Nunca te quedes con el primer vagón {COMPLETA}

Capítulo 28

César's P.O.V

Escucho sus gemidos y sus jadeos. Es Erika que pide que le dé más duro y hago todos los esfuerzos posibles para complacerla.

Tengo que reconocer que voy algo borracho, no estoy en plenas facultades pero ella parece disfrutarlo.

-Sii siii...vamos más.-estira de la parte de atrás de mi pelo haciendo que me excite.

-¿Te gusta?-le doy un golpe en el cachete.

Erika grita de placer y mueve sus caderas a mi mismo ritmo para que llegue más profundo.

Llevo días acostándome sólo con ella. Ninguno de los dos dijimos de normalizar lo nuestro.

Está claro que lo único que busca es sexo, lo que yo necesito.

-Jodeerr Césaaar...nunca me cansaré.

Sé que lo dice enserio. Siempre está caliente y lista para que la penetre. Incluso, a veces, es ella la que se esfuerza para que la erección me vuelva a subir después de una jornada de sexo intenso.

-Eres insaciable...-le gruño mientras meto estocadas más secas.

Erika lo hace bastante bien, consigue que me desconecte de todos mis problemas y que disfrute de su cuerpo.

Sus tetas son pequeñas, pero tiene un culo y unas piernas anchas donde me agarro de maravilla.

-Qué ganas tengo de que me folles con las vistas de la montaña de fondo.-sus uñas arañan mi espalda y grito porque sé que dejará marca.

Mañana nos vamos de viaje.

Ni siquiera sé en qué pensaba cuando la invité. Tan solo me ha condicionado para follar únicamente con ella y que no me deje hasta la fecha de partida.

Si ahora no la llevo a este viaje sé que le resultará raro a Abril.

Es ella la principal razón por la que invité a Erika. Verla inquieta mientras ella pasaba las manos por mi cuerpo, me gustó. Sus mejillas se pusieron rojas, las pupilas las tenía dilatadas mientras Erika me tocaba la polla por encima de la ropa y en ese momento fue cuando su respiración se alteró. Tardo escasos segundos en irse.

-Mieerda...-continúa dejando rastro en mi espalda y sus piernas tiemblan mucho.-me voy a correr...

Vuelvo a centrarme en lo que estoy haciendo, Erika ya empieza a arquear la espalda y a gemir mucho más alto.

Gruño cuando sus paredes intentan estrujarme y aprieto sus piernas bastante fuerte.

-Lléname de ti, por favor...

Niego pero continúo con las estocadas.

Es la primera vez que lo hacemos sin condón, pero no por eso quiero correrme dentro suyo.

-Mieerda...

-Vamos César, hazlo.

Ella grita un par de veces más y se acaba corriendo dejando nuestra entrepierna más mojada.

-Te toca...-su voz es débil y me excita ver sus ojos abiertos llenos de lujuria.-lléname...

Erika sigue gimiendo en mi oreja y juega con su coño para darme más placer. Intento resistirme lo máximo que puedo pero llega un momento donde mi cuerpo no lo soporta.

Hago fuerza para salirme pero ella me aprisiona con sus piernas y al sentirme indefenso y con las emociones a flor de piel, me corro en su vagina.

-Siii...-jadea ella mientras sigo soltando mis descargas.

-Hostia puta.-gruño al soltar todo mi esperma en su caliente cavidad.

Nunca acostumbro a hacerle eso a las chicas, prefiero no correr riesgos.

Me han llegado rumores de que Lucas, mi jefe, dejó a una chica embarazada y le ha aparecido el bebé en la puerta de su casa.

Tengo que evitar que me pase eso. Todavía no me veo capaz de ser padre.

Salgo de su interior un poco enfadado, pero todavía tengo demasiada excitación en el cuerpo.

Erika se levanta y camina desnuda hasta el lavabo. Debo de reconocer que tiene un físico increíble, me sorprende que no vaya tirándose a otros cuando no está conmigo.

-¿Preparado para la segunda ronda?-me pregunta desde el marco de la puerta.

-Será mejor que nos vayamos a dormir, mañana debemos levantarnos pronto.

...

La alarma me despierta y me muevo perezosamente en la cama. Gracias a Erika, quién me convence para salir, llegamos a tiempo al punto de encuentro.

-¿Y tus amigos?-pregunta limando sus uñas.

-Deben de estar por llegar.

-Creo que te han dejado tirado.-masca su clicle y me mira por encima de las gafas.-nunca me he fiado de las pelirrojas.

Ruedo los ojos ante su comentario. Para Abril le sería imposible hacer tal cosa, aunque no viene ella sola. Empiezo a pensar que Héctor está detrás de esto.

Agarro el móvil y cuando veo que han pasado más de diez minutos, decido llamarla.

-¿¡Dónde estás!?-me grita por el otro lado de la línea.

-Estoy donde dijiste, en el puente del chicle.-me agarro a una barandilla cuando Erika empieza a saltar para que la infraestructura tiemble.

-Yo no te dije eso, estamos en el Arco del Triunfo.

Froto mis ojos, juraría que ella me dijo este lugar.

-Abril, te prometo que me dijiste aquí...-comienzo a caminar en su dirección y mi acompañante me persigue.

-César.-esta vez me llama ella.-¿podemos empezar las vacaciones tranquilamente?

Eso último lo susurra, por lo que deben de estar todos allí.

-Vamos hacia tu posición.

La pelirroja suspira y me comenta que viene para nosotros porque nos pilla dentro de la ruta.

En cuanto cuelga, miro en nuestras escasas conversaciones y no me cuesta identificar el momento en el que lo hizo.

Clarísimamente me dió el lugar y hora exacto.

Erika grita de emoción cuando se percata de que el viaje lo haremos en una especie de caravana vieja.

-Es gratis, así que no te quejes.-Alberto me mira con atención para que no suelte ninguna burrada.

-Mis padres hace mucho que no la utilizan...

Sonrío al ver por fin al chico que le causa tantos orgasmos a mi compañero de piso. Nunca nos hemos presentado formalmente.

-¿Y esta chatarra nos llevará hasta Olot?-esta vez es Claudia quién me da un golpe, pero luego me abraza.

Esta chica actúa demasiado raro.

-He revisado mis mensajes...-me capta la atención la tercera chica, quiero escuchar atentamente cómo me da la razón.-no te escribí nada, al final le pedí a Héctor que lo hiciera.

El nombrado me sonríe de manera maligna, aunque solo me lo parece a mí. Lo ha hecho para sabotearme.

Aunque si me lo ha enviado desde el móvil de la pelirroja, eso significa que lo cogió sin su permiso.

Abril no debe de gustarle eso.

Quiero salirme con la mía, pero creo que no es bueno crear tanta tensión nada más empezar el viaje.

Héctor, que sepas que tengo la prueba.

Está en mi móvil, imbécil.

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