"El contacto se vuelve más frío"
Han pasado ya 3 meses desde que entramos en este nuevo curso. No hay apenas novedad porque todos estábamos liados con el tema de trabajos, exámenes, exposiciones....
Dentro de poco se acerca Navidad y sinceramente tengo muchísimas ganas. El hecho de poner un árbol de navidad, ir por las calles con ese frío que te entra pero tienes un chocolate caliente y ya te salva. Este año creo que iré a Londres a pasarlas allí, aunque aún no lo sabemos 100% seguro. Mis amigas seguramente vayan a los pueblos de sus abuelos, ya que es algo tradicional.
Allí siempre, en la gran plaza por la mañana dan churros con chocolate y a la hora de comer hacen una barbacoa. Se reúnen muchas familias y ponen villancicos ya que siempre se celebra a dos días de Navidad.
Yo desde hace un año no vamos al pueblo y preferimos ir a Londres. En la ciudad ponen luces navideñas por el centro y hay mucho ambiente. Queríamos cambiar de aires y fue una de las mejores decisiones.
La mayoría de las personas se alejan de la ciudad ruidosa y van a los pueblos. Un lugar tranquilo, donde todas las familias de todas partes se reúnen y celebran las fiestas. Nosotros preferimos la ciudad porque tenemos una casa allí y aparte, no vamos mucho a la ciudad.
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Esta última semana de noviembre, tenemos dos exámenes. Química y matemáticas. Sinceramente los llevo mal, pero como en los anteriores exámenes tuve buena nota, si suspendo alguno de los dos, no me bajara tanto la media.
—Oye Lara, ¿me dejas los apuntes de historia que hemos dado hoy?- me dice Caroline.
—Claro, por supuesto. La verdad es que la profesora no paraba de hablar y no daba tiempo a escribirlo todo- digo mientras se me crea una risa tonta.
No he presentado a Stella Kidd. Es una nueva alumna que se incorporó más tarde porque se estaba mudando a esta ciudad, y tuvo que entrar dos meses después. Es una chica con un pelo anaranjado y unos ojos azulados, como el mar. Al principio estuvo sola, de vez en cuando hablaba con alguien pero no mucho más allá de una conversación larga. Decidí acercarme a ella junto con Carla y Nala y desde entonces somos un grupo bastante bueno.
Se han acabado las clases, y ese día volvía a casa en autobús. Al llegar a la parada veo a alguien que me suena mucho. Erick. Le saludo y él no me dice nada. Eso me choca y empiezo a sentir una rabia. No entiendo qué le enfada, o que yo le defienda, o simplemente mi existencia. Decido llamarle la atención porque me ha consumido definitivamente mi enfado y necesito soltarme.
—Oye, a las personas que te saludan, lo normal es que le vuelvas el saludo, y más cuando os conocéis de tener que convivir más de 4 horas en una clase- digo sintiendo como mi presión se libera.
—Que yo sepa, no siempre tenemos que saludar si nunca hablamos con esa persona. A eso se le llama no ser falso y hacer que me caes de puta madre cuando la realidad es que ni me importas- dice mientras se levanta porque el autobús ya ha llegado.
Al decir eso, me quedo en el sitio pensando en lo que acababa de decir. Siento mucha más rabia que antes y sinceramente me parece un auténtico capullo, aunque tengo que admitir que lo que dice, tiene razón.
El autobús se va y yo sigo en el sitio, asimilando todo. Me levanto, escribo a mi madre diciéndole que tardaré un poco más y decido llamar a Carla para contarle la situación.
Carla me ha sugerido que pase de él, que su comportamiento siempre será el mismo, así que lo mejor es invertir mi energía en otras cosas que sí me aportan.
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Desde ese día, he pasado totalmente de él. Solo alguna que otra mirada pero nada más.
La verdad es que me importa muy poco su vida. Él lo ha decidido así.
"Que confundida estás Lara"
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Almas Vacías
RomanceLara, una chica que no tiene ningún objetivo planeado. Erick, un chico problemático para el pueblo, pero para los ojos de la persona correcta es totalmente lo contrario. En el pueblo de las afueras de Londres todo ocurre con normalidad hasta que u...