Estancado contigo [cynonari]

❝ Capítulo 3 ❞

Look Who's inside again

Well, well
Look who's inside again
Went out to look for a reason to hide again
Well, well
Buddy, you found it
Now, come out with your hands up
We've got you surrounded

_____

Después de varios minutos en silencio el chico con rasgos de zorro suspiró llamando la atención del contrario.

ㅡSiento haberte hablado así, no estoy acostumbrado a que pregunten por mí, eres el primero que se interesa en mi vida.

El peliblanco lo miró intrigado. ¿Solo él? Si dijo que era el general, tenía pinta de ser muy famoso. Y él mismo también era popular y constantemente le preguntaban su estado.

ㅡEs un chiste, ¿no? ¿Me estas imitando?

Negó con la cabeza ㅡsolo me piden medicamentos y hacer patrulla por allí, poco más. Tengo a una compañera que es muy fiel y se preocupa mucho por mí, pero más allá de cómo estoy no me ha preguntado. Probablemente tenga curiosidad de mi vida, de hecho he notado su admiración por mis orejas al igual que con los que trabajo, he escuchado rumores de que dicen que mis orejas son suaves. Pero supongo que no pregunta nada personal porque soy su superior.

Al fin Cyno pudo escuchar más sobre el chico sin necesidad de estar sacándole las respuestas a la fuerza. Pero en verdad el pelinegro se sentía en deuda con él por su ayuda así que decidió hablar más.

ㅡNací en el desierto, tengo a mi familia allí, pero me gusta más vivir de médico en el bosque tropical. Además, ya había un médico en el desierto, detesto hacer competencia. ㅡDijo verdades pero ocultando otras. Eso no se considera mentira, ¿verdad?

El peliblanco asintió lentamente a lo que decía, todo tenía sentido.

ㅡ¿Y es verdad que tus orejas son suaves?

ㅡSi, supongo, de hecho me los cuido mucho al igual que mi cola. Lo malo es que mi cola se llena de arena siempre que voy al desierto y es incómodo al tacto. ㅡagachó las orejas incómodo ㅡ¿y tú? ¿Qué te cuentas?

Esta vez el que tenía mirada intrigante era Tighnari, hasta las orejas levantadas lo habían delatado.

ㅡMi vida no es muy interesante, nací en el desierto, vivo en el desierto... de amistades solo tengo algunas chicas que viven también aquí, son muy majas. Y en cuanto a mis padres... digamos que no tengo ni idea de su paradero. Creo que están en la ciudad de Sumeru, no les gustaba las tormentas de arena del desierto y lo veían muy peligroso, así que decidieron irse cuando era joven. No me abandonaron, pero preferí quedarme aquí con mis amigos y mi abuela.

ㅡTus padres tienen razón con lo de que es peligroso el desierto, solo hay que mirarte. ㅡdijo mientras observaba todas las heridas que tenía. ㅡde hecho tienes algunas sin cicatrizar, ¿por qué no vas con el médico del desierto?

ㅡEh... la verdad es que no nos llevamos bien, no confío en él y tampoco es que intente darme confianza. Además, me dice que debería dejar mi trabajo cada vez que me ve con heridas así que trato de que mi cuerpo sane solo.

En ese momento a Tighnari se le iluminó la bombilla con una idea que beneficiaría a ambos.

ㅡSi quieres puedes pasarte por donde vivo cada vez que tengas heridas, te sanaré sin problemas. Pero a cambio tu me traerás las añoraescarlata que necesito del desierto. ¿Trato?

ㅡTrato.

El peliblanco extendió su mano esperando a hacer el trato con un apretón, pero el contrario solo asintió la cabeza sin hacer otro movimiento. Por ello, Cyno bajó la mano lentamente percatándose de que su nuevo amigo se negaba a tener cualquier contacto.

"Será cosa de su cultura" pensó, aunque le parecía extraño sabiendo que ha visto a más de su especie siendo muy cariñosa y social con la gente, en cambio él era como un ser independiente y antisocial.

Después de charlar un rato más, Tighnari fue el primero en caer dormido. El otro decidió hacer guardia por si algún enemigo llega a hacerle daño estando vulnerables. Aprovechó aquel tiempo donde solo se escuchaba el viento para pensar más en lo que hizo aquel día.

Confirmó que este chico tenía algo único y especial, que despertaba la curiosidad del peliblanco y, por si fuera poco, logró que confiara en él rápidamente.

En su reflexión se paró a mirar más a detalle las facciones del contrario, además de curioso, era muy lindo. Este se encontraba acurrucado en el suelo hecho una bolita. Y sí era cierto lo que decía su compañera: sus orejas se ven muy suaves y verdaderamente dan ganas a tocarlas.

Acercó su mano lentamente a una de sus orejas, y esta por reflejo, cuando sintió algo cerca de él dobló la oreja y la levantó nuevamente, esto hizo que Cyno se asustara y terminara alejándose, recordando que a su nuevñ amigo no le gustaba que le tocaran.

Mientras tanto, Tighnari no estaba teniendo el mejor sueño de su vida.

Se encontraba en un lugar completamente oscuro, no sabía a dónde ir hasta que apareció su padre, este bajó las orejas al instante retrocediendo lentamente.

ㅡVamos hijo, ¿no te alegras de ver a papi? Ven y dame un abrazo.

ㅡNo...

Se puso a retroceder hasta que chocó contra alguien. Esa era su madre, esta le miraba horrorizada.

ㅡTu... tu eres igual que tu padre, no deberías haber nacido. ¡Deberías estar muerto!

ㅡNo... No...

Por si no fuera poco, el chico con rasgos de zorro corrió intentándose alejar de sus padres, pero sentía que no avanzaba.

ㅡTranquilo amor, respira.

ㅡ¿Farid? ㅡlevantó las orejas y miró a aquel chico quien lo abrazó rápidamente. El pelinegro comenzó a sollozar en sus brazos.

ㅡTodo estara bien... muyyyy bien... ㅡ Dijo mientras lo apretaba cada vez más ㅡno tienes de qué preocuparte...

ㅡOye, suéltame, me haces daño. ¿Farid?

El suelo comenzó a hundir a ambas personas.

ㅡSolo déjate llevar Nari, ambos sabemos que quieres.

ㅡNo, ¡Suéltame! ¡Ayuda, por favor! ㅡ Gritaba desconsoladamente mientras intentaba soltarse del agarre.

ㅡTighnari, Tighnari, ¡Tighnari!

Cyno había agarrado de los hombros a su compañero agitándolo preocupado al notar que estaba sollozando y temblando mientras dormía. Finalmente el chico logró despertar lo suficientemente tenso como para volver a alejar al peliblanco bruscamente.