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Ao'nung acariciaba lentamente con su dedo la mano de Neteyam, manteniéndose junto a él.
Después de que llegarán al hospital tuvieron que conectarle a una máquina, la cual le sacaba sangre y la purificaba... para luego devolverla a su huésped, en un proceso lento.
Tuvieron que hacerle múltiples revisiones, de entre las cuales le tuvieron que tomar muestras de sangre y su médula ósea, resultando eso último como algo que podía ser jodidamente doloroso. Pero que el otro no sentiría estando inconsciente y con anestesias metidas en el cuerpo por los paramedicos.
Se paso toda la noche a su lado después de que lo ingresaron... quedándose allí, sin levantarse de su sitio en lo absoluto al no querer dejarlo sólo, porque tenía miedo de que se le fuera como arenilla entre los dedos...
Su papá se ocupo de llamar a Tsireya por él, habiendo llegado al hospital como 15 minutos después de que ellos y buscando la forma de que Lo'ak, como familiar de Neteyam, se enterara de lo ocurrido primero.
Sorbio su nariz sin más lágrimas para soltar, admirando con desconsuelo la luz del día que se presentaba por una ventana, anunciando que ya amanecía y que su novio nada que daba señales de irse a despertar.
Todo lo que podía sentir en aquel momento no era más que cansancio, dolor... y un terrible hueco en el centro de su pecho donde habitaba la culpabilidad, puesto que se sentía totalmente responsable de que pasara aquello.
Nunca debió de retarlo a tomar alcohol... y nunca debió seguir con el viaje desde que este sangró por su naricita aquella mañana.
Nunca debió permitirse el distraerlo y provocar que este se saltará horarios de su medicamento, como llego a pasar en más de una vez.
Y tal vez...Nunca debió meterse en su vida, puesto que solo había sido un total desastre desde el primer segundo en que se le cruzó en su camino.
── perdóname ── susurró con pesar, dejando de acariciarle la mano para aferrarse a la camilla de este, dejando reposar su frente sobre la superficie blanca, destrozado por dentro.
── ¿que necesitas que te perdoné? ── le escucho hablar, haciendo aquello que se encogiera en su sitio, pensando que había perdido la cabeza ya ── oye pececito ── le volvió a escuchar, provocando aquello que alzará la mirada y le observará, incrédulo de verlo despierto ── aloha ── saludo este en su tono débil y quebradizo, mostrandole una sonrisa a pesar de todo.
No pudo evitar el romper a llorar, encontrando lágrimas que creía extintas y apresurandose a acercarse a él, aferrándose de las sábanas que lo abrigaban, posando su rostro contra el pecho de este queriéndolo abrazar con mucha desesperación, pero temiendo lastimarlo.
── mi amor... ── pronunció con dificultad y entre sollozos, sintiendo como este se las arreglaba para pasarle una mano por la cabeza, acariciandole de manera gentil.
No tenía palabras para explicar lo agradecido que estaba de verlo despierto, tanto que no tenía como disculparse más con él, sintiéndose lo peor que le pudo pasar a su ángel.
── tranquilo ── le susurró, dejando su manita morena sobre su cabeza, cálido ── sea lo que sea... que estés pensando, no es tu culpa, Ao-Ao ── murmuró, haciéndole sorber su nariz y calmarse tan solo un poquito, sobandose los ojos ── vine así de fábrica... ¿sabes? ── comentó en un intento de buen humor, provocándole que alzará la mirada para verle ── mira como tienes tus ojitos... ── susurró, pasándole la mano por la mejilla en un toque débil y gentil.
── te descuide... ── balbuceó con tristeza, viendo como este negaba lentamente ── casi te mueres por mi culpa ── expresó, impotente y sin aceptar que no tenía culpas en ello. Era su jodida culpa, su maldita culpa.
── ¿estoy muerto? ── preguntó, apretandole la mejilla sin fuerzas casi, sin dejar de mirarle a los ojos ── sigo aquí contigo ── señaló, haciéndole señas también para que captará sus palabras al 100%
No pudo contenerse de dejar escapar lágrimas otra vez, volviendo a dejar caer su rostro contra el pecho de su pareja, escuchandole respirar.
Neteyam se dedicó a seguir pasándole una mano por la cabeza, pasando sus deditos entre sus cabellos de una forma que lo logró tranquilizar, adormeciendo los sentimientos dolorosos en su interior.
Tardó un ratito más antes de acariciar su brazo con cuidado y suavidad, sin detener aquella mano cariñosa y gentil con cualquier movimiento suyo.
── Te amo, Net... ── balbuceo en un hilo de voz, mirándole desde su posición a la cara, agotado de llorar y lamentarse... pero teniendo que decírselo, a todo costó ── Te amo demasiado, asi que por favor... por favor, no vayas a dejarme ── pronunció con dificultad, sintiendo el nudo en su garganta apretar, amenazando con asfixiarle si no se quedaba callado. No le importaba si se tenía que destrozar la garganta para decirle cuanto lo amaba.
Neteyam le mostró una sonrisa con ojitos cerrados, siendo débil y cansada, pero siendo la más hermosa de todas...
No había en el mundo dos sonrisas como la suya
── Hey... ¿sabías? ── murmuró, pasándole el pulgar por sobre uno de sus párpados, obligandole a cerrar los ojos para solo oirle ── ¡yo también te amo! ── grito-susurró, como si fuese alguna especie de secreto super especial, haciéndole sonreír por encima de todo.
No podía contra él
Se mantuvo un rato escuchandole hablar y hablar. Como si no hubiese estado al borde de la muerte hace nada y siendo la cosita más angelical y alegre de su vida, a pesar de estar postrado en una maldita cama de hospital, con cáncer en su sangre y con dolores en sus huesos, que debían sentirse como rozar el infierno sin piel...
Realmente lo amaba demasiado
Tanto que dolía
── oye, oye. Nunca me dijiste cual era tu canción favorita en el mundo, ¿cuál es tu cancion favorita? ── le escucho murmurar, mientras que sentía sus deditos rozandole en la oreja con cariño. Definitivamente su chico no tenía entre planes callarse luego de despertar, cosa que le hizo reír con la voz ronca y cansada, negando.
Cerró los ojos amando aquello, que no se callará en lo absoluto
── mi canción favorita... ── murmuró, disfrutando la calidez de su manita fina y morena pasandole por la mejilla ── mi canción favorita eres tú ── susurró sin pensarlo demasiado, sintiéndose adormecido y pacífico después de haber pasado toda la noche en vela.
Se quedó dormido sin quererlo o esperarlo, completamente adormecido con el sonido de su voz.
Saber que Neteyam estaba bien y vivo era lo único que lo dejaba en completa paz
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Después de Ti
Fanfic- ¿alguna vez te haz preguntado que diferencia la alegría de la felicidad? - preguntó aquella vez. siendo curioso, apasionado y único, como siempre lo sabía ser. - no realmente - murmuró, admirandolo como la más preciosa joya o la mejor bendición...