Capítulo 55

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Abril's P.O.V

La pierna de César no para de moverse inquieta, así que apoyo mi mano cansada de ver ese movimiento.

Los temas de conversación han sido bastante normales, mi padre agradeció el vino y apenas hablamos de mi madre.

-Eres muy alto.-dice mi sobrino cuando César se levanta para ayudar a recoger.

-Tu también lo serás algún día.

-¿Llegas arriba?-sus ojos se iluminan mientras que su dedo pequeño señala el techo.

César deja las cosas otra vez en la mesa y se estira hasta intentar alcanzarlo.

-No puedo.-dibuja una mueca triste.-¿quieres probar tú?

El tatuado estira los brazos hacia el niño después de pedirle permiso a Lucía.

Por mi parte, sigo recogiendo la mesa mientras veo la escena de reojo.

Iván vuela de la silla hasta tocar el techo varias veces mientras estalla en carcajadas, cada vez que el otro lo sube y le baja.

Mientras él entretiene al más pequeño de todos, los demás recogemos y preparamos los cafés.

Cuando vuelvo, César está agotado y él niño quiere más.

-Tiene pilas inagotables.

-No me importa.-sonríe en mi dirección y sigue jugando con el niño pelirrojo.

Ver esta escena me enternece.

Me acerco hasta su lado mientras tiene al niño en brazos y, aprovechando que todos están en la cocina terminando los cafés, le beso.

El niño se sigue quejando y estirándose para tocar el techo otra vez y César me sigue besando hasta que ríe y vuelve a jugar con Iván.

-Vas a ser un gran padre.-le digo con una sonrisa, él me la devuelve algo inquieto.

-¿¡Qué!?-mi hermano está en la puerta sujetando dos cafés mientras me mira incrédulo.-¿estás embarazada?

Quiero estallar en risas pero viendo que mi hermano está serio, decido responder a su pregunta.

-Fran yo...

-¿Quién está embarazada?-esta vez aparece mi padre en escena y me mira preocupado.

-Abril.-responde el otro pelirrojo por mí, haciendo que mi padre se sujete al marco de la puerta.

-No estoy embarazada.-suelto al final.

Lucía se acerca para recoger y calmar al niño que no deja de gritar en esta conversación tan tensa.

-Le acabas de decir que será buen padre.-señala al tatuado que está completamente rojo.

De acuerdo, eso se puede malinterpretar.

-Es porque...-el chico a mi lado suspira.-mi anterior pareja...-me mira de reojo porque le ha costado decir esa palabra.-está embarazada.

-Si claro...-mi hermano suelta una risa seca, mientras que mi padre se relaja.-no lo oculteis, he visto cómo te tocabas la barriga. Seguro que dentro de nada él...

-¡Francisco!-su mujer le interrumpe para que no suelte algo de lo que se arrepienta.

No me he dado cuenta pero sí que es cierto que tenía mi mano reposando en mi barriga.

Supongo que ver a César jugando con un niño pelirrojo ha engañado a mi mente durante un segundo para confundirlo por mi hijo.

-Fran...-él deja los cafés en la mesa y mi padre se sienta disgustado.

Nunca te quedes con el primer vagón {COMPLETA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora