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Astoria sintió, aunque incluso pensarlo asi sonara trillado, como si un millón de mariposas de repente revolotearan por su estómago...y bueno, por su cabeza también. Si alguien le hubiera preguntado cualquier cosa que precisara un mínimo de razonamiento, no hubiera podido responder. 

- ¿Tanto como yo por ti, quizás? -se animó a responder, esbozando una sonrisa.

Draco rodó los ojos y negó.

- Ni hablar, no trates de ganarme en esto, Greengrass. Y baja de ahi por favor. -dijo, rodeandole la cintura con ambos brazos y bajándola de la barandilla.

Ella bufó pero se dejó hacer y no se quejó cuando una vez con los pies en el suelo, el rubio la rodeó con los brazos nuevamente. Y a pesar de no querer arruinar el momento, y de que una parte de ella la instara a cerrar la boca, otra parte necesitaba hablar.

- ¿Draco? -preguntó, con la cabeza apoyada en el pecho del chico.

Él se separó lo suficiente como para mirarla con un gesto inquisitivo.

- ¿Cómo nos deja todo ésto? -preguntó Astoria, rogando por dentro que la respuesta que fuera a oir no le rompiera el corazón.

Draco suspiró y la soltó. Se tomó su tiempo para responder y la chica sentía como crecía su ansiedad a cada segundo.

- Yo ya hice mi jugada, pies de pato. -respondió, ladeando levemente una sonrisa casi imperceptible.- Ahora te toca a ti.

Astoria frunció el ceño. Era una respuesta vaga pero no negativa. Algo es algo.

- En síntesis, lo dejas a mi criterio.

- Es una buena síntesis, sí. Está clarísimo que a pesar de saber que debería mantenerme al margen de tu vida, no lo hago. Y tú sabes por qué quería mantenerme al margen...asique...-explicó Draco.

- ¿Y qué va a pasar con esto de que voy a estar meses viajando? 

- ¿Qué pasa con eso?

- Pues...no vamos a poder vernos por temporadas. -razonó la castaña.

Draco alzó una ceja.

- Estoy aqui ahora ¿no?

- Pues si, pero...-Astoria lo miró con la boca medio abierta.- ¿Hablabas enserio sobre seguirme?

El chico le guiñó un ojo como toda respuesta. A ella se le desencajó un poco más la mandíbula.

- ¡Estás loco!

- ¿No es acaso eso mismo lo que dije hace un rato?

La chica pestañeó un par de veces. No había tomado aquella frase de seguirla por el mundo tan literalmente.

- Yo..

- No le des tanta vuelta, Astoria. No voy a molestarte mientras estudias. -la cortó Draco.

- No se me pasó por la cabeza que fueras a molestarme. -replicó la castaña, algo dolida.- Sólo pensaba en que te vas a aburrir de muerte porque igual cuando podamos vernos tendré que pasarme algún rato estudiando.

El rubio la miró con una sonrisa que hasta ese momento, nunca le había visto.

- Se me ocurren muchísimas cosas que hacer en los ratos libres. No te preocupes por eso.

Y, por supuesto, Astoria se puso roja como un tomate. Muy oportuno, pensó.

- ¿No que no me ibas a molestar mientras estudio? -preguntó, alzando una ceja.

- Dije en los ratos libres. -respondió Draco, con tono divertido.- Mira, te has puesto más roja que una manzana.

- No es cierto. -dijo, dándole la espalda.

Draconem et ReginaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora