Almas Vacías

17º Capítulo

**ADVERTENCIA: ESTE CAPÍTULO HABLA DE UN TEMA DELICADO QUE PUEDE AFECTAR. SI NO TE SIENTES PREPARADX PARA LEERLO, NO LO LEAS. NO ME HARÉ CARGO DE LAS CONSECUENCIAS*** 

"Todo lo que un segundo, puede crear"

Salgo del baño y me dirijo hacia donde estaba Lara. Noto el aire frío y observo que hay pocas personas fumando o tomando una bebida. Pero a ella no la veo.

La llamo y me sale el contestador. La vuelvo a llamar, y vuelve a salir. No entiendo qué está pasando. Decido escribirle diciéndole qué donde está. Y no me contesta ni parece que le ha llegado.

Me empiezo a estresar, y voy preguntando a cada persona que está fuera si la ha visto. Dos chicas se me acercan y me dicen que les suena de haberla visto con el móvil, un poco apartada. Me ayudan a buscarla y empezamos a decir su nombre, por si recibimos una señal suya, pero nada. Llegamos a un parque que estaba a unos metros de la discoteca y vemos a un grupo de chicos haciendo un coro.

No quería saber lo que estaba pasando, sin embargo, les digo a las chicas de acercarnos para preguntar si la habían visto. No sé si llegaría a ser una muy buena idea. 

Al llegar, no me creía lo que estaba viendo.

Era Lara alrededor de 4 chicos de una edad de 20 años más o menos. Ella no llevaba el pantalón, se la veía con varios arañazos por los muslos y brazos, y medio inconsciente. Acababa de ser violada.

Empiezo a apartar a todos, pegando puñetazos, y mostrando la furia que nunca llegue a mostrar. Las dos chicas cogieron a Lara con cuidado, y a la vez llamaron a la policía y una ambulancia. Los 4 chicos intentaron irse, pero cuando nos estábamos peleando, los seguratas de la discoteca fueron a ver que pasaba porque solo se oía el zumbido de la música, y gritos de una persona cabreada pegando puñetazos. Me ayudaron a reducir a los 4 hombres cuando les expliqué lo que ocurría, y yo aproveché para ver a Lara mientras llegaba la ambulancia. Se la veía muy pálida y llena de arena del suelo del parque. Le pusimos una manta ya que el frío se hacía notar. Al llegar la ambulancia y acto seguido la policía, algo dentro de mí se tranquilizó. 

Fui capaz de coger a los 4 gilipollas que le hicieron daño a mi mejor amiga pero lo malo es que no llegue a tiempo, y eso me traería muchas consecuencias.

La metieron dentro de la ambulancia, y la policía detuvo a los chicos. Nos tomaron declaración a mí y a las dos chicas. Ellas comentaron que las había visto un poco apartada de la entrada de la discoteca, pero alguien la llamó por teléfono y se fue hacía el parque. Ya no la volvieron a ver porque se escondió entre los arbustos. 

Decidí ir a casa. Se lo comenté a mi madre y fuimos directos a casa de los padres de Alice. No estaba preparado para contarles la noticia.

—¿Qué pasa Erick? ¿Y mi hija?- pregunta Alice buscando todo el rato a su niña.

—Lo siento mucho Alice...pero ha sido violada- dije llorando tras todo el agobio que estaba teniendo. No quería ser tan directo, pero en ese momento me salieron solo esas palabras. 

Alice me abrazó y empezó a llorar. Michael se asomó y preguntó qué estaba pasando. Angie le comentó la situación y él se derrumbó al suelo, llorando y lamentándose por todo. Y ahí, justo en ese instante, una familia se rompió en mil pedazos, lamentándose por algo que no era justo para ninguna mujer. 

Nos fuimos al hospital en dos taxis, porque no nos sentíamos capaces de conducir. Los dos estaban destrozados y yo tenía demasiada ansiedad para ir conduciendo. Mi madre se quedó en shock, así que no veía oportuno que lo hiciera. La abuela de Lara se fue a casa para estar con Abby. La excusa que usamos fue que Lara se había puesto mala, y tenían que ir al hospital. No era el momento para comunicarle la noticia a su hermana ni su abuela.

Al llegar, vimos a varios policías y muchos médicos dando vueltas por todos lados. Preguntamos por ella, y nos llevaron hacia la UCI. Otra vez la misma pesadilla de hace unos meses, pero esta vez ella. Mi corazón se destrozaba por cada paso que dábamos hacía donde estaba.

—¿Cómo está?- pregunta Alice mirando al médico con preocupación.

—Está grave, no está 100% estable para que pueda sobrevivir.

—¿Qué quieres decirnos?- dice Michael cabreado.

—Puede que esta noche no sobreviva. Lo siento mucho.

Y ahí, el cielo se volvió más oscuro, la luna ya no brillaba con la misma intensidad y el mundo, por un segundo, se paró dejando todo atrás, y sintiendo nuestro corazón romper en pequeños pedazos.

Alice, y Michael fueron a verla. Nosotros nos quedamos afuera, viendo pasar los segundos y sintiendo como cada vez, el hoyo se volvía más profundo. Salieron. Se les veía sin luz, sin ganas de seguir adelante, y todo porque puede que estuvieran a minutos de perderla.