Capítulo 30

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César's P.O.V

-¿¡No los borraste!?

La rubia estalla en gritos y veo como lleva las manos queriendo tapar su cara.

-¿Te has acostado con César?-pregunta mi acompañante muy intrigada.

-Tan solo fue una vez...-murmura sin levantar la vista.

Intento mantener la tranquilidad.

-Los audios que me manda la gente se me mezclan con la música.-me encojo de hombros e intento buscar la mirada de Abril.

Quiero saber que piensa, aunque ya me lo imagino. Debe de imaginarse que soy un depravado que se pone el audio caliente de su amiga cada noche antes de irme a dormir.

-Su destino está a diez metros.-mi cuerpo se tensa al escuchar como el móvil da las últimas indicaciones.

Cuando estaciono, todos parecen olvidar el bochornoso audio y admiran la casa.

Percibo cómo la pelirroja se tambalea al salir, las curvas no han debido de sentarle nada bien. Quiero acercarme para preguntar sobre su estado pero cuando lo hago, Héctor ya le proporciona un abrazo y me mira con suficiencia.

Él y yo no hemos hablado después de que me diera una paliza de muerte.

-Vamos César, quiero ver la habitación donde me harás gemir todas las noches.

Erika estira de mi brazo y nos acercamos a la casa.

Claudia saca la llave de debajo de la maceta, tal y como nos dijo la dueña y nos deja paso.

Es una casa muy rústica, tiene madera allá donde mires y unas ventanas bastante grandes. Cuando pasamos por la cocina, tiene el mismo estilo y me acerco a la bolsa de bienvenida que hay en la mesa.

-Disfrutad y si rompéis algo, debéis pagarlo.-leo en voz alta la nota que venía con el regalo.-muy amables...

Tiro el papel en la mesa porque Erika me empuja hasta la terraza.

-¡No me dijiste que había piscina!-ella corre tirando de mí hasta llegar al lado de esta.

La verdad es que es bastante grande.

-No he metido bañadores en mi maleta.-se queja tirando sus manos a mi cuello y lo empieza a besar.

Dejo que sus manos recorran todo mi cuerpo, por un momento, olvido que hay más gente.

Erika me despista y enseguida se queda con ropa interior. Acaba haciendo lo mismo conmigo, provocando que mi cuerpo se estremezca con el tacto de su piel.

-Chicos, hay que descargar las cosas de la furgoneta.

Claudia nos mira divertida, apenas parece celosa ni nada por el estilo. Me sorprendió que ella viniese sin acompañante, es la única que viene sola.

Aunque dudo que ella sepa de la relación de Rubén y Alberto.

-Claro, vamos.-Erika me aprieta el paquete y yo me quejo.

Vuelvo a ser arrastrado hasta la parte de delante de la casa. La mayoría ya tienen sus maletas fuera, pero yo solo presto atención a una chica.

Abril intenta cargar una de las bolsas con comida que trajimos.

-¡Cielo!-mi acompañante se acerca a ella.-deja que te ayude.

La cara de la pelirroja es épica cuando la ve aparecer en ropa interior, pero su mirada se extiende hasta a mí y la desvía rápidamente cuando me ve en calzoncillos.

Nunca te quedes con el primer vagón {COMPLETA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora