A gift of destiny

Capítulo 34

...

La sombra gigante aprovechó la pelea para llevarse al cachorro, creando un portal de sombras debajo suyo, tardándose un poco en poder llevárselo debido a la magia de Tamarin, pero después de envolver al pequeño en un capullo de sombras, logró sumergirlo, llevándolo justo ante Macaque, el cual logró absorber de nuevo toda esa magia, devolviéndole algo de fuerza para al menos pararse solo. 

Rumble y Savage se hicieron a un lado, viendo de lejos al cachorro. Este tenia algunas mordidas y rasguños en el cuerpo, algunas mucho más profundas que otras. 

—Sí consumió algo de su sangre. —dedujo Rumble al verlo. 

—Por eso pudo enfrentar a Wukong cuerpo a cuerpo sin recibir tanto daño. —dijo Macaque, recordando lo que había percibido con sus orejas.  Tomó al niño con cuidado, revisando las heridas con sus dedos, frunciendo el ceño con gran preocupación. 

—No se ve tan mal. —comentó Savage recibiendo las miradas casi asesinas de su hermano y del mayor. —¿Qué? Podría estar peor... ya saben... 

Macaque rodó los ojos y trató de ignorar las cabras de Savage, concentrándose en él inconsciente cachorro en sus brazos. Le acaricio la cabeza un momento, notando la famosa corona, sintiendo asco de solo verla. —Hay que irnos. —ordenó mientras le daba un ultimo vistazo al templo y a la barrera mágica dorada que se estaba formando a su alrededor, seguro para que Tamarin no escapara. 

Los hermanos simplemente asintieron tratando de seguirlo de cerca esperando el momento de caer en un portal de sombras. 

—¿Papá? —y entonces, el mundo se detuvo. Parecía que había pasado mucho tiempo desde la ultima vez que lo había escuchado tan de cerca, tan real, que no pudo pensar en otra cosa. 

El cachorro abrió sus ojos lentamente, tallándolos un poco mientras bostezaba. Sintió algo de ardor en el brazo, pero se esforzó por no reaccionar tanto al ver la cara de Macaque. 

—Hey, niño... ¿Me extrañaste? —le dijo con una sonrisa juguetona. 

—¡Papá! —sin pensar, el pequeño se lanzó contra Macaque, haciéndolo caer de espalda contra el suelo, abrazándolo como pudo, restregando su rostro contra las mejillas del mayor. 

Savage no pudo evitar abanicarse con su mano, fingiendo que iba a llorar solo para molestar a Macaque, mientras Rumble le daba un codazo en el brazo. 

 —Ok, ok, ya, ya entendí. —dijo soltando una risa mientras se sentaba en el suelo, tratando de alejar un poco al pequeño para poder mirarlo. —Yo también te extrañé, niño. —le acarició la cabeza. —Pero hay que irnos ahora.—le dijo antes de levantarse mientras lo cargaba. —Hay que volver a casa. 

—¿En serio? —se emocionó un poco, moviendo levemente su cola. 

—Si, ya no tendremos que preocuparnos por nada. Ya todo termino. —le aseguró con confianza, ya comenzando a avanzar hacia el lado contrario. 

Xiaotian estaba muy feliz. No deseaba soltar a su padre, y disfrutar de ese momento, pero entonces, el dolor en su cabeza volvió, por suerte menos fuerte de lo esperado. El pequeño volteo  hacia atrás casi como instinto, notando el templo y a la barrera mágica. —No, espera. —activó su visión dorada, logrando ver dentro del templo. —¡Monkey King! —exclamó subiendo al hombro de su padre, sujetándose de la cabeza del mayor mientras miraba con atención.  —No... lo tiene... esta perdiendo. —anuncio con preocupación antes de voltear a ver a su padre. —Hay que ayudarlo. 

—¿Qué?

—N-no debe estar ahí con él. —le dijo un poco alterado. —Hay que ayudarlo.