Capítulo 4

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César's P.O.V

No me puedo creer que haya coincidido con ella durante toda la semana.

Siempre está en el mismo vagón, a la misma hora. Cómo si fuese un reloj.

Menos mal que mi horario de trabajo empieza a las 9:30, porque sino no la vería. Aquel día, que llegaba tarde a la sesión importante debía estar antes.

Ayer el viejo verde que la observa, le delató mi presencia.

Ella reaccionó nerviosa pero no pareció reconocerme. Vete a saber que le dijo el viejales.

Tan solo hubo un día que coincidí con ella de vuelta a mi casa.

Parecía más cansada que por la mañana pero seguía leyendo atentamente ese libro, fue entonces cuando leí el título.

"Un amor a destiempo"

Antes de que se me olvidara, lo busqué por internet y vi reseñas muy buenas. No es mi tipo de lectura, bueno...yo no leo, pero estoy seguro que no me aficionaré a ello por unos tipos del siglo XVIII que luchan por su amor.

Gilipolleces.

Mi teléfono suena y me obligo a coger la llamada, sin dejar de mirarla.

-¿¡Qué te cuentas, amigo!?

Me desconcierta pero me alegra recibir una llamada suya, sobretodo siendo tan pronto.

-Héctor, ya sabes que la última vez que salimos necesité un día para recomponerme.

Abril levanta la vista y hace contacto con mis ojos. Percibo cómo los entrecierra pero muestra asombro. No tardo en recordar que debe de ver menos que un topo sin las gafas, pero sonrío de todas formas.

Ella vuelve a agachar la cabeza.

-Sabes que no puedo controlarme...-escucho lo que tiene que decir.

Intento descrifrar sus rasgos faciales cuando continúo hablando.

-Héctor.-su cara se tensa y muerde su labio nerviosa.-no sé cómo lo haces siempre para convencerme...

Termino quedando con él a una hora y Abril empieza a recoger cuando anuncian su parada.

Ella se detiene justo al lado de la puerta en la que me encuentro de pie.

Está tan cerca que puedo oler su aroma. Cierro los ojos durante un instante para centrarme en ello y justo cuando los abro, parece que me mira nerviosa por el rabillo del ojo, como si me quisiera decir algo.

Mi cerebro se conecta otra vez con mi lengua y cuando quería hablar, las puertas se abren y ella sale disparada.

Noto como el aire vuelve a entrar en mis pulmones.

¿Qué me pasa?

Tengo sospechas, creo que ella sabe quién soy. Sino no hubiera reaccionado de esa manera al escuchar el nombre de mi amigo.

Recuerdo que estaba loca por él, todo el mundo lo sabía.

A Héctor nunca le gustó, porque decía que prefería a chicas delgadas y sin tantos granos en la cara.

Debo de reconocerlo, a mi tampoco me gustaba, pero si mi amigo la viera ahora se tiraría a por ella sin pensarlo.

Desde que le dejó la novia está descontrolado, incluso más que yo.

...

Cuando paso por al lado de Lucas, me quedo mirando su móvil.

Lo sé, está mal pero siento curiosidad.

Nunca te quedes con el primer vagón {COMPLETA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora