48; 𝐅𝐞𝐬𝐭𝐞𝐫

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Ya era completamente de noche. Merlina dobló un pasillo y caminó hasta quedar de frente a la estatua donde había estado anteriormente con los Oscuristas. Hizo los dos famosos chasquidos con ambas manos, haciendo que la estatua de inmediato se moviera, dejándole espacio para que entrara.

Merlina bajó las escaleras, observando que no hubiera nadie y escuchando el sonido que hacía la estatua, indicando que se estaba cerrando. Se colocó en el medio de la sala, buscando con la mirada a la persona con la que acordó quedar ahí.

―¿Tío Lucas?― Preguntó en voz alta, mientras su mirada viaja por todos lados, esperando que el nombrado se dejara ver.

Sin embargo, apareció otra persona. Una a la que no esperaba ver, ni a la que tenía ganas de dirigirle la palabra. Xavier salió de detrás de un pilar, con un libro en una de sus manos.

―¿Quién es el tío Lucas?― Preguntó el chico. Su voz demostraba seriedad. 

―¿Qué haces aquí?― Preguntó la pelinegra, ignorando por completo la pregunta que le hizo el de cabello largo.

―Como soy oscurista, no tengo que explicarte.― Contestó con obviedad, al mismo tiempo que seguía con ese tono demandante en su voz. Le dio una mirada a Merlina y comenzó a caminar hacia una estantería.― ¿Cuál es tu excusa para escabullirte en la madrugada?― Preguntó, guardando el libro que anteriormente tenía en la mano.

―Investigación.

―¿Sobre el monstruo?― Preguntó, notándose un poco de burla en su voz. Se giró para mirar a la chica, acercándose unos pasos.― Te ahorraré tiempo. Aquí nada coincide con esa cosa.

―Qué conveniente.

La pelinegra se giró, decidida a salir de aquella sala. Sin embargo, la voz de Xavier sonando de nuevo, hizo que se detuviera en seco.

―¿Sabes cuál es tu problema?― Merlina se giró de manera brusca.

―Quiero oír tu percepción penetrante.― Contestó, acercándose la cantidad de pasos que había retrocedido. Xavier se cruzó de brazos, negando con la cabeza.

―No sabes quiénes son tus verdaderos amigos.― La pelinegra solo lo miraba.― He estado de tu parte desde el primer día. Te salvé la vida. Fui el único que creyó en tus teorías. O quizá Emma también.― Merlina inmediatamente se tensó ante la mención de ese nombre. ¿Dónde estará ella?― ¿Qué recibo a cambio? Sospechas y mentiras.

―Bien. ¿Quieres sinceridad? Aquí está.― Interrumpió la pelinegra, acercándose más pasos.― Siempre que el monstruo ataca, apareces.― El chico soltó un suspiro cansado.― Desde Rowan en el Festival de Cosecha. El Día de Contacto, llegaste cuando el monstruo se fue, pero dices que no lo viste.

―Ignoraba que estar cerca era un delito.― Contestó Xavier, levantando las manos y dirigiéndose a las escaleras. 

Merlina volteó para seguir mirándolo, y prosiguió:

―Y tu obsesión por dibujar.― Ahora fue Xavier quien se detuvo, y lentamente se giró hacia la chica.― Dibujaste al monstruo miles de veces, pero nunca lo has visto. O eso dices. Incluso dibujaste dónde vivía. Y cuando Eugene fue a investigar, intentaste matarlo para que no te delatara.

―¿Crees que heriría a Eugene?

―No olvides tu conveniente aparición tras el ataque de Tyler y Emma en la mansión de Gates.

―Si yo soy el monstruo, ¿por qué no te he matado?

―Porque por alguna razón inexplicable, parece que te agrado.

𝙊𝙪𝙧 𝙉𝙞𝙜𝙝𝙩; Wednesday AddamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora