Capítulo 28

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ADVERTENCIA: OK... TENEMOS CAP LARGO, JAJAJA, PARA COMPENSAR LA AUSENCIA? POR FAVOR, DISFRUTENLO



Volver a tener el control de su cuerpo y mente no era lo que esperaba. Pasó tanto tiempo dentro de la lampara que había olvidado las heridas que poseía debido a su pelea contra los espíritus de Tamarin, específicamente contra ese extraño guerrero fantasmal con la apariencia de Wukong. 

Se sentía muy débil y adolorido. Cada herida en su cuerpo empezaba a arderle, impidiéndole siquiera moverse por temor a desangrarse. 

—Relájate. —la voz casi irritante de Sun Wukong llegó a sus sensibles oídos, causándole un horrible dolor de cabeza, que, a comparación de todos sus demás malestares, no era tan malo. 

—Tu...

—No hables. —interrumpió a modo de orden mientras lo acomodaba con cuidado en el nido que recién había hecho a la orilla del arrollo.  —Muerte esto. —le acercó a la boca una rama pequeña.  —la petición puso un poco más alerta al mono de las sombras, quien abrió los ojos y obedeció sin preguntar aun mientras veía como Wukong arrancaba un trozo de su cabello, convirtiéndolo en una barra de metal, muy similar al que usaban para marcar ganado, solo que sin ninguna marca. 

El gran sabio coloco la barra de metal sobre el fuego de la pequeña fogata que tenia casi al lado. 

 —Wukong, no te atrevas...  —le advirtió Macaque al darse cuenta de lo que estaba por hacerle aun con la rama en la boca.

 —Esto va a doler.  —advirtió antes de hacerlo de manera muy rápida, cerrando los ojos con algo pena al escuchar el quejido ahogado de Macaque. Después de eso se alejó un poco y hundió la barra de metal en el agua para enfriarla.  —Listo, eso nos dará algo de tiempo. 

 —Eres un idiota.  —dijo el mono de las sombras después de escupir la rama ahora sintiendo la horrible quemadura en su pecho. 

 —Tenía que detener el sangrado...

 —Primero tenias que limpiar la herida, tonto.  —se quejó de nuevo mientras trataba de sentarse, siendo detenido al instante por Wukong, quien de manera casi brusca lo acostó de nuevo, tomándolo del hombro. 

 —¿Cómo iba a limpiarla si la sangre seguía saliendo?  —se defendió.  —De nada, por cierto. 

 —Si... gracias por la quemadura.  —respondió con sarcasmo tocando levemente esa area, tratando de resistir el dolor, el cual se reflejaba en todo su rostro

 —¿Oh tú tenías una mejor idea?  No podia dejar que te desangraras y que tu... tu.... ¿Macaque?  —volteo a verlo.  —¡Macaque!  —el mono de las sombras había cerrado sus ojos un momento, desmayándose por el dolor que sentía sin darse cuenta.  —Hey, despierta... ¡Macaque!  —empezó a entrar en pánico, agitando el cuerpo del domador de sombras un poco. 

Su respiración comenzó a agitarse, sintiendo una rara presión en el pecho al verlo de nuevo de esa manera. Parecía que la historia se repetía, y no le agradaba para nada tener que revivir ese momento, sintiendo de nuevo esa rara culpa y confusion dentro de su ser. 

 —Macaque...  —lo llamó nuevamente, y aunque este no le respondió su simple respiración y el sonido de su corazón latiendo logró tranquilizar al gran sabio. Este saco un suspiro y dejo el cuerpo de su ex compañero en el nido. 

Aprovecho la inconsciencia de Macaque para poder revisar todo su cuerpo con cuidado, arremangándoles las mangas, y desabrochándole la camisa por completo para observar por completo la herida más grave que tenía. 

A gift of destinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora