46; 𝐅𝐢𝐧𝐝𝐢𝐧𝐠 𝐗𝐚𝐯𝐢𝐞𝐫

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Enid había llegado casi inmediatamente a la habitación de Emma tras haber recibido el mensaje de ésta, diciéndole que estaba devuelta en su habitación porque había comenzado a sentirse mal. Leah las dejó solas una vez que la rubia quedó abrazada con la castaña. Xavier había intentado ir con ella, pero no quería meterse en problemas si lo encontraban en una habitación de chicas, con chicas.

—Perdón por hacerte venir solo por eso, solo que… me sentí muy…— Emma trataba de formular las palabras, pero solo movía sus manos indicando que estaba pensando en qué decir.— No sé cuál es la palabra que describa cómo me sentí.

—¿Enojada? ¿Incómoda? ¿Triste?— Enid trató de ayudar, pero se detuvo cuando Emma simplemente se encogió de hombros y dirigió su mirada a la gran ventana. Una ligera sonrisa, que parecía más una mueca, se formó en los labios de la rubia.— Sé que será muy difícil si quiera estar cerca de Merlina, pero… incluso aunque me suene estúpido, creo que deberías hablar con ella.

—¿Y qué se supone le diga cuando la tenga de frente, Enid?— Preguntó Emma, luego volteó para observar a la mencionada.— “Oye, Merlina. Muchas gracias por decir que solo te importa tu plan aún cuando éramos novias, me subió bastante el ánimo. Sigue así.”

Enid se quedó inmóvil y permaneció callada por varios segundos, los cuales Emma sintió una eternidad. No sabía por qué había reaccionado así. Las pestañas de la licántropa comenzaron a subir y a bajar con algo de rapidez.

—¿Ocurre algo?— Preguntó Emma ya impaciente.— No me digas que sí querías que le dijera eso.— Frunció el entrecejo.

—En algún momento llegué a creer que sí eran más que amigas, pero lo borré inmediatamente porque creí que sería imposible.— Declaró Enid, evitando sonreír porque sabía que esa relación que tanto esperaba, se acababa de ir a la mierda.— Creo que así es peor todo esto.

La castaña creyó que la rubia ya sabía todo eso, lo que hizo que ahora Emma levantara una ceja. De todas formas, hizo como si no hubiera escuchado nada de lo que dijo su amiga, y solo bajó la mirada.

—Perdón.— Dijo rápidamente Enid.— Dejando todo lo que dije de lado, creo que sí deberías hablar con ella. Aunque sea para dejarle claro que ya no quieres tener nada que ver con ella.

—Será difícil, pero creo que tienes razón.— Emma se levantó de la cama donde ambas estaban sentadas, de forma rápida, sobresaltando a Enid.

—Ah, vaya. ¿Irás ahorita?

—Sí, ¿por qué?

—Bueno, acabas de huir de ella.

Emma le dirigió una mirada seria a la rubia, luego caminó hacía el baño para tomar su celular, el cual lo había dejado cargando ahí. Qué estupidez, solo había un interruptor en el baño.

—En realidad, tengo que ir con Xavier antes. Creo que lo dejé preocupado cuando me lo encontré.—Contestó la castaña.— ¿Tú harás algo?— Preguntó mientras salía del baño al mismo tiempo que aventaba el cargador a su cama y guardaba su celular en el bolsillo de su pantalón.

—Me quedaré aquí, contándote el tiempo.— Emma la miró con una ceja levantada.— Últimamente sales y en menos de 5 minutos vuelves a estar aquí. ¿Crees romper récord?

—Qué graciosa, Sinclair.

Emma se dirigió a la puerta y la abrió, pero antes de salir se volteó rápidamente a la rubia, que la miraba con una pequeña sonrisa que gritaba "tú puedes".

—Nos vemos al rato.

