Capítulo 29. Julien XXVIII

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A excepción de los viajes organizados por su escuela cuando era niña para "aprender sobre agricultura", Lang Qiao nunca había salido de la ciudad. Habiendo escuchado hasta ese punto, por un momento no pudo comprender la situación, —No, lo que está diciendo es... Un árbol que había en el patio de la casa de la familia Zhao se incendió y ¿quemó a toda la familia? ¿Toda la familia vivía en una sola habitación?

—La casa estaba en muy malas condiciones,— explicó la Señora He suavemente. —No estamos tan avanzados en mi pueblo. Recuerdo que... no fue sino hasta después de que tuve a Zhongyi que se volvió algo normal remodelar las casas con ladrillos y tejas. El hombre de la familia no podía trabajar y tenían muchos niños; a duras penas lograban sobrevivir. ¿De dónde podrían sacar el dinero para poner un nuevo techo? Siempre vivieron en esa casa vieja. Si un poco de nieve caía en invierno, tenían que sacarla de inmediato, o sino el techo se derrumbaría.

—Lograron hacer que su hijo mayor estudiara, y la familia entera tenía altas expectativas sobre él. La pareja de ancianos alabó a los cielos y a la tierra, diciendo que su hijo estaba trabajando en la ciudad, que tenía dinero, que podrían depender de él para poner un techo nuevo y que los más jóvenes también tendrían esperanza. El techo había sido dañado por el viento en ese entonces; las dos niñas no tenían en dónde dormir, así que dormían en el suelo del cuarto de sus padres mientras hacían las reparaciones. Cuando el árbol cayó, la viga del techo colapsó y la pareja de ancianos quedó aplastada de inmediato. Las dos niñas eran muy jóvenes. La pierna de una de ellas quedó atrapada y la otra no podía oír. Quizás también era un poco lenta. Entró en pánico y trató de sacar a su hermana de ahí, pero tampoco pudo salir. La pequeña ni siquiera había cumplido los dos años. No hay nada más qué decir de eso.

Lang Qiao se quedó en silencio por mucho tiempo, luego rápidamente abrió una libreta. —¿El incendio ocurrió mientras la casa estaba siendo reparada? ¿En dónde estaba Zhao Haochang, es decir Zhao Fengnian en ese momento? ¿Estaba en Yan?

La Señora He pensó por mucho tiempo. —No, creo que había vuelto específicamente por la casa... Pero no estaba allí ese día. Había ido a la sede del condado para visitar a su profesor o algo así. Oh, habría sido mejor que estuviera allí. Esa familia de pequeños y lisiados... Si hubiera habido un hombre fuerte en ese momento, no habrían terminado de esa manera.

Esa extraña historia le causó escalofríos a Lang Qiao. —Entonces... ¿Cómo supieron que el idiota lo había hecho?

—Estaba justo ahí, con una caja de cerillos en su mano. Cuando las primeras personas llegaron a extinguir el fuego, lo vieron sentado cerca del lugar, sin ninguna preocupación, quemando hojas por diversión. Le preguntaron si él había encendido el fuego y él solo se rió y asintió.

—¿Cómo manejaron este asunto después de eso?

—¿De qué otra forma lo manejarían? Justo así. Un idiota que no entendía nada. ¿Qué podrían hacerle? Sus padres se habían ido, su hermano y su cuñada lo veían como una carga. Su cuñada hizo un escándalo en todo el lugar. Dijo que su familia no tenía dinero, que no eran responsables de lo sucedido; les dijo que lo amarraran y le dispararan. La estación de policía mandó a varios oficiales. Cuando vieron que se trataba de un retrasado, tampoco pudieron hacer nada. Tomaron algunas fotografías y se fueron.

Lang Qiao habló. —¿Cómo podían no ser responsables? Si un individuo incompetente atenta contra la vida o propiedad de alguien más, ¿los guardianes no son los que cargan con la responsabilidad?

La Señora He la miró, confundida y asustada. Ella no entendía lo que Lang Qiao había dicho.

Lang Qiao intercambió una mirada de impotencia con ella, luego se dio cuenta de que había dicho algo estúpido y se sintió tan incómoda que no habló por un largo rato.

Los dos gatitos de LuoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora