A gift of destiny

Capítulo 23

Hola, ja, solo pasaba para recordarles que al tratarse de un fanfic me he tomado algunas libertades creativas ya que las relaciones familiares de algunos personajes del viaje al oeste no estas muy claras para mi, así que me equivoco en algo o como que algo no les cuadra, jajaj disculpen, es mi imaginación. 

Sin mas que decir, disfruten

...

Estar dentro de la lampara era una sensación extraña. Era muy consciente de que estaba encerrado, pero solo eso. No lograba percibir cuánto tiempo había pasado, y la verdad no deseaba saberlo pues ese lo haría pensar en su cachorro, y eso dolería. 

Necesitaba mantener la calma y pensar en una manera de liberarse.

—Sal. —escuchó la voz de Tamarin llamándolo. 

El mono blanco empezó a manipular la lampara de sombras, haciéndola flotar entre sus manos, logrando que la luz morada saliera de esta, liberando a Macaque, solo que no en su forma normal. El macaco de seis orejas salió en forma de sombra. De nuevo poseía un cuerpo, mas no uno que pudiera controlar, ademas, sus propios pensamientos, su propia conciencia estaban demasiado tranquilo, como si todo lo que sucediera a su alrededor fuera solo un sueño, uno que dejara fluir. No tenia otra opción. 

Tamarin siguió moviendo la lampara entre sus manos, dejando que todo la luz morada inundara el cuarto. 

—Siempre supe que tu poder y el mio se llevarían bien juntos, pero tu... como todo el mundo decidió estar junto a Wukong. —mencionó Tamarin antes de chasquear los dedos, logrando que todos los espíritus que se encontraban bajo su poder salieran de las paredes, absorbiendo el poder de sombra que salían de la lampara, transformándose en nuevas criaturas. —Luz y oscuridad trabajando juntas, mano a mano ¿No? —se le salió una risa mientras usaba su cola para sostener la lampara, dejando sus manos libres. Se acercó lentamente a Macaque y lo tomó de los hombros por detrás. —Bueno, creo que ya es hora de que la "luz" se vaya por un rato. —dijo con una enorme sonrisa casi malvada mientras chasqueaba sus dedos, liberando algo de su magia, la cual fue directo a la cabeza de Macaque, metiéndole una idea o más bien una orden.  —Ve... —le susurró al oido y de inmediato, Macaque se convirtió en una sombra y se movió por el suelo con rapidez, liderando a todos los espíritus del templo, los cuales lo siguieron rápido, mientras Tamarin los seguían de cerca aun lo la lampara en su cola. 

Se dirigieron hacia el oeste, logrando dar con el grupo de peregrinos, rodeando toda el área de su pequeño campamento, esperando que el sol se ocultara para poder actuar. La magia de sombras de la lampara le permitían a los espíritus de Tamarin viajar sin preocuparse por ser evaporados por la luz del sol, siendo devueltos a su lugar de origen, sin embargo  para poder atacar debían esperar a la oscuridad de la noche. Por suerte eso no tardó en llegar. 

Los espíritus empezaron a moverse con rapidez entre la maleza, volviendo a sus formas tridimensionales uno por uno, dispuestos a atacar al grupo que ya se encontraban preparándoselos para dormir, acercándose lentamente.

—¡No den un paso más! —la amenazante voz de Sun Wukong se hizo presente en el lugar, desprendiendo una enorme cantidad de magia dorada que obligó a los espíritus a retroceder, manteniéndolos casi a todos frente a él, alejándolos lo más posible del grupo. —Ese monje esta bajo mi protección, y si se atreven a acercarse los devolveré a todos al horrible agujero del que salieron. —dijo mientras sacaba su confiable bastón de su oreja y se preparaba para atacarlos. 

Los espíritus se fueron encima de el. al menos la mitad desapareció al recibir los fuertes golpes del bastón, pero los demás siguieron dandole pelea juntándose en un enorme grupo que fue contra Wukong, volando a su alrededor, creando un curioso tornado oscuro que lo aprisionó el tiempo suficiente para que una docena de espíritus, fueran directo con el grupo.