Los dos gatitos de Luo

Capítulo 61. Macbeth II

Mientras observaba su oficina, la cual ahora tenía un escritorio extra, Luo Wenzhou se apoyó en la puerta con una mano y esperó una explicación por parte de Tao Ran.

—No hay espacio para poner otro escritorio,— dijo Tao Ran desde atrás. —Pero no te preocupes. Le acabo de preguntar a Fei Du y dijo que solo vendría una o dos veces a la semana. No estará aquí todos los días. Una vez que su proyecto de investigación termine, ya no tendrá que venir. No durará mucho; solo estará aquí por unos pocos días...

La mirada de Luo Wenzhou se posó sobre el enorme purificador de aire en la esquina, luego cayó en la puerta; el espacio que originalmente estaba lleno de basura apilada, había sido limpiado, y una máquina de café automática había tomado su lugar, junto a un refrigerador de un metro de alto, lleno de bebidas de todas las naciones. Había una nota en la puerta que decía: "Pueden sacar lo que quieran, con confianza".

Esta batalla no parecía durar "solo por unos pocos días".

Tao Ran se quedó sin palabras. Se aclaró la garganta y evaluó el desastre en su cabeza, haciéndolo aún más salvaje; si le quitaran la cabeza, podrían usarla como esponja brilladora.

Miró de reojo a Luo Wenzhou y dijo tímidamente, —De cualquier forma, cuando te vi ayer en su auto, ustedes dos parecían llevarse bastante...

Luo Wenzhou, con el rostro en blanco, fijó su mirada en él.

—... Bien,— completó Tao Ran.

Luo Wenzhou resopló.

Tao Ran se contuvo un momento, pero al final no pudo evitar preguntar, —¿Qué está pasando entre ustedes dos?

—¿Cómo podría saber qué comió él?— Con la ausencia de todos durante el descanso para almorzar, Luo Wenzhou suspiró y se quejó con Tao Ran. —No ha estado buscando pelea recientemente. En vez de eso, el bastardo ha estado burlándose de mí sin descanso. ¿Acaso no sabe que mi orientación no es "convencional"?

—...

—¿Y bien?— preguntó Luo Wenzhou. —Si tienes algo para decir, dilo.

—Bueno, tú sabes, Fei Du, él...— Tao Ran luchó por encontrar las palabras correctas. —Siempre he pensado que los niños que crecen en esos ambientes complicados, conocen el mundo muy rápido. Tienen un gran sentido de propiedad, especialmente delante de las mujeres. A veces sientes que toda su palabrería es solo para hacerte feliz, y no tiene ningún otro significado. Él está muy familiarizado con toda clase de pistas y subtextos. Si no quiere cruzar una línea, entonces la eludirá con cuidado...

Al escuchar esto, Luo Wenzhou entendió lo que Tao Ran quería decir; el amor narcisista de sus años adolescentes estaba haciendo metástasis, o Fei Du "quería cruzar la línea".

Luo Wenzhou no respondió, por lo que Tao Ran solo pudo guardar silencio. Ambos se miraron con impotencia por un momento. Luo Wenzhou no pudo describir lo que estaba sintiendo. Tao Ran también tenía una expresión de no saber qué era lo que estaba diciendo.

Los sentimientos de Luo Wenzhou hacia Fei Du siempre habían sido complejos. Por un lado, había estado realmente preocupado por él, sin ser capaz de resistirse a cuidarlo un poco. Por otro lado, Fei Du siempre lo hacía enojar. Se conocían desde hace más de siete años, y la mayoría del tiempo estaban en una batalla de ojo por ojo. Aparentemente, en ocasiones lucían como buenos contrincantes que apreciaban los talentos del otro.

Cualquier cosa que hiciera Fei Du, la primera reacción de Luo Wenzhou siempre era preguntarse qué estaba tramando, pero las palabras de Tao Ran habían abierto una puerta nunca antes vista en su mente.