A gift of destiny

Capítulo 32

HOLI, BUENO, DE NUEVO TENEMOS CAP LARGO, JAJAJA PERDONEN LA HORA, PERO HEY, AL MENOS NO SON LAS 2;00 AM, JAJAJA, POR FAVOR DISFRUTENLO

...

—No, espera. —el pequeño Xiaotian despertó con los brazos extendidos, como si todo este tiempo hubiera estado abrazando el aire frio del templo.

 Abrió sus ojos por completo y sintió tristeza, pues, aunque sí era consciente de que lo que acaba de pasar era un sueño, de verdad esperaba poder estar con su papá un poco más de tiempo en vez de haber vuelto a ese oscuro y frio lugar. 

 Dejó salir algunas lagrimas, las cuales en cualquier instante se convertirían en un sollozo. Por eso, el cachorro se sentó con con cuidado y abrazó sus piernas, ocultando su rostro en medio de ellas hasta que se calmó un poco. Miró a su alrededor y notó que Tamarin seguía en el medio de la habitación, meditando, irradiando esa rara energía verdosa brillante. 

Estaba demasiado sumergido en su meditación como para preocuparse por los llantos del cachorro, y por eso, se le ocurrió una idea. 

Xiaotian se puso de pie de manera muy silenciosa, y empezó a ver a su alrededor, buscando una buena salida, moviéndoselo sigilosamente por el templo,  poniendo su atención en una mesa llena de frascos con líquidos que olían extraño, y muchas hojas viejas sobre este. Se acercó un poco, notando qué había dibujos raros en el piso de esa sala. muchos de forma circular con palabras escritas en medio. 

Olfateo un poco, resistiendo las ganas de estornudar por el mal olor y siguió revisando solo por curiosidad, imaginando lo genial que seria poder encontrar una que fuera capaz de detener a Tamarin para poder escapar, y entonces, puso su atención en las hojas, ya que en estas habas dibujos extraños. 

—¿Papá? —levantó una de las hojas, haciendo a un lado las demás para verla mejor. 

Había un dibujo de Macaque a lado de algunos escritos que el pequeño no era capaz de entender, ya que apenas estaba aprendiendo a escribir bien y esa letra parecía muy compleja y precisa. También había dibujos de algunas flores y una montaña. Solo pudo entender al menos tres palabras de todo lo escrito ya que estaban pintadas en grande. 

"Remplazo, cobarde, ejecutar"

—¿Qué? —revisó otra hoja, dándose cuenta de que esta tenia un dibujo casi grotesco de Yu Tamarin en lo alto de una montaña, mientras que los seis miembros de la hermandad parecían observarlo desde abajo, algunos parecían temerosos, pues trataban de hacerse a un lado, mientras que los más pequeños, los que supuso que eran Macaque y Monkey King se arrodillaban ante el, y eso no era lo que le perturbaba del dibujo. Alguien había tachado a su padre con un liquido rojo que olía a hierro, mientras que el de Monkey King tenia fantasmas o tal vez espíritus a su alrededor, sonriendo de manera macabra. Eran dibujos peculiares, como si fueran hechos específicamente hechos para asustar. Como una historia de terror plasmada en papel. 

Por eso la soltó, retrocediendo rápido, pensando en irse del lugar. 

—Xiaotian...

El pobre saltó del susto por la repentina voz a su espalda, mas fue incapaz de gritar, pues una mano cubrió su boca rápidamente con más fuerza de la que debía para mantenerlo quieto. 

—No te asustes, soy Rumble. —le susurró al oido antes de soltarlo.

—Rumble. —se emocionó un poco y se lanzó a abrazarlo. El mono negro se tenso, manteniendo sus manos arriba, como si quisiera evitar tocar al cachorro de esa manera tan cariñosa. 

—Oye, no tenemos mucho tiempo. —le dijo mientras se separaba con cuidado, tocando los brazos de Xiaotian como si fueran algo muy delicado antes de tomarlo de los hombros. —Tengo una manera de sacarte de aquí a través de las sombras, pero va a ser muy arriesgado, así que necesito que confíes en mi —Xiaotian asintió repetidamente, demostrando que le ponía atención. —Muy bien, cierra los ojos y relájate. —le pidió antes de manipular todas las sombras del lugar, creando un especie de capullo de sombras al rededor del cachorro, y luego, los hundió  a ambos en una sombra, moviéndoselo entre el templo hasta la salida del mismo, alejándoselos un poco antes de emerger de las sombras.