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Con el pasar de los días, las cosas entre Draco y Astoria habían vuelto a la normalidad. Quizás con la diferencia de que ahora la castaña ya no leía Animales Fantásticos sino un libro sobre Dragones, de la pila que Draco le había prestado.

Una mañana, en la mesa durante el desayuno, Draco nota que Astoria no está y Daphne está por lejos muy callada.

- Hey, Daphne. -la llama, cuando salen del Gran Comedor.

La rubia se da vuelta y suspira.

- Hola, Malfoy. ¿Qué sucede? -preguntó, y el chico notó cierto tono, como si en realidad ella supiera lo que él iba a preguntar.

- Nada, sólo quería saber si habías visto a tu hermana.

Daphne asintió.

- Se descompuso en la noche, por eso no ha venido a clases. Ya aparecerá, no te preocupes. Tengo que correr, se me hace tarde para la clase.

Draco asintió y la chica se fue. Pero el rubio, en lugar de irse también a clase, se dirigió a la enfermería. Si Astoria estaba enferma, allí se encontraría. Pero una vez allí, todas las camas del lugar estaban vacías.

- Señor Malfoy ¿Qué se le ofrece? -preguntó Madam Pomfrey, saliendo de su oficina.

- Busco a Astoria Greengrass.

- La señorita Greengrass fue enviada a San Mungo.

Draco se quedó de piedra en el lugar.

- Pero ¿es que fue tan grave?

- Se descompensó. Es todo lo que puedo decir.

El joven dió media vuelta y salió, algo confundido. El día anterior Astoria estaba de maravilla. ¿Qué pudo pasarle?

- Pansy. -dijo, cuando vio a la joven en un pasillo.

- Hola, Draco. -saludó la morena, con una sonrisa que el chico estaba seguro que reservaba para él.

- ¿Sabes algo de Astoria? -preguntó, sin hacerle demasiado caso.

Pansy puso mala cara.

- Se descompuso otra vez. Estará unos días en San Mungo, supongo.

Draco frunció el ceño.

- ¿Otra vez? ¿Ya le ha sucedido?

- Mínimo dos veces por año escolar que yo recuerde. Pero es todo lo que sé, si quieres más información de la princesita, pregúntale a Daphne. -dijo Pansy, de mala manera.

- Claro.

Draco siguió su camino, sacando conclusiones. Si le pasaba seguido, igual Astoria estaba enferma. Y si lo estaba ¿Por qué nunca se lo había dicho?
Llego al aula de transformaciones y se sentó. Aún le daba vueltas al tema de Astoria. Pero sacudió la cabeza. No podía pensar todo el día en la castaña, tampoco es que fuera tan importante. Ya regresaria. Y ese método de restarle importancia al asunto, fue lo que usó durante los dos días siguientes, para mitigar la ansiedad que muy en el fondo le generaba la ausencia y la salud de la chica.

Era jueves en la tarde, la última clase del día había terminado. Daphne, Theo, Blaise, Pansy y Draco estaban caminando al gran comedor para la cena.

- ¡TORI! -exclamó Daphne de pronto y echó a correr.

Draco buscó a la recién llegada con la mirada. La encontró envuelta en un abrazo por su hermana mayor.

- Luce un poco desmejorada ¿no? -preguntó Blaise.

- Pues sí, idiota. No estaba de vacaciones. -le dijo Theo.

Draconem et ReginaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora