pareja se quedó con ellos un poco más hasta que sus sollozos se calmaron, alegando que buscaría a alguna enfermera para avisarle que ya había despertado y le revisaran, además de que al parecer preguntaría por si podía llevarle algo de tomar, para evitar su deshidratación.
Realmente era un cielo de persona, y le recordaba a su papá...
Se quedó sorbiendo su nariz en el silencio que les envolvió a Ao'nung y él después de que Tonowari se marchó, escuchando el sonido de las máquinas cerca suya, molestandole estas un poco, pero siendo aún así mejor que el terrible silencio.
Se limpió los restos de lágrimas lo mejor posible y continuó acariciando los cabellos del chico que estaba contra su pecho con amor, atesorandolo... y amandole con todo el corazón, por mucho que eso le quemará vivo.
Se mantuvo recordando sus palabras cuando le preguntó sobre su canción favorita, dejando que se le formará una sonrisa débil en el rostro con ello. Ao'nung era enteramente cursi cerca suya... y eso le gustaba mucho, la verdad.
Pudo presenciar como una enfermera entraba a la habitación seguida de Tonowari, quien se quedó en la entrada con las manos en los bolsillos mientras la señorita la empezaba a preguntar como se sentía, notando a Ao'nung con cierta duda.
Ella y Tonowari después de que les dijo que realmente le dolía bastante el pecho, intentaron moverlo, pero este se puso a quejarse entre sueños, llorando y balbuceando de forma lastimera algún que otro "no", aferrándose a él.
No pudo evitar el abrazarle y soltar una fuerte carcajada, evitando que se lo quitarán de allí, pidiendo que lo dejaran estar, asegurando que estaría bien (y mejor) con tenerlo cerca suya.
Estos se resignaron de inmediato y no volvieron a intentar el moverlo, dejándolo mientras que la señorita le empezaba a hacer algunos análisis ligeros para verificar el estado de su sangre, su garganta y sus cuerdas vocales, hablándole de forma amable y cortés.
Al final, esta anotó algunas cosas y le expresó que su leucemia estaba intentando avanzar, y que era un milagro que su cuerpo haya expulsado sangre contaminada en hemorragias, ya que eso lo retuvo en el estado actual, pero sin ser suficiente. Se tenía que tratar para ese mes o no habría nada que pudieran hacer por él.
Asintió ante todo con una sonrisa y le agradeció por su enorme sinceridad, antes de pedirles a ambos que le pasarán una cobija para abrigar a su novio, ya que le daba pena que a este le diera frío estando allí con él.
Finalmente... ambos se fueron, volviendo a dejarlo sólo con su chico de ojitos azules, a quien le propinó algunas caricias más antes de empezar a adormecerse, teniendo bastante sueño todavía por culpa de las anestesias.
Pudo quedarse completamente dormido con una sonrisa plasmada, disfrutando el escuchar su tranquila respiración y sentir su calorcito pasarsele a él, siendo acogedor.
No pensaba dejarse caer ante el mundo mientras Ao'nung lo necesitará... puesto que al mismo tiempo
Lo necesitaba a él para vivir
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Después de Ti
Fanfiction- ¿alguna vez te haz preguntado que diferencia la alegría de la felicidad? - preguntó aquella vez. siendo curioso, apasionado y único, como siempre lo sabía ser. - no realmente - murmuró, admirandolo como la más preciosa joya o la mejor bendición...