Capítulo 38

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César's P.O.V

Mis dedos son como pasas, ya llevo bastante rato con mis pies en el agua, esperándola.

Cada vez pierdo más la esperanza.

¿Por qué propuse tal cosa?

Ni siquiera yo mismo sé lo que espero de ella, pero es que la otra noche...

Sus labios me buscaban y yo no quería privarla de ellos. Quería más, deseaba quitarle ese biquini que le cubría y recorrer todo su cuerpo para encontrar más cicatrices.

Más señales que me describiesen su historia y su manera de ser.

Más ella.

Tuve que irme, estaba demasiado duro y si seguía allí la acabaría forzando, aunque estuviera muy receptiva no sabía hasta donde quería llegar.

Esta noche me lo ha dejado muy claro.

Miro la hora en mi móvil y quiero irme, pero a la vez me gustaría quedarme hasta ver el primer rayo de sol. Solo por si aparece cuando no estoy.

Estoy tan absorto en mis pensamientos que alguien me asalta por la derecha. Sonrío al ver que me equivocaba y que ella ha venido.

Su cuerpo se sienta a mi lado y por la oscuridad me cuesta verla no es hasta que me besa cuando me doy cuenta.

Ella no es.

No son sus labios.

Esa corriente que me atravesaba no la siento.

-¿Qué haces aquí tan solo?-su mano empieza a rozar mi pierna.

-Tenía que desconectar un rato.

-Ha sido una noche movida...-suspira y deja besos por mi cuello.-¿sabes una cosa?

Niego y fijo la vista en mis pies que se mueven en el agua.

-Los traviesos de tus amigos se lo estaban montando en el lavabo.

-¿Qué amigos?-pregunto rápido.

-El rubio alto y la pelirroja.

Recuerdo que dijo que era mala para retener nombres pero con esa descripción no podían ser otros.

-Los escuché y ella parecía disfrutar bastante, aunque luego salió con mala cara.

-¿En qué sentido?-miro sus ojos por si percibo algún tipo de información anticipada.

-No sé...como si algo no le hubiese gustado.-se encoge de hombros.-aunque es raro por los gemidos de placer que soltaba, ¿de verdad no los has escuchado?

Me quedo en silencio y observo el agua moverse.

-Nosotros también podríamos hacerlo en un lugar común de la casa...-sus manos suben a mi entrepierna y acaricia mis partes por encima del bañador.

-Erika...

Estoy de mal humor, sobre todo después de saber esto.

Abril ha caído en sus brazos, o mejor dicho, ha caído en sus piernas.

No la culpo.

Tengo ganas de pegarle una paliza a Héctor, por aprovecharse de ella.

Estaba muy borracha y seguramente no pensaba en lo que hacia.

También me siento responsable de ello.

Si yo no le hubiera dicho nada a mi amigo, ella no hubiera quedado con él y no estaríamos aquí ahora mismo.

Nunca te quedes con el primer vagón {COMPLETA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora