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Astoria estaba ya en París. La posada donde se hospedaban era hermosa, probablemente el edificio era de la edad media, paredes de piedra, camas grandes de madera, la iluminación cuando el Sol se escondía, dependía de velas...a Astoria le recordó mucho a Hogwarts, aunque obviamente toda la posada tenía el tamaño sólo del Gran Comedor. 

La noche anterior a su cumpleaños, Astoria estaba leyendo una carta de Draco que había llegado por la tarde pero no había tenido chance de leer.

" Astoria

Espero que París esté siendo de tu agrado. Yo aún estoy en Londres, las cosas se complicaron un poco más de lo que tenía planeado. Dudo poder llegar para tu cumpleaños. En cuanto esté todo resuelto, viajaré y te lo compensaré.
No dejes que las clases y los exámenes te vuelvan loca, te conozco. Si quieres, cuando nos veamos te ayudo a estudiar. Tómatelo con calma.

Mi madre te envía recuerdos.

                                                                                 Draco."

No pudo evitar desinflarse en el lugar. Había albergado esperanzas de que Draco le dijera que sí llegaría a verla en su cumpleaños. Pero no iba a poder ser.

- ¿Va todo bien? -preguntó James, sentándose a su lado.- Se te ve triste.

- Oh, si. No es nada. No te preocupes. -respondió ella, haciendo un gesto con la mano para descartar el asunto.

- ¿Estás triste porque serás un año más vieja en un par de horas? -insistió James, mirando su reloj.

Astoria sonrió y puso los ojos en blanco.

- Que no. Estoy bien, simplemente cansada. Hoy fue un día agotador. 

El joven asintió con vehemencia. 

- ¿Quién diría que cositas tan chiquitas iban a causar tanto problema? 

- Los Bowtruckles son muy territoriales. -comentó Astoria, y entonces vió un rasguño junto al ojo de su compañero.- ¡James! ¿Eso ha sido un bowtruckle? -preguntó, girándole la cabeza por el mentón para ver mejor.

James asintió y se sonrojó levemente.

- No lo vi venir, la verdad.

- ¡Por Salazar! Podría haberte sacado un ojo. -exclamó la castaña, consternada.

- Aw ¿te preocupas por mí, mi ángel? -preguntó el chico, con tono meloso.

Astoria alzó una ceja.

- ¿Ángel?

- Estoy barajando la posibilidad de que lo seas. -respondió él, como si realmente hablara en serio.

Astoria rodó los ojos.

- Mantente lejos de los Bowtruckles, James. O al menos aleja tus ojos de sus ramas.

Recogió las cosas de la mesa y se levantó, dedicándole una leve sonrisa a su compañero antes de irse. Entendía que James tenía un interés especial por ella, pero no era correspondido. Y menos sabiendo que él estaba al tanto de su extraña relación con Draco. Se imaginó por un segundo si el rubio hubiera escuchado a James llamarla "ángel".

***

- ¡Feliz cumpleaños! 

El gritito la despertó, haciéndola sobresaltar. Emily estaba arrodillada en su cama, rebotando cual niña pequeña con un paquete en las manos.

- Gracias. -murmuró Astoria, medio dormida.

Emily le tendió el paquete y ella lo tomó con una sonrisa.

Draconem et ReginaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora