- ¿alguna vez te haz preguntado que diferencia la alegría de la felicidad? - preguntó aquella vez. siendo curioso, apasionado y único, como siempre lo sabía ser.
- no realmente - murmuró, admirandolo como la más preciosa joya o la mejor bendición...
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Neteyam abrió los ojos con pereza y aturdimiento, mirando a su alrededor sin saber cuanto tiempo llevaba dormido.
Mantuvo la manta que tenía alrededor de su cuerpo enroscada a su figura y se sentó, preguntándose poco a poco... ¿Donde mierda estaba?
Pudo observar que era una casa de madera... en una habitación con decoraciones bastantes playeras y que le dejaron más confundido todavía, sin ubicarse.
Se puso de pie y empezó a andar despacio por ahí, saliendo del cuarto y tratando de visualizar a Ao'nung, empezando a asustarse por estar en un lugar extraño y sin él.
Pudo admirar algunas tablas de surf bien ordenadas en un rincón de la sala de aquel lugar, además de varios marcos con fotos colgadas y decorados con caracoles... una mesa para 4, algunos sillones, una chimenea-
¡Una chimenea!
Se acercó a esta bastante curioso y se agachó, admirando lo que parecía ser una chimenea antigua y toda bonita que le hizo sonreír, pasando la mano por los bordes de esta para notar el polvillo negro que causaba el humo dentro de esta.
── Aloha ── escucho detrás suya, provocando que se parara derecho de inmediato y se girará, en guardia ── vaya, tranquilo muchacho ── habló el hombre extraño, alzando las manos con una sonrisa que por alguna razón... le resultó bastante familiar.
── ¿Quién es usted? ── preguntó, notando que se acercaba en su dirección y poniéndose más alerta, retrocediendo hacia uno de los muebles para mantener la distancia ── ¿donde estoy? ── prosiguió a cuestionar, viendo al hombre soltar una risa floja antes de tomar un marco de fotos que estaba encima de la vieja chimenea, quedándose ahí.
── yo soy Tonowari Geljo ── se presentó, dejándole aturdido por un segundo con el apellido ── y estas en mi casa ── objetó con obviedad, dejándole un tanto tranquilo en cuanto notó que era bastante amable, a pesar de su gran e intimidante tamaño...
── yo estaba con-, ¿como llegué aquí? ── preguntó con confusión, antes de que el señor fuera a sentarse, indicándole que podía sentarse también, cosa que hizo.
── Mi hijo te trajo ── comento con un humor bastante cálido y reconfortante, haciéndole sentir cada vez más tranquilo ── ya debe de estar por volver, así que no tienes de que preocuparte ── terminó por decir, entregándole el marco de fotos que tomó antes para que lo viera.
¿Entonces ese señor era el papá de Ao'nung?
Tomó la fotografía en manos y la observó, sonriendo un poco al notar a su pececito en ella, portando una sonrisa y una tabla de surf, estando más joven... y teniendo a su lado a Tsireya, más pequeña también.
