Capítulo 60. Macbeth I

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Antes de que Luo Wenzhou pudiera reaccionar, Lang Qiao, quien caminaba detrás de él, inhaló fuertemente.

Durante estas últimas semanas, Lang Qiao había recordado frecuentemente la mirada de Fei Du en ese momento. Cada día, de camino al trabajo y durante su regreso a casa, dejaba volar su imaginación; ya había pasado a través de una serie de etiquetas como "obligado a la fuerza" y "amor sadomasoquista', visualizando un drama erótico conmovedor... Solo que hubo demasiado estrés en el trabajo últimamente, por lo que no había podido darle "spoilers" a Luo Wenzhou, uno de los protagonistas.

Hacía unos días, una lluvia de otoño había caído; la Camarada Lang Qiao estaba tan sorprendida por la repentina aparición de Fei Du, que pisó un gran charco de agua, casi cayendo de cara, sacudiendo sus brazos, logrando sujetarse a la pared.

Al escuchar el movimiento, Luo Wenzhou se volteó a verla. Primero, este maldito hombre gay se burló de su pose. Luego dijo, —¿Por qué vienes a trabajar con tacones? Ninguno de nosotros puede verte a menos que bajemos la mirada. Todos sabemos que eres pequeña.

—...

Lang Qiao puso los ojos en blanco y se enderezó con dificultad, dejando a un lado la advertencia que había estado a punto de darle. Pensó, bueno, es su funeral.

Anteriormente, Fei Du trabajaba durante el día y perdía el tiempo de noche. De vez en cuando venía a acosar a Tao Ran, pero más que todo para mostrarle un nuevo juguete como regalo. No se presentaba a la Oficina Municipal sin ninguna razón. Luo Wenzhou se preocupaba por él, aunque eso era cuando todavía era pequeño; ahora que Fei Du se había convertido en un sinvergüenza astuto, no había nada de qué preocuparse.

La ciudad siempre estaba activa, y todos corrían de un lado a otro; también estaba el terrible tráfico y el mar de personas para separarlos. No era extraño que un par de amigos normales dejaran de verse por unos meses.

Pero en menos de un mes, desde la última vez que el Presidente Fei había ido a la Oficina Municipal para entregar "algo de comodidad", Luo Wenzhou tuvo una sensación extraña, como si no lo hubiera visto en mucho tiempo.

El auto de Fei Du era tan extravagante como antes; él, por otro lado, lucía más acorde con las normas convencionales.

No estaba usando anteojos. Tenía un arete en una de sus orejas, su camisa de algodón había sido, por primera vez, abotonada hasta el cuello, y, en un suceso extremadamente raro, estaba usando jeans. Su cabello estaba peinado casualmente hacia atrás, dejando a la vista su atractiva frente. Era como si algo hubiera limpiado su alma. Todo rastro del bastardo literato se había ido. A simple vista, lucía como un estudiante de arte un poco rebelde.

Con las manos en los bolsillos, Luo Wenzhou se acercó a Fei Du, maldiciendo internamente...

Había muchos tipos de belleza masculina en el mundo, y Luo Wenzhou estaba interesado en una amplia gama de ellas. Podía apreciar la estética occidental, llena de hormonas masculinas y rebosante de fuerza; también podía apreciar la estética tradicional, tan clara como la luna, delicada como el jade... mientras que no tuvieran el comportamiento revoltoso de Fei Du, no rechazaría a ninguno.

El Presidente Fei era el tipo de hombre que Luo Wenzhou no soportaba; simplemente una cobra con forma humana. Era inmaculadamente vanidoso; era imposible saber si estaba diciendo la verdad o si estaba fingiendo; tenía tantos ojos en él, que acercarse podría hacer que sintieras tripofobia¹. Había una sensación intensa de invasividad a su alrededor; si no querías ser manipulado por él, tenías que controlar los nervios a la perfección. Sin importar su apariencia, Luo Wenzhou sentía dolor de cabeza cada vez que pensaba en él.

Los dos gatitos de LuoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora