Capítulo 68

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César's P.O.V


Muevo a mi hija entre mis brazos para intentar que se tranquilice. Ha salido muy llorona, me van a esperar muchas noches sin dormir.

-Creo que debería llamar a una enfermera.-le digo a Erika que está medio dormida.-no es normal que llore tanto...

-Haz lo que quieras.

Es de noche, por lo que en los pasillos hay poca gente, debo moverme casi hasta la recepción para encontrar a alguien y todo esto sin que la niña deje de llorar.

-Disculpe, ¿puede atenderme alguien?-sacudo mis brazos para relajarla.

-¿Tiene fiebre?-me veo algo torpe para tocarle la frente así que la chica se incorpora para hacerlo por mí.-llamaré a una enfermera, no se mueva.

Me giro y camino de un lado para otro. Eso me ha dejado todavía más preocupado.

-Todo irá bien, ha tenido una hija sana.-me tranquiliza al ver cómo le veo preocupado.

-Eso espero.-suspiro.

No quiero que ninguno de mis hijos le pase nada malo.

-¿César?-escucho como una voz reconocida me llama.

-¿Claudia? ¿Qué haces aquí?

Ella se queda mirando lo que tengo entre mis brazos y asiente con una sonrisa triste.

-Enhorabuena.

-Son casi las dos, ¿te ha pasado algo?-inspecciono cada parte de su cuerpo y le veo perfectamente.

Además está en el ala de maternidad, no tendría mucho sentido porque que yo sepa ella no está embarazada.

Mierda...

-Abril.-respondo yo solo.

Ella baja la cabeza y mi corazón quiere salirse del pecho, tengo los oídos entaponados por los llantos de la recién nacida. La garganta se me seca y me pongo en la peor versión.

Está muerta.

-En la 212.-dice en un susurro.-cuando tengas un momento ves, le alegrará verte.

El aire vuelve a entrar en mis pulmones al saber que sigue viva.

Ya pensaba que había tenido alguna complicación con el embarazo y eso había afectado a sus funciones vitales.

-Iré ahora.-le digo al ver que no me contará nada más.

-Será mejor que vayas solo.-señala mis brazos y asiento con el ceño fruncido.

Supongo que es demasiado pronto para que se conozcan.

Una enfermera aparece, interrumpiendo nuestra conversación. Sin mucho cuidado quita a mi hija de mis brazos y se la lleva, sin despedirme de Claudia persigo a la mujer que carga el bebé.

-Es mejor dejarla en observación, pero no te preocupes porque los resultados han sido positivos.

-¿Entonces es necesario dejarla ahí?

Observo la caja de cristal y el resto de bebés de la sala.

-Es lo mejor, así tú descansas.-me sonríe por primera vez en toda la noche.-aquí estará vigilada a todas horas.

Sin estar muy convencido miro otra vez a mi hija y me despido de ella.

Camino por los pasillos con la cabeza como un bombo.

Nunca te quedes con el primer vagón {COMPLETA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora