Capítulo 13

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Tamarin trató de acercarse, recibiendo otro gruñido por parte de Macaque. —No te atrevas a dar un paso más. —amenazó el mono de las sombras, demostrando su enojo, aun sosteniendo al niño entre sus brazos, esforzándose por darle calor.

—Muy bien. —retrocedió un paso y alzó sus manos, mostrando una sonrisa divertida por la reacción de su hermano.

—El collar que me diste ¿Para qué era realmente? —exigió saber.

—Ay, hermano...

—¡Ese loco lo estaba buscando! —reclamó señalando al hombre aterrador con sus ojos. —¿Para qué es? —recalcó cada palabra con intensidad.

Tamarin dejó salir un suspiro cansado antes de desaparecer por unos instantes, reapareciendo al instante con el collar en la mano. —Le prometí a Lady Bone Demon una manera de "liberarla" cuando la capturaran a cambio de hacerme un pequeño favor. Este collar es capaz de robar cualquier tipo de magia sin necesidad de un ritual, solo lo abres, y listo. —le explicó.

—¿Y yo que tenia que ver con eso?

—Oh, bueno, no pensaste que cumpliría mi palabra con esa loca ¿O si? —se rió un poco. —Le dije que tú me habías robado el collar, así que ella mando a su... perro a recuperarlo mientras ella se ocupaba de su plan. —señaló todo el hielo del lugar como si no fuera importante. —Y como dije, sabía que tu podrías vencerlo. Lady Bone Demon no tendría el collar, ni a su mano derecha, y eso le daría una muy leve desventaja a la hora de pelear. Puedo apostarte que ahora mismo esta siendo derrotada por el estúpido grupo de Wukong. —alzó los hombros con desinterés.

—Wukong... Claro. —el mono de las sombras se levantó con cuidado, dejando al cachorro en el suelo un momento, escuchándolo quejarse, manteniendo uno de sus ojos abiertos, seguro luchando por no quedarse dormido.

Macaque le sonrió falsamente a Tamarin antes de crear una extraña llama morada en su palma, y dispararla en contra de su antiguo hermano, logrando que saliera disparado hasta otra montaña.

Luego, creo un clon de sombra, el cual cargó con cuidado a Xiaotian, mirando al original antes de hacer cualquier cosa.

—¡Ve! — le ordenó al clon, y este abrió un portal de sombras y se metió dentro con todo y cachorro.

Con el niño fuera de peligro, el mono de las sombras se sintió libre de luchar como era debido, dispuesto a volver a sacar todo su enojo con Tamarin, así que invocó su bastón de sombras y se impulsó con un fuerte salto, alcanzando a su ahora oponente.

Tamarin se recupero rápido del fuerte golpe, dejando salir un suspiro casi decepcionado, mientras imitaba a Macaque y también se impulsaba contra el.

Ambos se enfrentaron en el aire, soltándoselos fuertes golpes.

—Eres un maldito bastardo egoísta. — le gritó Macaque antes de golpearlo con su bastón en el estomago, logrando que Tamarin cayera al suelo repleto de hielo. —Ibas a dejar que me matara ¿No es cierto? —le reclamó al aterrizar junto a él.

— Cree lo que quieras. — respondió mientras escupía algo de sangre.

Macaque lo golpeo de nuevo, dandole algunas patadas, solo viendo cómo el mono blanco trataba de esquivarlo, sin intenciones de ponerse de pie.

— Fuiste muy lejos esta vez. Y haré que pagues por esto. — alzó su bastón de manera amenazante.

Tamarin empezó a reír, una risa demasiado sincera. —Todavía tiene influencia sobre ti. Mirate. Eres igual a él.

—¿Qué?

— Pensé que ya no deseabas ser la sombra de Sun Wukong, pero mira esto. Esta escena ¿No te parece familiar? — habló muy seguro. —¿Vas a hacerme lo mismo que trató de hacerte? Adelante, hazlo, mono sombra. —le sonrió con presunción, viendo cómo Macaque apretaba los dientes y movía su bastón para darle otro fuerte golpe en la cara, específicamente en la mejilla. No fue tan fuerte para dejarlo inconsciente, pero sí lo suficiente como para hacerlo sangrar.

—Déjame fuera de tus planes, Tamarin, o la próxima vez no seré tan amable. —le advirtió Macaque un poco mas relajado, sonando algo presumido al darle la espalda.

—Lo mismo digo. —dijo mientras se ponía de pie.

Macaque no le respondió, simplemente creó un portal de sombras y salió del lugar, dejado al mono blanco, permitiéndole sonreír con satisfacción de nuevo. El mono de las sombras apareció en medio del desierto, alejado de todo el hielo donde encontró a su clon, encargándose del cachorro, tratando de mantenerlo despierto hasta que notó la presencia del original.

—Dámelo. —le ordenó antes de hacerlo desaparecer.

—Macaque...

—Hola, niño. —le habló con voz tranquila, acomodando entre sus brazos, sintiendo su cuerpo frio.

—Me duele la cara...

—Ya sé. Resiste un poco más ¿Ok? —le pidió, tratando de pensar en una manera de ayudarlo. Debía de haber alguna forma de quitar el hielo, aunque, si Tamarin no mentía esta vez, era posible que el hielo se desvaneciera junto con Lady Bone Demon, pero él no iba a esperar tanto. No iba a dejar que el bienestar del cachorro dependiera del heroísmo del gran sabio igual al cielo, no si de verdad deseaba quedar al margen de todo eso.

—Todo... era hielo. —le dijo, recordando lo poco que había visto de la aldea antes de irse. —¿Van a estar bien?

—Si, no te preocupes por ellos. —dijo para calmarlo.

—¿Podemos... volver?

—Aun no. Tengo que curarte primero ¿Ok? —acaricio cómo pudo su cabeza. —Vas a estar bien

—¿Puedes contar la historia de los siete reyes de nuevo? —preguntó el niño, acomodándose sobre el pecho de Macaque, seguro pensando en dormirse para evadir el dolor.

—Siete reyes. —eso le dio una idea. —Ya sé a dónde ir. —le dijo, dandole pequeños golpes amistosos en la cara para mantenerlo despierto. —Xiaotian. Vas a querer estar despierto, voy a presentarte a alguien.

—¿Eh?


...


Tocó al menos tres veces hasta que la gigantesca puerta de madera de la fortaleza se abrió, revelando a una gigantesca bestia.

Demon Bull King. El enorme demonio apareció dispuesto a echar a quien se hubiera atrevido a acercarse si quiera a su fortaleza, si no trataba de aplastarlo antes, pero se detuvo al ver que se trataba de Macaque.

—¿Qué haces aquí? —le preguntó con mucha sospecha, temiendo que pudiera tratarse de alguna trampa, ya que, según lo que habia escuchado, el macaco de seis orejas, habia muerto a manos de Monkey King.

—Tienes que ayudarme. —imploró, aunque por su tono casi enojado, era más bien una exigencia.

—¿Qué? —iba a pedirle que cuidara su tono, pero entonces notó al cachorro entre sus brazos, temblando de frio, quejándose de vez en cuando. Solo por eso lo dejó pasar, indicándole dónde poner al niño.

Guió a Macaque hasta uno de los salones, pidiendo que colocara al cachorro en el suelo, encima de una alfombra que se encontraba junto a la chimenea.

—Querido... ¿Quién estaba en la puerta? —la esposa del temible demonio toro apareció entre una ráfaga de viento sur anticipaba su presencia. La princesa se puso en guardia al ver al invitado. —¿Qué hace él aquí?

—No estoy buscando una pelea, si es lo que piensa. —dijo un poco más tranquilo y respetuosos frente a la dama, dejando que ella le echara un vistazo al cachorro, explicando la peculiar situación lo más resumido posible.

Después de escuchar toda la historia, la feliz pareja se miraron entre ellos, como si estuvieran pensando lo mismo.

—Puede que tengamos una manera de ayudar, pero... va a tomar tiempo. —explicó la princesa.

—Y no puedo garantizar qué sí dé resultado. —añadió DBK, cruzando los brazos, mostrándose serios.

—¿Qué quieren decir?

—Mi hijo tiene... un poder especial que podría ayudar. —explicó DBK.

—¿Tienes un hijo?



...

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