24; 𝐅𝐢𝐫𝐞

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Pensé que nada me asustaba, pero eso fue antes de mirar a Joseph Crackstone a los ojos. No creo en el cielo ni en el infierno. Pero sí en la venganza. La prefiero al instante y con algo de dolor, pero nunca me enfrenté a un adversario de bronce.

Todos los estudiantes de Nevermore llegaron de nuevo a Jericó, pero esta vez para hacer un evento en honor a Crackstone, por lo que la estatua del mencionado estaba a la vista de todos. Merlina, que iba a tocar con su chelo, fue a una silla especial donde ya estaba todo preparado. Emma y Enid bajaron y se sentaron junto a Divina y Yoko, que estaban platicando. La castaña sentía que había algo entre ellas.

—Gracias. Es un honor para mí celebrar la historia de nuestro pueblo y al noble antepasado de Jericó, Joseph Crackstone.— Comenzó a dirigir el alcalde con alegría.— Él pensaba que con un corazón feliz y los oídos aguzados no había nada que el pueblo no pudiera lograr. Así que en conjunto, nuestra comunidad y nuestros amigos de la Academia Nevermore construimos un monumento para celebrar su recuerdo. Que el espíritu de Joseph Crackstone sea conmemorado eternamente.

Dicho eso, chicos con instrumentos comenzaron a tocar, junto con la pelinegra, que tenía la mirada puesta en la estatua. Emma cuando escuchó las últimas palabras del alcalde, volteó ligeramente a ver a la señora Thornhill, la cual le devolvió la mirada, seria, pero con una notable sonrisa. La castaña suspiró y dirigió su mirada de nuevo al frente. El alcalde presionó un botón y la estatua de Crackstone comenzó a sacar agua por unos pequeños tubos que tenía, haciendo que el parque se llenara de aplausos.

Fue cuestión de segundos para que la chica notara un hilo de humo yendo directamente a la estatua. Miró a Merlina y ésta la miró también. Del rostro de la pelinegra salió una pequeña sonrisa, al mismo tiempo que el fuego llegaba a Crackstone, haciendo una fuerte explosión y comenzar a prenderse fuego. Merlina comenzó a tocar con más energía su chelo.

Emma solo observó cómo absolutamente todos salían corriendo mientras gritaban y trataban de ayudar a los demás para que salieran de ahí. Sin embargo, la castaña sacó su teléfono y siguió sentada en su lugar, totalmente tranquila. Le sacó una foto a Merlina y luego volvió a guardarlo. Se levantó, agarró palomitas de un puesto por detrás de la pelinegra, aprovechando que literalmente no había nadie, para agarrar gratis. Luego, mientras comía, caminó a la chica y se puso detrás de ella, notando la mirada de Weems desde a lo lejos sobre ambas, con enojo y frustración. Emma sonrió.

. . .

—Fue un desastre. ¡El alcalde está furioso! Hay innumerables llamadas furiosas, mensajes y gente del pueblo, exalumnos y padres. Quieren respuestas y yo también.

Emma y Merlina estaban en el despacho de la directora, actualmente bastante furiosa. La castaña fue llevada también por haberse quedado en la escena y actuar como si ya supiera que eso pasaría, lo que se le hizo divertido, por lo que aunque no tuviera nada que ver, decidió continuar el juego.

—Dirigiría la inquisición, pero olvidé el aplastapulgares y el potro.— Contestó tranquilamente la pelinegra.

—Señorita Addams, su situación ya es precaria. Más que precaria. Y Holland, me decepciona que estés siguiendo el mismo camino que ella.

—Juro por el alma de mi escorpión muerto que tengo las manos limpias.— Interrumpió Merlina.

—¿Tuviste un escorpión?— Preguntó Emma. Merlina la miró seria y asintió levemente— Yo tuve dos.

—Quizá no tenga pruebas contundentes de lo que hicieron, pero lo veo.— Continuó la directora mirando a ambas chicas.— Son un imán de problemas y tu no eras así, Emma. Ya no eres la niña educada y fuerte que no se dejaba llevar por las malas influencias.

𝙊𝙪𝙧 𝙉𝙞𝙜𝙝𝙩; Wednesday AddamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora