Capítulo 27

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Abril's P.O.V

-¿De vacaciones?-agarro con más fuerza su mano.-no sé yo si tengo ganas...

-Creo que te despejarías.-me mira sonriente.-además...¿me dejarás ir solo con Claudia?

Le miro perpleja sin creerme lo que ha dicho. Es cierto que esta semana hemos quedado bastante con Rubén, Alberto y ella pero no me esperaba que la invitaste antes que a mí.

-Sabía que si ella aceptaba, tu lo harías.

-Me estás chantajeando.-le doy un golpe en el pecho.

-Solo te ofrezco unos días en una casa en la montaña, para alejarnos un poco de este calor.

Cuando llegamos a la cafetería, le abrazo con fuerzas.

Mi madre está estable, tuvo que pasar una semana en el hospital porque tenía problemas respiratorios, pero ahora va con una bombona de oxígeno a todas partes.

Ella insiste en que no me preocupe y en que viva la vida que soy joven.

Estiro mi cuerpo para darle un corto beso en los labios y moverme hasta la barra para hacer nuestros pedidos de siempre.

Cuando nos sentamos con nuestras bebidas, Héctor entrelaza nuestros dedos.

-Te hace ilusión, ¿verdad?

Él levanta la vista de nuestras manos y sonríe.

-Solo me hará ilusión si tú vienes, sino cancelo el viaje.

Eso me hace sentir presión por decidirme, en realidad, tengo ganas de escapar de la ciudad unos días.

Aún así, antes quiero ver cómo está mi madre de salud.

Sino, no me iría tranquila.

-Podemos invitar a Alberto y a Rubén.

Me extraña que los invite tan alegremente, apenas se conocen.

Intento morderme la lengua para no hablar, pero me muero por saberlo.

-¿Y César?-aprieto mis labios cuando pronuncio su nombre.

-¿Qué pasa con él?-me revuelvo nerviosa en el asiento.

-Es tu mejor amigo.-él baja la mirada.-sería raro que no lo invitaras.

Hace semanas que no sé nada de él, desde que me sacó de su casa con esa frialdad. Héctor tampoco comenta muchas cosas sobre cómo le va ahora.

Y en el metro ya no coincidimos.

-Él y yo...-frota su barbilla.-no estamos en nuestro mejor momento.

-¿Qué ha pasado?

Quiero saber más, pero no debe verme interesada así que bebo de la taza de té.

-Es César, siempre la está liando.-suelta una risa seca.

Héctor es mi novio, tengo que creerle. A pesar de que mi instinto diga que lo piense mejor. Sin las dos versiones no puedo llegar a conclusiones.

Y con este misterio entre manos, acaba dándome un beso largo por encima de la mesa y cambia de conversación.

En mi cuerpo permanece una sensación extraña.

...

-¿Pensabas ocultármelo?-mi amiga se encoge de hombros.

-Solo queremos que te puedas despejar un poco...

Ruedo mis ojos y termino de poner la llave en la cerradura. Desde dentro, se escuchan varios saludos.

-Hola mamá, ¿cómo estás?-inclino mi cuerpo para darle un beso y un abrazo. Claudia hace lo mismo después de mí.

Nunca te quedes con el primer vagón {COMPLETA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora