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Septiembre

Era extraño llegar al 1° de Septiembre y no abordar el expreso de Hogwarts. En su lugar, Astoria armaba una maleta para irse al día siguiente a su primer destino en sus estudios: Alemania. Estaba nerviosa, claramente, pero a la vez muy expectante. Se preguntaba cómo serían sus compañeros y si habría alguna otra chica en el grupo además de ella. Eso sería maravilloso.
La puerta de su habitación sonó con dos toques.

- Adelante. -dijo la chica.

Su padre entró, cerrando tras de sí.

- ¿Todo listo? -preguntó, sentándose a los pies de la cama.

Ella asintió.

- Si. Ya revisé todo varias veces y creo no olvidar nada. 

- Finalmente mi compañera de campaña me abandona. -se lamenta el mayor, haciendo un gesto exagerado de pena.

La castaña soltó una risa.

- Tienes otra hija a la que puedes chinchar cuando vuelva de sus vacaciones, y claro, siempre está mamá.

- Sabes que tu madre no es adepta al ministerio.

- Mamá es adepta a los cotilleos de Skeeter.

El hombre puso gesto serio.

- Astoria...

- Ya, ya...-murmuró la joven, poniendo los ojos en blanco.

La relación con su padre había sido siempre mucho mejor y más fluída que con su madre. Susan y Astoria eran tan diferentes en todos los aspectos posibles, que no era posible que se llevaran bien. Y a medida que Astoria creció, todo aquello se fue haciendo cada vez más evidente.

- ¿Escribirás seguido? No olvides llevarte una cámara y un diario para que puedas pegar fotos y escribir. Será un lindo recuerdo cuando tengas mi edad.

Astoria sonrió y asintió. Le apenaba alejarse otra vez tanto tiempo, habiendo acabado Hogwarts. Pero era necesario. Se acercó a su padre y lo abrazó.

- Te escribiré todas las semanas, lo prometo.

- ¿Ya ubicaste el hospital mágico en Alemania? Ya sabes, por cualquier cosa. -preguntó el hombre.

La chica se dirigió al escritorio y tomó un folleto que rezaba en letras grandes "Magisches Krankenhaus Anton Vogel" y se lo tendió a su padre. El hombre lo tomó, y al leer se sorprendió.

- ¡Vogel! Cualquiera diría que después de lo que hizo, lo habrían borrado de la historia.

- ¿Quién es?

- Ministro de Magia de Alemania, que también era el Jefe Supremo de la Confederación Internacional de Magos. Estuvo en la Época de Grindelwald, lo ayudó en su intento de subir al poder. -frunció el ceño y la miró.- ¿Qué les enseña Binns en estos dias?

Astoria rodó los ojos.

- Ni idea, Daphne me daba sus viejos apuntes de Historia de la Magia, yo me dormía.

- ¡Astoria! -la regaño su padre.

La joven se encogió de hombros y sonrió con gesto pícaro.

***

Munich, Alemania.

Hacía dos días que Astoria había llegado a Alemania. Allí la esperaba su Coordinador, el señor Davies. El hombre le explicó cómo serían las cosas allí: tendrían una posada en cada país para poder descansar, comer, asearse y demás. Cada habitación permitía dos personas, y le informó que su compañera de cuarto era la otra única mujer en el curso. Las clases comenzarían todos los días a las 8:30 de la mañana, y acabarían a las 16:00, con el espacio correspondiente para almorzar. También le indicó que las clases se dividían en teóricas y prácticas, y que eso dependía del día de la semana. Y los fines de semana los tenían libres para recorrer las ciudades o para descansar. Antes de dejarla en la posada, le tendió un pergamino que tenía sus horarios.

Draconem et ReginaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora