- ¿alguna vez te haz preguntado que diferencia la alegría de la felicidad? - preguntó aquella vez. siendo curioso, apasionado y único, como siempre lo sabía ser.
- no realmente - murmuró, admirandolo como la más preciosa joya o la mejor bendición...
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── ¿estas seguro de que entendiste todo y sabrás como montar? ── le preguntó con diversión a Neteyam, viendo como este asentía con clara emoción. Como le encantaba verlo así ── entonces hagamos un par de intentos ── señaló hacía el agua, caminando hacia esta y entrando con su tabla de surf hasta una distancia donde se pudiera sentar sobre esta, supervisando a su novio y sus intentos.
── ¿Porque debe ir la tabla atada al pie? ── le preguntó desde donde estaba, avanzando hasta la orilla con una tabla para practicantes que le dejó a mano ── es muy incómodo ── se quejó, haciéndole reír un poco.
── es por seguridad y para que no la pierdas ── contestó divertido, golpeteando su tabla suavemente como un tambor ── vamos muñequita ── canturreo, siguiéndole con la mirada en cuanto esté se metió al agua, haciendo uso de lo aprendido para terminar sobre la tabla. No pudo evitar silbar, felicitandolo por su rapidez en aprender cosas.
Luego de que este fuera capaz de subirse a su tabla con rapidez y sin problemas, tocaba enseñarle a moverse con el agua para ponerse en pie, cosa que si se le complicó a comparación de la primera.
Disfrutó bastante de verlo caer al agua con cada pequeña oleada una y otra vez, riéndose cuando este dejaba de estar sumergido para sacudir la cabeza o escupir agua, volviendo a sentarse en su tabla.
Era jodidamente entretenido verlo, puesto que rendirse... no parecía estar en su vocabulario.
── es muy difícil levantarse con el agua moviendo la tabla ── comentó entre pequeños pucheros, acercándose a él.
── una vez que aprendes a hacerlo es pan comido ── contestó, acomodándose cerca de este y viendo como amarraba sus cabellos en un moño, estando más cómodo ── igual vas bien, porque a las personas normalmente les cuesta días pararse en su tabla ── felicitó, notandole sonreír, teniéndole la vista fija hacia su persona.
── quiero verte surfeando ── pidió este, moviendo los pies en el agua de forma linda ── enseñame como surfeas, por favor ── continuó a decir, juntando sus manitas suplicante y viéndole con esos ojitos bonitos, causándole un resoplido seguido de una sonrisa.
── esta bien ── accedió, moviéndose a un lado de este para tomarle una de sus manos y besarle los nudillos, contento de tenerlo tan emocionado y feliz ── no te muevas de aquí ── le pidió, antes de avanzar por el agua hacia alguna de las olas. Neteyam no tardó en gritar su respuesta en un gran "¡no lo haré!" Que le hizo negar divertido.
Seguido de aquello se sumergió en el agua como cada vez que iba a surfear, metiéndose por debajo de una ola antes de irla a montar, sin problemas en ello.
