51; 𝐈 𝐭𝐡𝐨𝐮𝐠𝐡𝐭 𝐲𝐨𝐮 𝐰𝐨𝐮𝐥𝐝𝐧'𝐭 𝐜𝐨𝐦𝐞

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Emma estaba en su habitación, junto a su hermanastra y Enid, quienes ya sabían a dónde iría la castaña en cuestión de minutos. La rubia estuvo de acuerdo casi al instante. Odiaba ver a su mejor amiga sentirse mal, que aunque nunca lo diga, sabía que era por Merlina.

Leah al principio dudó por mucho tiempo, pero Enid la terminó convenciendo diciéndole que no pasaba nada con que la pelinegra se explicara, y que le iba a hacer bien a Emma hablar de nuevo con ella.

―¡Emma! ¿Dónde estás?― Gritó Enid, mientras tiraba almohadas al suelo, buscando a la castaña.― ¡EMMA!

La cabeza de la mencionada se dejó ver por el marco de la puerta del baño. Emma frunció el ceño al ver todo en el suelo y desacomodado. Ella no arreglaría eso después. Dejó su cepillo de dientes en un vasito y salió.

―¿Qué pasó aquí? ¿Qué necesitas?― Preguntó mientras se acercaba a la rubia, quien inmediatamente había volteado a mirarla.

―Sabes que una de las cosas que más odio, es llegar tarde.― Emma miró a los lados, confundida. Enid dio un paso más hacia ella.― ¡Tú vas tarde 5 minutos!

La castaña comenzó a ser empujada hacia la puerta por la rubia, quien ahora parecía su madre. Pero en un mejor sentido. Sacó un chicle de su bolsillo, al mismo tiempo que llegaba por fuera de la puerta y se volteaba, quedando de frente con Enid.

―Cualquier cosa, mándame un mensaje y yo enseguida iré. Recalcale que es su última oportunidad. Si se distancia de ti, se distancia de mi. Sí...

―Enid, Enid. Ya me quedó claro.― Emma sonrió.― No te preocupes, no pasará nada.― Al sacar su celular para comprobar la hora, sus ojos se abrieron de par en par.― Mierda, mierda. ¡Nos vemos al rato!

Se echó el chicle a la boca y acto seguido, corrió en dirección a la habitación de la pelinegra. En el camino se encontró con Xavier junto con Ajax, el cual trató de saludarla, pero Emma solo le dio un rápido golpe en el hombro y una sonrisa, para seguir corriendo.

Llegó en minutos, jadeando. Se limpió una pequeña gota de sudor que amenazó con salir de su frente, para después mirar a la puerta frente a ella. Suspiró y tocó un par de veces. No tuvo respuesta. Volvió a tocar, pero nadie contestó.

Tomó la perilla y la giró lentamente, notando que la puerta estaba sin seguro. La abrió con cuidado y entró, cerrándola por detrás. Casi cae al suelo del susto cuando encontró a Merlina mirándola frente a ella, con los brazos cruzados por detrás de su espalda.

―Creí que no vendrías.― Mencionó la pelinegra, haciendo que Emma la mirara directamente.― Ven.

Merlina se acercó lentamente, bajo la mirada atenta de la castaña. Su mano poco a poco se fue extendiendo, hasta quedar delante de Emma. La chica dudó varios segundos, pero terminó por aceptarla. La pelinegra sonrió notoriamente y caminó hacia su cama, con la castaña aún tomándola de la mano.

Ambas se sentaron en la cama de Merlina, esta última soltando lentamente la mano de Emma. La castaña miraba la habitación con nerviosismo, sin saber qué hacer ni saber qué decir. Miró por todos lados, notando los peluches de Enid abandonados sobre su cama.

La pelinegra miró todos las facciones del rostro de la castaña, maldiciéndose internamente por haber hecho una estupidez que no le permitiera lanzarse a esos labios que muchas veces logró besar, pero que ahora anhelaba por recuperar. Emma jugaba con sus manos.

―Nunca supe cómo pedir disculpas.― Habló por fin la pelinegra, obteniendo la atención de Emma.― Pero quiero que sepas que... yo nunca quise decir que no eras importante. Cuando pasó todo eso, yo estaba muy exaltada y me sentía a un solo paso de ganar. No sabía lo que decía. No te di explicación cuando tuve la oportunidad porque, lo admito, me tomaste por sorpresa. Ahora que vuelvo a hablar contigo, que te tengo frente a mí, no quiero arruinarlo.

―Addams...

―Yo solo...― Ambas chocaron miradas en ese momento, ninguna sin poder apartarla.― Lo siento. Mucho. No quiero... quiero seguir a tu lado. ¿Tú...? Bueno...

―Jamás te había visto así, Merlina.

La mencionada abrió un poco más los ojos, sintiéndose nerviosa casi al instante. La neutralidad en la voz de Emma, fuera de rencores y de enojos, suave y tranquila le daba paz, pero al mismo tiempo la desesperaba. Se levantó de la cama, dando un simple paso para alejarse y darle la espalda a la castaña.

Emma volvió a mirar por toda la habitación, pensando si dijo algo mal o fuera de lugar. Sin dejarse llevar, mantuvo su respiración en un ritmo normal y miró hacia la pelinegra, quien seguía dándole la espalda. Se levantó igualmente de la cama y sacó su celular, dispuesta a mandarle un mensaje a su rubia.

―Enid está con Ajax en este momento, no creo que te conteste.

Emma levantó la mirada hacia Merlina, quien se estaba dando la vuelta en ese momento. La pelinegra sonrió ligeramente de lado al ver el rostro de confusión de la castaña.

―¿Cómo...?― Preguntó Emma, apenas sabiendo qué decir.― Es habitación de chicas, no puede... ¿Qué están haciendo? ¿Cómo sabes?

―Ajax sabe escabullirse en cualquier lugar. Con su belleza conquista a todas, como él suele decir. ¿Qué están haciendo? No tengo idea, probablemente esas cosas que hacen los adolescentes hoy en día. ¿Cómo sé? Porque yo se lo pedí. Salí hace un rato al patio y me lo encontré en el camino.

―Siempre tan honesta.― Contestó Emma con una sonrisa irónica.― ¿Querías hacer algo más? O por qué la necesidad de acudir a Ajax.

―Podemos ver una película.― Emma alzó levemente una ceja.

―Creí que no eras fan de la tecnología.

―No lo soy.― Respondió Merlina inmediatamente.― Solo quiero pasar tiempo contigo.

―Tú no eres una Addams.

―Sólo veamos la película.

Emma soltó un pequeño suspiro y miró su celular en su mano. Apagó la pantalla y volvió a guardarlo en el bolsillo de su pantalón. Miró los movimientos de la pelinegra, cómo sacaba una computadora portátil de uno de los cajones de la mesa de noche y cómo caminaba nuevamente hacia la cama.

La castaña caminó rápidamente hacia la cama que antes era de Enid, agarró un peluche aleatorio de la montaña que estaba formada, y volvió a caminar hacia la cama de la pelinegra, sentándose y observando cómo la chica colocaba una película que jamás en su vida había escuchado hablar de ella.

𝙊𝙪𝙧 𝙉𝙞𝙜𝙝𝙩; Wednesday AddamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora