37; 𝐀𝐥𝐥 𝐟𝐨𝐫 𝐮𝐬

2.1K 316 53
                                    

Leah prometió no salir de la habitación hasta que Emma pudiera hacerlo, pero 30 minutos después de que llegó Merlina, la pelirroja dijo que iría a buscar algo de comida y en un rato regresaba, dejando solas a las casi algo. A la castaña se le pasó por la mente algo igual a esto último, por lo que creyó que este momento a solas con la pelinegra era perfecto para dejar en claro de una vez el tipo de relación que había entre ellas. Sinceramente, Emma no creía que los amigos hicieran esas cosas que ambas han hecho varias veces.

―Addams.

―¿Qué? ¿Te sientes mal?

―No, estoy bien. Solo quiero preguntarte algo.

―Ya hubiera ahogado a mi hermano 5 veces mientras sigues diciendo eso.

―Haré como que no escuché eso. Solo...― Emma levantó la mirada para hacer contacto visual con la chica, comenzando a sentir nervios por su próxima respuesta.― Merlina, ¿qué somos?

―Personas, Emma.

―No, idiota. Hablo de nosotras. Primero nos besamos y al día siguiente actuamos como si no pasara nada. Sinceramente, esto me pone bastante estresada. Soy una persona que no sabe controlar lo que siente y me da miedo que esto solo sea parte de tu plan para que yo siga de tu lado.― La pelinegra solo pudo observarla, ya que no pudo salir palabra alguna de su boca. Eso molestó más a Emma, pero decidió ir al grano.― Sabes... yo... me gustas. Ahora solo...

La castaña, avergonzada e inmediatamente arrepentida por la confesión que acababa de hacer, se levantó de la cama, dispuesta a buscar sus audífonos y salir a la terraza para ignorar todo y a todos. Sin embargo, Merlina tomó rápidamente del brazo a la chica cuando se levantó, para evitar que diera un solo paso. Emma volteó confundida, pero antes de que hiciera un movimiento para safarce del agarre, la pelinegra habló.

―También me... gustas.

Ambas se miraron directamente a los ojos, como si pudieran hablar con ellos. El corazón de Emma estaba dando mil latidos por segundo, que sintió que se desmayaba ahí mismo. Por otro lado, Merlina estaba bastante tranquila. Por fin había sacado lo que sentía y se sentía libre, se sentía ella. Una sonrisa se formó en los labios de la castaña, haciendo que la pelinegra inmediatamente los observara. 

Emma no pudo aguantar otro segundo más, por lo que, sin pensarlo, se lanzó a la chica para juntar sus labios con los de ella. Merlina soltó un pequeño gemido ante la brusquedad con la que chocaron, pero rápidamente se lo siguió. Se separaron solo por falta de aire, pero ambas querían quedarse unidas. La pelinegra alzó la mirada para encontrarse con la de Emma, quien ahora tenía una sonrisa más grande.

―Tu diste el primer paso, supongo que es mi turno.― Emma miró confundida a la chica, sin saber a qué se refería.― Emma... tu...― Pensó las palabras en su mente un momento.― ¿Quieres...? Maldita sea, cómo Enid puede hacerlo tan fácil.― Soltó un gran suspiro y volvió a mirar a la castaña.― Emma, ¿quieres ser mi...? ¿Quieres ser mi novia?

La castaña abrió los ojos por completo, llevándose una -increíble- sorpresa.

―Jamás creí que escucharía esas palabras salir de tu boca, Mer.

―¿Mer?

―Claro que quiero ser tu novia.

Segundos después, la puerta de la habitación se abrió bruscamente, espantando a ambas chicas. Leah entró dando grandes aplausos y brincos. Se acercó a Emma con una gran sonrisa y la abrazó fuertemente, espantando aún más a la chica. Merlina solo observaba detenidamente cada movimiento que hacía la pelirroja sobre Emma.

―¡Felicidades, hermanita! Perdón, pero es que desde Argentina se puede notar cómo se comen con la mirada.― Dijo Leah luego de haberse separado de Emma y observarlas a ambas.

―Creí que habías ido por comida. ¿Nos estabas espiando?― Preguntó Emma, fingiendo indignación y reprimiendo una sonrisa al escuchar las palabras de la chica.

―Bueno, te recuerdo que soy vampiro. Tengo más velocidad que toda la escuela junta, entonces llegué hace tiempo. Por cierto, dejando un poco de lado su hermosa declaración y el festejo de que por fin son novias, ¿alguna de ustedes conoce a un tal Tyler?

―¿Tyler Galpin?― Preguntó Merlina, quedando intrigada al segundo.

―Sí, ándale ese.

―Es mi amigo, ¿ocurre algo con él?― Contestó Emma.

―No estoy segura. En el camino me encontré con Mario y dijo que saldría con un nuevo amigo llamado Tyler.

―Bueno, él trabaja en Jericó en una cafetería. Perdón, pero tu hermano me da una horrible vibra.

―Nosotros los de la comunidad LGBTQ+ tenemos poderes psíquicos.

―Bueno, conmigo es literal. Pero... ¿"Nosotros"?

―Mi hermano es gay y yo soy lesbiana. Supongo que tenemos mucho en común.

Emma no pudo evitar sacar una enorme sonrisa. Merlina solo miró a la castaña, tratando de no sonreír ante la tierna reacción de ésta.

𝙊𝙪𝙧 𝙉𝙞𝙜𝙝𝙩; Wednesday AddamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora