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—Mateo, veni acá ¿Te pusiste protector?

—Mia, no te metas en lo profundo, ya sabes que no me gusta.

Reí al escuchar a Anto y Jorgelina renegar con los hijos los cuales querían correr al mar para jugar todos juntos con los demás chicos.

Estábamos en la playa, las chicas habían organizado una salida para aprovechar el día libre que tenían los chicos todos juntos. Con Lean, volvimos por la mañana al predio, luego de haber dormido en el hotel. Llegamos, nos duchamos y agarramos las cosas para salir nuevamente.

Los peques correteaban de un lado hacia el otro metiéndose al agua y jugando con la arena, bajo la supervision de los adultos obviamente. Incluso alguno de los chicos estaban metidos en el agua para jugar con ellos y evitar ahogos.

—Listo hermoso, ya estas listo —le dije a Gio, luego de aplicarle el protector solar.

—Gracias Aldu —me abrazo cortamente y yo le toque la naricita mientras el me miraba con una sonrisa y sus tremendos ojazos —¿Mami, puedo ir a jugar? —pregunto entusiasmado dándose vuelta para mirar a su mamá.

—Si amor, anda. Ojo, cerca de los mayores —dijo Cami, Gio asintió repetidamente y salió corriendo.

—Es un amor —dije mirándolo.

—Es terrible —dijo Cami riendo —Gracias por tu ayuda, Vicky y Gio te están tomando aprecio —me miró sonriendo.

—No agradezcas, yo te tengo que dar las gracias a vos por tener unos hijos tan lindos y educados —le dije y me acomode en la reposera nuevamente.

Con Camila estábamos teniendo una buena relación, no de compromiso, si no que realmente veía una futura amistad en ella. Gracias a Dios no era una tipa mala leche, si no que ya me había dejado en claro que con Lean en su momento se querian mucho pero que el amor se había acabado de ambos lados y ahora el unico amor que los unía era el que le tenían a sus hijos. También me había comentado que estaba saliendo y conociendo a alguien y que Lean la había apoyado mucho en eso al igual que ella lo había apoyado en él con lo nuestro.

—¿Nos vas a contar que onda anoche o te vas a hacer la otra? —escuché la voz de Valu desde la otra reposera a mi lado, me rei.

—Mira mira mira, mira como se ríe. Dale, conta yegua —escuché ahora a Oriana.

Me enderece en mi silla, y antes de que cuente lo que pasó la noche anterio, la mayoría se acercó para escuchar mejor. Incluso Camila escuchaba atenta y sonreia ante mi relato.

—Ay boluda, me muero, es un amor —dijo Caro mientras hacía cara de ternura y se tapaba la boca.

—Los jugadores de fútbol están obse con la playa, Paulo hace poco para celebrar nuestro aniversario también me preparo algo así —dijo Ori sonriendo.

—Sii, vi lo que subiste a Insta, me mueroo —le dije emocionada.

—Bueno, y después de la propuesta ¿qué onda? —preguntó Anto picara.

—Eso, porque al predio no volvieron —dijo Jorgelina ahora.

—Después de la cena, caminamos por la playa un rato y después fuimos a la habitación del hotel, y... bueno... ya saben... —dije yo y la sonrisa se ensancho.

—¿Ya sabemos qué?... ¿COJIERON? — pego un grito Agus, por suerte Elisa había ido a jugar con Ian y Noah y los chicos y papá  no estaban cerca para escuchar la charla.

—SHHH —dijimos algunas y después terminamos en risas. Estábamos todas en una ronda, mientras el mate pasaba de mano en mano y chusmeabamos.

—Si —solte avergonzada —Y después nos dormimos ahí. Fue único —dije e inconscientemente lleve la mano al collar, recordando las palabras de Lean.

VEINTISÉIS +1 // LA SCALONETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora