Nota de Autor:
Referencias visuales a capítulos anteriores
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Ao'nung caminaba al rededor de la piscina del equipo de natación, sin saber si debía meterse al agua o no con la angustia que se traía encima.
La propagación de las fotografías se había detenido por completo, encontrándose como culpable a los clubes de periodismo, por permitir que se divulgaron chismes desaprobados por la rectoria en toda la universidad... y, la persona encargada de difamar todo aquello (y prácticamente dejar borrosa su parte de la imagen) no había sido otro más que un becado, que aparentemente odiaba al morenito, porque en retrospectiva, tenía una enorme popularidad (al igual que la hermana) entre todos los becados, al ser quienes más sobresalían desde apenas llegar.
Restaba decir que... mágicamente, dicho chico ahora estaba interno en un hospital porque lo encontraron con las piernas casi rotas.
Karma, tal vez.
Aun había algo que no cuadraba del todo... y eso era que, en retrospectiva, el muchacho no pudo hacer aquello el sólo. Y era bastante claro que los clubes de periodismo no tenían mucha culpa, porque lo único que pudieron hacer fue detener las filtraciones.
Tenía que haber más de un culpable por ahí... y nadie se dispuso a investigar más, siéndole suficiente a casi todos con tener a alguien a quien culpar.
Dejo de tener encuentros con ojitos lindos después de todo aquello, temeroso y manteniéndose dentro de sí mismo, ya que la idea de andar por ahí con el otro y que intentarán sacarles fotos otra vez... además de que, era absurdo que estuviera tratando con él, en primer lugar.
Él era demasiado raro, era capitán del club de arquería, y definitivamente (confirmado por el mismísimo morenito públicamente) era gay. Cosas que le dejaban en una posición de dudas constantes a las que no se quería afrontar por miedo a la realidad.
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Después de Ti
Fanfiction- ¿alguna vez te haz preguntado que diferencia la alegría de la felicidad? - preguntó aquella vez. siendo curioso, apasionado y único, como siempre lo sabía ser. - no realmente - murmuró, admirandolo como la más preciosa joya o la mejor bendición...