Capítulo 16. Julien XV

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Tao Ran salió de la oficina y vio a Fei Du con las manos en los bolsillos, esperándolo junto a la puerta.

Los "pájaros carpinteros" que causaban bullicio en la entrada, aún no se habían ido. Con la Oficina Municipal siendo forzada a liberar a un sospechoso niño rico, incluso Fei Du podía ver la presión que colgaba en el aire sobre el Equipo de Investigación Criminal, por lo que había preparado todo para esperar hasta el final del día. No esperaba que Tao Ran tendría tanta prisa por salir del trabajo. Se detuvo por un momento; Tao Ran habló primero, —Fei Du, ven aquí. Tengo algo que decirte.

Fei Du parpadeó, luego miró a la mujer acurrucada en las sillas. —¿Qué hay sobre ella?

Al escuchar su pregunta, Tao Ran estaba contrariado.

—Está bien,— dijo Luo Wenzhou, saliendo de la oficina y recostándose contra la puerta. —Cuando se despierte, le preguntaré qué quiere hacer. Hay una casa de invitados en la entrada para los oficiales que viajan por trabajo. Es seguro y barato. Si así lo desea, haré que le consigan una habitación allí. Si no está de acuerdo, haré que el oficial en turno prepare una cama sencilla aquí.

Prudentemente, Tao Ran dijo, —¿Eso no va en contra de las regulaciones?

—Una palabra mía lo solucionará.— Luo Wenzhou agitó su mano. —Apúrate y vete. Nadie se preocupa tanto como tú.

Al escuchar esto, Fei Du preguntó sorprendido, —¿Qué? ¿Tao Ran, tienes algo que hacer esta noche?

Tao Ran no respondió. Simplemente dijo, —Ven aquí.

Luo Wenzhou observó a Tao Ran llevando a Fei Du a un lado; debido a que acababan de tener un enfrentamiento, por un momento se había olvidado de la consola de juegos y de sus tiernos sentimientos asociados a ese hecho.

Observó críticamente la espalda de Fei Du, sintiendo que cada parte de él expresaba coquetería. Si lo pusieran en un drama, no necesitarían ni un gramo de maquillaje para hacerlo lucir como un traidor de la nación.

Pero sin importar lo coqueto que era, ¿qué sentido tenía? También sería abandonado.

Luo Wenzhou sintió una rara pizca de satisfacción por el sufrimiento de Fei Du. De buen humor, se devolvió a la oficina sin ninguna intención de irse, deseando que su cuello pudiera estirarse lo suficiente como para observar de primera mano, el proceso de un patriarca de segunda generación siendo rechazado.

Luo Wenzhou conocía a Tao Ran desde hace muchos años. Habían pasado por muchas cosas juntos; habían buscado niños desaparecidos, combatido a maleantes diabólicos juntos, ganado reconocimiento y escrito informes entre ambos. Su relación era muy profunda.

Aunque Tao Ran era pobre y desafortunado, era una buena persona, de una manera callada y servicial. Con el tiempo, esto traería algunas ambiciones románticas. Pero en el ámbito de orientación sexual, Tao Ran caminaba un camino totalmente diferente al de Luo Wenzhou; él era tan hétero como para sostener el cielo. Insistir habría sido cruel, por lo que Luo Wenzhou rápidamente detuvo sus intenciones; aunque en algunas ocasiones, ponía algunas palabras que rozaban los límites del decoro solo por costumbre.

Tao Ran nunca se avergonzaba o enojaba ni perdía el control; él era completamente magnánimo. Y habían algunos pensamientos hermosos, cuya belleza solo podía fermentarse cuando se mantenían ocultos; una vez expuestos a la luz, serían fácilmente esterilizados por los rayos UV.

Y ahora, con Tao Ran tomando la decisión de comenzar una nueva etapa de su vida, Luo Wenzhou siguió su ejemplo, dejando ir las preocupaciones libres de contaminación que habían sido desinfectadas por los rayos ultravioletas. Aparte de una pequeña capa de polvo de arrepentimiento, esto no causó grandes olas, sino que dio la sensación de que un problema estaba llegando a su resolución natural.

Los dos gatitos de LuoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora