- ¿alguna vez te haz preguntado que diferencia la alegría de la felicidad? - preguntó aquella vez. siendo curioso, apasionado y único, como siempre lo sabía ser.
- no realmente - murmuró, admirandolo como la más preciosa joya o la mejor bendición...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Neteyam apuntaba firme y concentrado hacia un blanco, listo para lanzar una flecha precisa.
── Capitán, ¿entonces era mentira eso de que sale con el pez de natación? ── le preguntó uno de su club de repente, desconcertandolo y haciendo que falle ── ah-, lo siento ── balbuceo al instante, avergonzado de haberle provocado un fallo.
── por favor no me hagas preguntas personales ── pronunció avergonzado, intentando concentrarse otra vez y recomponerse, apuntando con otra flecha.
── ¡No lo negó!, ¡¿entonces es cierto?! ── comento exaltado otro, haciéndole fallar otra vez y cerrar los ojos, tomando aire en busca de paciencia ── ...uh... ── murmuró este después, escondiéndose tras el primero que habló después de haberle hecho fallar.
── ¿no tienen nada mejor que hacer?. Deberían aprovechar el tiempo antes de las vaciones en practicar o algo ── regaño, antes de que éstos dos se disculparan y volvieran a sus labores de club.
Soltó un suspiro, procurando relajarse y atinar aunque fuese una bendita flecha.
Lanzó alrededor de 5 flechas, acertando hasta sentirse satisfecho y dejando su arco de lado después, acariciandose la muñeca un poco estresado. La molestia en sus articulaciones empezaba a crecer con tanta recaída y enfermedad...
── Capitán, ¿ira a la fiesta de fin de año? ── le preguntó una de las chicas, antes de que se acercará a esta y tomará asiento para descansar.
── ¿Qué fiesta? ── preguntó con levedad, atando su cabello al sentir algo de calor por el ajetreado día tan largo. Menos mal que ese día estaba acabando ya.
── uno de los alumnos más adinerados de la facultad armará una enorme fiesta en su casa. Más de la mitad de la universidad está invitada ── le respondió otra de las chicas, haciendo que le mirará de reojo.
A él le interesaban los temas de fiestas... pero no era un ambiente saludable en el que pudiese estar.
── no puedo ir ── respondió con un poquito de pesar, recibiendo múltiples quejidos de casi todo el club.
¿Acaso todos querían que él fuera?
── si usted no va Capi, yo tampoco ── se quejó uno de ellos, identificandolo como Charlie, quien estaba en las olimpiadas con él, además de otros más.
Pronto el resto empezó a apoyar al muchacho, diciendo que si él no iba ellos tampoco.