Cerró la puerta detrás de ella, soltó un suspiro y comenzó a caminar. No sabía ni siquiera a dónde iba, ni con quiénes se cruzaba. Optó por ir primero con su mejor amigo, aunque no tuviera ni idea de dónde se encontraba. Una cosa que sí sabía, era que no estaba en su habitación. Agradecía aquello, porque no quería lidiar con un plan para colarse a la parte de las habitaciones de los chicos.

Traía sus auriculares puestos, disfrutando y tarareando la canción que sonaba con un volumen fuerte en sus oídos. "Starboy" de The Weeknd era una de sus canciones preferidas. La había comenzado a escuchar gracias a Yoko, que siempre le había insistido a la castaña que la escuchara, con la excusa de que le iba a encantar. Por supuesto, fue así. Esa canción no salía de su cabeza.

Al doblar un pasillo, se detuvo inmediatamente al casi chocar con alguien. Levantó la mirada, dispuesta a pelear con aquella persona, pero en cambio solo sonrió al encontrarse de frente con el chico de gorro que escondía sus serpientes debajo. Cualquier persona que los mirara, le parecería bastante tierna aquella escena. Ajax, fácilmente, medía 10 centímetros más que Emma.

—Maldita gárgola.— Insultó la castaña, pero para quienes la conocían, sabía que lo decía de una forma simpática.— Tiempo sin verte, ¿cómo estás?

—Pues cómo, si te dormiste casi dos días, loca.— Contestó Ajax, soltando una ligera risa burlona. Emma rodeó los ojos y le pegó levemente en el hombro.— Estoy bien, ¿qué hay de ti?

—Lamentablemente sigo viva, si no, no estaría aquí frente a ti.— Contestó Emma, sonriendo un poco. Las veces que hablaba con Ajax, siempre se sentía cómoda y segura.— ¿Sabes dónde está Xavier? Hace un rato me lo encontré, pero digamos que yo no estaba en las mejores condiciones. Quiero mostrarle que no ocurrió nada.

—Evitaré el preguntarte qué pasó. Yo también lo estaba buscando, pensé que estaría con ustedes.— El chico ladeó un poco la cabeza.— Bueno, contigo. Vengo de la habitación de Merlina, y solo la encontré escribiendo en su rara máquina.

Emma tuvo que hacer un esfuerzo para no ponerse seria en ese momento y salir de ahí. Por lo que solo sonrió un poco, asintió unas cuantas veces y luego se encogió de hombros.

—¿Tenías algún otro lugar en mente donde podría estar?— Preguntó Emma, sonando indiferente.

Ajax levantó la mirada y entrecerró un poco los ojos. Aquella acción era muy común en él cuando le preguntaban algo y se ponía a pensar o tratando de recordar la respuesta. A Emma siempre le pareció tierno y lindo, pero el chico se enojaba cada que le decían que se veía adorable haciendo algo. Según él, es todo un hombre y no debería parecerle lindo algo.

—Probablemente en su estudio, en el bosque.— Contestó finalmente. Al bajar la mirada, se encontró con la castaña mirándolo detenidamente con una sonrisa adorable en su rostro.— ¡Deja de verme así! Sé lo que estás pensando ahora. ¡No soy tierno!

—Si querías que cambiara de parecer diciéndome eso, déjame decirte que te salió peor.— Contestó Emma, saltando una gran carcajada.— Pareces uno de los osos de peluche de Enid peleando por su vida para que deje de aplastarlo.— Ajax iba a defenderse, pero la chica rápidamente negó con la cabeza sonriendo.—Cállate y vamos a ver si está en el estudio.

Emma le dio un leve toquecito en la nariz a Ajax, para luego pasar por su lado para comenzar a dirigirse al lugar previamente mencionado. El chico solo arrugó la nariz y no le quedó de otra mas que seguir a la castaña. Por dentro, admitía que le gustaba cuando la chica hacía aquellos gestos. Le gustaba pasar tiempo con ella. Y, probablemente, también le gustaba ella.

𝙊𝙪𝙧 𝙉𝙞𝙜𝙝𝙩; Wednesday AddamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora