14º Capítulo

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"Paso a paso"


Al acabar la canción observé que la mayoría estaban llorando. Ha sido la primera vez que he cantando con más emoción, notando cada letra, expresando todo lo que llevaba guardado, y todo por esta pensando en ella.

Le di la guitarra a la enfermera y me despido de todos, sintiéndome orgulloso de lo que ha ocurrido hace unos minutos.

Bajo cogiendo el ascensor y me dirijo hacia la habitación.

—¡¡Donde te habías metido!!- oí un chillido de mi madre.

—Mamá tranquila, fui arriba con los niños que están en este hospital.

—Ah bueno, pensaba que ya te había pasado algo, perdón. Es que acabo de llegar y nadie me decía nada.

—Estoy bien de verdad, tranquila.

De repente alguien toca la puerta, Angie se acerca hacia la puerta y se escucha una voz dulce preguntando algo.

—¿Quién es?- pregunté al no saber de quién era esa voz.

—Pasa, aquí está- suelta mi madre.

Entra una niña cogida de la mano de la enfermera que estaba antes cuidando a los niños.

—Hola, soy Ana y tengo 10 años. He visto como cantabas y quería decirte que lo haces genial. Me has alegrado mucho pese a recibir esta mañana una noticia mala y bueno, quería decirte solo eso- dice con una voz cuidadosa, como si le fuera a decir algo malo.

—Oh, me alegro mucho que te haya animado- me acerco a ella cogiéndola de sus manos- si quieres un día te vuelvo a cantar.

—Me haría mucha ilusión, ¡¡siiiii!!- dice super animada dando saltos.

—Pues un día vuelvo a subir y os vuelvo a cantar.

Mi madre estaba emocionada viendo la situación al pensar que he alegrado a muchos niños enfermos. La niña se va y la enfermera me dice gracias por lo que he hecho.

A veces estos pequeños gestos hacen que siga adelante con el tema de la música. Desde muy pequeño vivo con la música a mi lado. Mi padre siempre me ponía música de los 80 y hasta hoy en día, aún sigue sonando en mi casa. Lo que me hace sentir es algo único. Puede sonar como que estoy loco o incluso a veces obsesionado, pero es que el hecho de estar escribiendo canciones, ver como suenan con los instrumentos y en sí escuchar otros artistas, hace que una parte de mí sane interiormente. Habrá gente que este aficionado al fútbol, pintar, pero yo nací para ser aficionado a la música y no me arrepentiré.

Nos traen la cena y vemos una serie que la teníamos atrasada. Lara me escribió un mensaje diciendo que estaba agotada y que se iba a dormir pronto. Le di las buenas noches, apagué el teléfono, y estuve pasando el rato con mi madre.

Había sido un día caótico pero a la vez me ha hecho sentir que no puedo irme tan pronto. Aún me queda mucho y sé que va a costar, pero no todo es para siempre, o eso me dice mi madre todos los días. Intentaré cambiar y no ser el Erick que la gente quiere que sea.

......

Hoy le dan el alta. Le he preparado una mini fiesta donde vendrá mi familia y su madre. Les he contado por encima todo lo que quiero hacer en la fiesta y han empezado a preparar todo esta mañana. 0Se sintieron super mal al saber el por qué de su actitud y decidieron unirse para hacerle la mini fiesta para animarle.

—¡SORPRESA!- gritamos a Erick.

Su cara de sorpresa hace que nos saliera la risa.

—Pero, ¿de quién ha sido la idea?

—Ha sido entre todos más o menos- le digo mientras le abrazo.

Erick se acerca hacia mis padres dando a cada uno un abrazo.

—Hola, me encanta volver a veros- dice.

—Encantando, yo soy Michael, no te lo dije el otro día- dice mi padre devolviendo una sonrisa.

—Yo soy Alice y esta es mi segunda hija Abby- comenta mi madre, abrazando a Erick. 

—Hola Abby, encantado.

Mi hermana se acerca tímidamente y le da un pequeño abrazo. 

Nos sentamos alrededor de la mesa que hay en el salón y empezamos a hablar de anécdotas que nos pasaba a mí hermana y a mí, o momentos graciosos de Erick cuando era pequeño.

Angie decide hacer un pastel, así que mi madre se dispone a ayudarla y mientras nos quedamos nosotros en el salón jugando a juegos de mesa.

Al acabar el pastel, ponemos la televisión y ponemos la típica serie que pones mientras estás con tu familia para tener algo de fondo.

—Oye Erick- suelta mi padre.

—Dime.

—Lo siento mucho por lo que has pasado, igual que tú Angie.

—No pasa nada, ya hemos aprendido a pasar página y aunque le echemos de menos, siempre estará presente- comenta Angie con un poco de nerviosismo.

Se nota que aún no ha superado del todo la pérdida y eso nunca pasará porque siempre quedará una marca desde lo que pasó ese día.

Nos despedimos ya de ellos dos y quedamos en vernos otro día.

—Lara, pensé una cosa- me dice mi madre desde el salón y yo estando en la cocina.

—Dime- le digo mientras me siento a su lado después de prepararme unos cereales.

—¿Por qué no invitamos a Angie y Erick a la casa de Navidad? Tenemos espacio de sobra y seguro que eso les anima un poco más. Coméntalo con Erick y ya me comentas que opina.

—¿Tú crees que será buena idea?

—Siempre es bueno salir del mismo bucle. Cuesta cariño, pero siempre será algo positivo. Son buenas personas.

—Bueno, se lo diré.






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